Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

Curiosos pasados.

Capitulo 21.-Curiosos pasados y traicioneros presentes.

Pov. Onodera

Había pasado un tiempo, la última vez que lo vi las cosas no terminaron bien. 

¿Debería seguir preocupándome por lo que sucedió aquel día?

 De seguro, todo eso ya quedo en el pasado...

Era un día lluvioso, estaba corriendo entre las calles para llegar a esa expo a la cual ya iba tarde.

Mi Jefa enfermo, y con ello quede yo como el segundo al mando, mi deber era representar a Marukawa Shoten en esa expo, pero el que mi linda niña también haya enfermado en estas fechas, solo lo vuelve algo estresante tener que ir a otra ciudad por esa estúpida expo entre empresas.

— ¡Disculpe Señor!—La voz de la señorita en la puerta me hizo detener. —Necesita su gafete  para poder pasar. ¿Usted viene de parte de Marukawa Shoten?—Pregunto, para lo cual solo asentí.

Me sorprendió que al entrar todos parecían estar en sus asuntos, la presentación aun no comenzaba y eso parecía ser música para mis oídos. Solté un suspiro antes de comenzar mi caminar, atravesé a toda esa gente y me dirigí a una de las muchas sillas para esperar el inicio de todo. Luzco del asco, mi cabello esta todo desacomodado, mi ropa esta algo húmeda y si esto no comienza cuanto antes, bien podría caer dormido en esta silla, solo fueron unas horas de viaje en tren y ya quiero regresar a mi departamento. Extraño a Hikari, haberla dejado en estos momentos me hace sentir culpable, ¿Qué pasa si empeora? Cuando salí del departamento en la mañana su fiebre parecía querer volver, y aunque la deje con An-chan, y sé que está en buenas manos, no puedo tranquilizarme...

Levante mí vista del suelo, y entonces me decidí, necesitaba hablar con ella. Busque mi celular con rapidez, para después marcar al departamento, fueron una, fueron dos, o quizás cuatro timbres pasaron para que la voz de An-chan se escuchara atreves de la línea. Las ansias se formularon en mí al desear escuchar ya, la voz de mi princesa, pero todas esas ansias quedaron atrapadas en mi boca...—Que alivio que nada haya empezado...

Un chico expreso, al dejarse caer en la silla junto a mí con una apariencia peor que la mía. Nuestra mirada se encontró en cuestión de segundos, y una amable sonrisa apodero su rostro...