Hoy te deseo tanto.

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Capitulo 32.- Hoy te deseo tanto.








Se ha vuelto borroso con el pasar de los segundos. Unos cuantos húmedos besos, y siento mi cabeza delirar. Escucho con lejanía el crujir de la cama al colar una de tus piernas entre las mías. Entiendo mi respirar, esos suspiros que se escapan de nuestros labios al aumentar el calor. La ansiedad que me recorre de sentir su cuerpo junto al mío, es desquiciante.


¿Qué debería hacer? Desear tu tacto, anhelar tu calor, hace tanto tiempo que no pasábamos por una situación como esta que ahora, me hace querer escapar.



— ¡Espera!—Alcancé a decir. ¿Qué supone que estoy haciendo? Su mano se detuvo, conectando miradas, siendo capaz de ver esa curiosidad en sus orbes que hace mi piel erizar. Tengo miedo, no lo puedo negar. —Yo, Takano, mi cuerpo no es el mismo que hace unos años, es decir, tuve a Hikari, y al tener una cesárea yo... Quizás lo mejor sería olvidar esto y...


— ¿Ajá?— Pronunció, descontrolado mi razón con aquella amplia sonrisa. No lo entiendo, ¿Cómo puedes parecer no prestarle atención a mis palabras? ¿Realmente sólo lo estoy pensando demasiado? — ¿Hay algo más? —Agregó notando la falta de mis palabras, dando un pequeño y rápido beso en la punta de mi nariz sólo logrando mi confusión.



¿Qué haces?



— ¿No te desagrada?— Me atreví a preguntar, ignorando aquellas inseguridades que temía por expresar. En estos momentos, sólo quiero su sinceridad y que quite esa estúpida sonrisa que aumenta mi palpitar.


— ¿Por qué me desagradaría? —Dejo salir, viéndome de una forma que implicaba estar diciendo lo que era obvio. —Está pequeña cicatriz. — Señaló — Son rastros de aquel diminuto corazón que por nueve meses latió dentro de ti. ¿Cómo podría odiarlo?



Es vergonzoso, la forma en que me miras y cómo tu piel roza la mía, ¿En qué momento me dejé enredar? Me gustas tanto, que es difícil. —Ja, soy un idiota.



Cubrí mi rostro al pasar mis manos por mis ojos, soltando una pequeña risa al darme cuenta de esta nueva realidad. Ya no estoy sólo. Esas tristes noches, jamás volverán. ¿Cuándo lo entenderé? El Takano que está frente a mí en este momento, no es él mismo de mis sueños que con frialdad en su mirada, rechazaba todo de mi ser. Es diferente.


Tomó mis muñecas, quitándolas de mi rostro, sintiendo sus suaves labios en un tierno gesto que no pude rechazar. ¿A quién engañó?—Amo cada parte de ti, te deseo tanto.

Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora