Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

Es todo o nada.

Capítulo 25.- Es todo o nada.

— ¿Saldrías conmigo?—Pronunció al instante de haberse alejado de mis labios.

Me cuesta creer lo que acaba de pasar. ¿Me beso?

Me paralice ante su cercanía, una vez termino de pronunciar aquellas palabras tomó mi mejilla con gentileza mientras que al igual tomaba mi mano con la otra. Mi mente está en blanco, difícilmente logró entender lo que está pasando y como si fuera poco, vengo a reaccionar una vez Marcus ya se encuentra en mis labios, una vez más.

¿Qué estoy haciendo? Sin demasiada fuerza logre alejarme solo un poco, terminando aquel gesto que solo hace segundos tuvo intención de iniciar.

Unos pasos se detuvieron, y el sonido del elevador al cerrarse me hicieron reaccionar. La alegría me invadió al ver a esos ojos color miel detenerse a unos pasos de mí, sin embargo eso se transformó en miedo al percatarme que mi antiguo escritor aún sujetaba mi mejilla mientras la cercanía entre ambos era casi nula.

— ¿Onodera?—Me llamo, sin siquiera entender lo que sucedía, aquella expresión en su rostro, es algo que nunca había visto.

—Takano-san, yo...— ¡Te amo! Ritsu—La voz de Marcus me callo, sujetando con fuerza mi mano de la cual hace poco había logrado zafarme.

Busque de inmediato la mirada celeste del chico junto a mí, esas palabras, él no puede estar hablando en serio. Esto no puede estar pasando. No, ¿Por qué tenias que decir algo como eso?

— ¿Realmente crees que te lo dejare así de fácil? ¡Ritsu es mío!—Antes de que terminara de proclamar, un fuerte agarre ya me había llevado al lado de Takano-san. Es dolorosa la forma en que sujeta con fuerza mi muñeca, su furiosa mirada me pone nervioso, cada una de estas cosas, no debían suceder.

—Takano, suéltame. Me estas lastimando—Logre balbucear, estoy algo ansioso con todo esto, no sé cómo debería reaccionar ante esta situación. Solo fue cuestión de un par de segundos para que mi balbuceo fuera callado por un fuerte sonido. El chico calmado, amable y pacifico que había conocido en Marcus ahora solo se había atrevido a lanzar un golpe contra el rostro de la persona que me gusta, y todo por culpa mía. — ¡Ya basta! ¿Qué demonios crees que estás haciendo?—Empuje ligeramente a quien era mi amigo. Esto debe detenerse.