Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

¿Mermelada o miel?

Capitulo 28.- ¿Mermelada o miel?

Pov. Onodera

Podía sentir el cosquillar de mis manos, el nerviosismo en mi cuerpo y el fuerte latir de mi pecho.

Sus ojos sobre mi podían quitarme el habla. Estar envueltos en esta nueva realidad, es difícil de creer. Con suaves palabras, con dulces anhelos, y el pasar de algunos minutos pudimos transmitir por completo lo que pasaba por nuestras mentes. Oficialmente, nos daremos otra oportunidad.

Es extraño el ver esos pensamientos en mí. Me hacen feliz, aunque no pueda admitirlo frente su mirada color avellana.

Con una larga conversación, transcurrió esa noche. Ann-chan se llevo a Hikari con ella, pasarían el fin de semana juntas y podre verla hoy, cuando regrese del preescolar. Cure la herida de Takano-san cuando se fueron, hablamos un poco haciéndome varias preguntas respecto a Marcus, con calma le explique el asunto de la cena y algunas otras cosas, entre besos y pequeños jugueteos sobre el sofá, dio el amanecer. Estos últimos días parecen irreales, simplemente, sacados de mis más profundos sueños.

Termine de teclear las ultimas letras, mandando el correo a mi autor con el cual, daba fin al trabajo de esta tarde. Es absurdo el pensarlo, considerando que lo vi esta mañana pero, quiero ver a Takano-san...

Mi celular vibro, cerrando mi laptop sobre mi escritorio, lo tome entre mis manos viendo el remitente del mensaje. Maldita sea el día en que me enamore, sentir mi pecho contraerse al ver su nombre sobre la pantalla, es vergonzoso. Con un regaño mental ante mi reacción, vi el texto del mensaje, logrando emoción y ridícula alegría ante esas palabras. Me pregunto si, ¿Siempre he sido así de obvio? Si Takano-san notara cada una de estas cosas, realmente no sabría qué tan fondo debería cavar para ocultar mi cabeza.

Tome mis cosas, y con unas palabras de despedida deje el departamento de Literatura. Entre en el elevador, bajando hasta el último piso. Es una buena hora, podre llegar al departamento antes que mi princesa. Salí del gran edificio, solo dando un par de pasos hasta encontrarme con una pequeña sonrisa en mi espera.

¿Está bien sentirme tan nervioso y entusiasmado con esto?

—Buen trabajo el de hoy—Pronuncio una vez llegue hasta él.