Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

36. Estaremos bien.

EXTRA 1

36. Estaremos bien.

Pov. Takano.

Ya habíamos cruzado esa muralla, las cosas entre los dos y la situación con su embarazo estaban bien. Ritsu está por cumplir los tres meses de embarazo, y esto hace que sea notable sólo si realmente se presta atención. Su abdomen esta ligeramente crecido, nada que la ropa holgada no lo salve en la editorial. Encontrar un ritmo de vida donde pudiéramos dejar a Hikari el menor tiempo sola posible, era lo ideal y de alguna forma lo estábamos logrando ya hace unos meses atrás. Ella todavía no lo sabe, pero es sólo porque esperamos el momento perfecto para poder decírselo.

Todo va de maravilla, Hikari va bien en la escuela y aunque Ritsu pueda molestarse por la manera en que lo sobreprotejo, no hemos tenido alguna pelea de la cual deberíamos preocuparnos. Todo va perfectamente bien.

Si, bien, increíblemente, no hay nada porque temer y mucho menos, nada por lo cual preocuparme. Sin embargo, no importa cuanto pueda repetir esa bella historia de mi vida junto a la familia que amo hasta el momento, si ese estúpido recuerdo regresa a mi memoria una y otra vez. No importa cuántas veces trate de entenderlo, ¡Me niego!

¿Qué cree que hace? Mi hija, mi princesa, mi pequeña. ¿En qué momento perdí contra ti? Ahí estaba yo, viendo cómo la niña de mis ojos, sonreía alegremente ante un patán.

Pero, ¿Cómo llegamos aquí?

— ¡Por el amor de Dios! ¡Madura!—Me gritó Ritsu al ya estar harto de esta situación. Alejándose un poco de mí al tratar de tomar un respiro de lo terco que podía ser. Lo siento amor, pero nada de lo que puedas decir me hará cambiar de opinión.

— ¿Qué madure?—Repetí, haciéndolo detener. En serio que no lo entiendes. — Es nuestra hija la que está ahí, con un tonto que sólo va a lastimarla y jugar con ella.

Suspiré, esto en serio que me molesta. Lo vi voltearse y mantener esa expresión que me indicaba no saber si hablaba en serio o si solo se trataba de otro de mis "caprichos" según sus anteriores palabras. —Takano, ya te lo dije. ¿Cómo quieres que te lo haga entender?—Pronunció al borde de la locura. Suspirando para verme directo a los ojos y así poder decir... —Solo tiene siete años, es un niño. ¡¿Lo entiendes?!

— ¡Exactamente! Es dos años mayor que la niña, sigo sin poder creer cómo pudiste dejarla ir. ¿Acaso sigo sin tener palabra o voto en estas cosas?