Capítulo 24.- Las luces se apagan.
Pov. Takano
Sé que es ridículo, sé que es tonto molestarme por algo como eso pero ¿Qué se supone que haga cuando alguien como él aparece de pronto en su vida?
Ese chico parece llevarse tan bien con Onodera que me hace enojar, no lo conozco y me molesta esa sonrisa que provocaba en los labios de Ritsu. Hikari lo notó, y aunque sus celos no son nada comparados con los míos, me hacen confirmar que no es sólo producto de mi mente. Los seguí, guiado por los celos que me provocaban aquel chico decidí unirme a ellos en su salida. Es infantil, y algo estúpido si lo pienso detenidamente, pero no sé cómo debería comportarme con toda esta situación. Ni siquiera cuando Haitani amenazo mi relación con Onodera, me había sentido de esta manera.
Ritsu no es muy bueno en este tipo de temas, y aunque él lo haya negado al decirme que sólo existe una amistad, esa pequeña voz en mi cabeza se rehúsa a escucharlo. Es más de medio día, y en todo este tiempo, Hikari ha logrado distraerme un poco de esa preocupación que me envuelve al ver a esos dos cruzar algunas palabras. El chico no parece mala persona, esa fachada que tiene lo vuelve alguien en quien podrías confiar y con entusiasmo volverte su amigo, sin embargo, hay algo en el que me impide confiarme.
Quizás sea el hecho que Marcus conoce una época de Ritsu que yo me rehusé en vivir con él, o tal vez solo sea por la manera despreocupada en que ambos intercambian sonrisas.
—Enseguida volvemos, llevare a Hikari a lavarse las manos—Dijo con calma, levantándose de su silla para así tomar la mano de la pequeña y alejarse por el pasillo. Estamos en un restaurante familiar, en una mesa en el fondo, algo alejada de las otras.
Es un poco incomodo notarlo, en los siguientes minutos, la única persona frente a mi es el chico que me hace molestar por su sola presencia. ¿Cómo se supone que debería fingir?
—Y dime, ¿Cómo va la gira de tu libro?-—pregunte sin ningún interés, sin evitar antes de ello soltar un suspiro como resignación. Levante la mirada encontrando sus ojos, notando al fin algo interesante.
—No hace falta que preguntes lo que no te interesa—Respondió cortante, con una seria expresión y una voz que no dejaba lugar al anterior chico que estuvo sentado junto a Onodera.
Marcus, el hombre de ojos color celestes y una sonrisa plasmada en sus labios, ese joven chico con personalidad encantadora, justo ahora esa mascara se desprende de su rostro al solo ver al castaño ponerse de pie y alejarse de la mesa.
— ¿Disculpa?— Vaya, por un momento también caía en tu engaño.
— ¿Por qué pareces sorprendido? No habría porque fingir que nos caemos bien cuando Ritsu no está cerca para verlo— Pronuncio sin preocupación, para poder continuar. —Por lo cual, seré directo contigo Takano, ¿Cuál es tu relación con Ritsu?—Pregunto con seriedad, y una mirada que analizaba cada uno de mis movimientos.
—Para ser solo su amigo, no es algo que debería importarte— Dije, tratando de provocar esa parte de el que dejara en claro la situación que se presentaba.
—Aléjate de Ritsu— Pronuncio con firmeza, provocando esa mezcla de ideas en mi cabeza que volvían difícil el pensar. ¿Cómo puede ser tan seguro al exigirme eso?
—Oblígame.
Logre decir dando inicio a esta batalla, para en seguida ver a un par de castaños acercarse a la mesa.
Quizás era oportuno, sin embargo, ver la hipócrita actitud del chico al verlos llegar, me hacen darme cuenta de la desventaja que llevo en esta nueva guerra. Ver la forma en que le sonríe a Ritsu, me hace querer golpearlo, y al ver como este le responde de igual forma, me hace querer exigirle ya no verse más con ese tipo, sin embargo, es algo que no me corresponde.
No entiendo en qué momento fue, pero ese ánimo y fuerzas que me hacían luchar por el oji-esmeralda que hace latir mi corazón, se apagaba al notar lo lejos que estaba esa meta.
Debo apresurarme a enamorarte.
Y con Marcus aquí, deberé ser cuidadoso.
Continuara...
Mi vida esta consumiéndose en un caos. ¡Vaya sorpresa!
Gracias por leer♥
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Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)
أدب الهواةEl frío invierno había terminado, alcanzar a tu corazón ahora era una realidad. Besos y caricias, nunca antes se habían vuelto tan sinceros. Todo era perfecto, hasta que tuve que arruinarlo. Una adorable niña, y la ilusión de volverte a enamorar, ¿S...