Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

Uno no es suficiente.

Capitulo 35.- Uno no es suficiente.

Pov. Takano

Todo pasado con normalidad, mi relación con Onodera progreso con calma y naturalidad. Esta es la tercera vez que lo intentamos, fracasar es algo doloroso de pensar. La primera vez, éramos adolescentes y a causa de malos entendidos no supimos hacer que ese amor creciera con sumo cuidado en nuestros corazones. Nos lastimamos, no logre decirte cada uno de mis sentimientos. Nos re-encontramos, y fue un sueño hecho realidad. No eras el mismo chico tímido a quien le entregue todo mi ser pero, algo en ti lograba capturarme y no dejarme ir. La segunda vez, te deje ir estúpidamente. Me cegué en esos celos, en aquello pensamientos irracionales que eran difíciles de pensar. Por temor de tenerte a mi lado, deje que te fueras de este.

Hemos sufrido al tratar de darle claridad a estas enredadas emociones, nos caímos y nos hemos vuelto a levantar varias veces en este camino. He pensado que no te merezco, eres más de lo que podría aspirar y aún así, sigues escogiéndome una y otra vez. Temo porque esto pueda derrumbarse. Me atemoriza que llegue el día en que tu sonrisa se vea quebrada y solo comience a tomar parte de un borroso pasado. Sin embargo, es algo que no puedo permitir. Sin importar qué, protegeré esa felicidad que le has dado a mi vida. Está vez, no te dejaré ir...

— ¡Papi! ¡Papi~!—Desperté algo confuso, encontrando a la niña que había robado mi corazón envuelta en aquellas cristalinas lagrimas, jalando de mi brazo para llamar mi atención y con algo de desesperación en su mirada. ¿Qué está...? — ¡Mami está...! Mamá...

No tuve tiempo de pensar, ni siquiera de comprender ese difícil balbuceo de mi princesa. Rápidamente gire al estar en la cama, no encontrando a Ritsu a mi lado, y así alejar la sabana que me cubría y al tomar en brazos a Hikari, salir torpemente de la habitación algo acelerado. El llanto de la niña y esta ansiedad que me recorre, ¿A dónde debería correr?

Estaba por gritar su nombre dentro del departamento, pero aquel ruido me hizo detener. Me detuve en el pasillo, frente al cuarto de baño y antes de poder hablar, todo lograba tener sentido. — ¿Onodera?

— ¡No entres!—Gritó del otro lado de la puerta, escuchándose enseguida ese ruido que indicaba su vomitar. Hikari se tenso, balbuceando algo sobre que debía ayudarlo y que estaba en peligro. Realmente, ahora me siento algo tonto de haber reaccionado de la forma en que lo hice.

—Tranquila, él estará bien—Le susurre, acariciando sus cabellos, besando su frente en busca de callar su lloriquear. Comenzó a calmarse un poco, manteniendo su rostro algo rojo tras llorar sin razón aparente. Suspiré. — ¿Te sientes mal? ¿Quieres que te lleve al hospital?—Pregunté tan pronto lo vi salir junto a una pequeña toalla que utilizaba para secar su cara tras habérsela mojado.