Capítulo 7.

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-¿no me contarás?.- me atreví a preguntar. Él me miró por dos segundos, lo que parecieron años.

-¿sobre qué?.- preguntó.

-sobre todo esto. Quiero saber por que rayos me quieres matar.- suspiré mirando al frente.- No entiendo nada, no comprendo la razón de que me hayan mandado a matar.- me atreví a mirarlo.

-¿acaso no sabes nada en realidad de que eran tus padres?.- pregunté. ¿Mis padres?, ¿qué tienen que ver en esto mis padres?.

-¿mis padres?.

-si. Murieron protegiéndote.- ¿Qué?.

-no, ellos murieron en un accidente automovilístico.- dije sintiendo mi corazón palpitar desmensuradamente y mis ojos picar. Aún ese tema me duele.

-pués no, esa noche fueron a su casa a buscarlos, ellos sabían que si te encontraban ahí, te iban a matar. Por eso te dejaron ir a esa fiesta.- explicó.

-¿quienes fueron a buscarnos?.- pregunté.

-los vampiros.- respondió.

-¿y por qué?.- pregunté nuevamente.

-porqué tus padres eran cazadores de sangre pura.- me quedé en shock. ¿de qué habla?, mis padres eran normales, mi madre trabajaba en costrucciones y mi padre siendo abogado.

-mentiroso, ¿cómo que cazadores?, no comprendo.- dije sin entender la situación. Balthasar aparcó el auto en una esquina para poder hablar mejor. Me miró.

-caza-vampiros.- susurró. Junté mis cejas, puedo escuchar como mi corazón bombea sangre rápidamente. Esto no puede ser.

-¿Qué?.- pregunté mirándolo a los ojos.

-eran unos de los mejores, tenían el poder para matar a quien le sirvo, por eso, el príncipe vampiro mandó a matarlos con un pequeño ejército, con los más fuertes vampiros de todo su ejército. Yo era uno de ellos.- me miró intensamente. Yo no quité mi mirada tampoco, era como si estuviéramos pegados.

-¿tú los mataste?.- mi voz de empezó a romper.

-no, claro que no.-miró mis ojos, susurró casi inaudible.-me mandaron a buscarte, yo no tuve que ver con el asesinato de tus padres, al llegar no te vimos ahí y te mandaron a buscar conmigo.- desvió su mirada.-no te encontré y luego nos tuvimos que ir.- respondió. Las lágrimas ya no podían conmigo.

-no.- negué tapándome el rostro por un segundo. Esto es una locura. No sé si reírme o llorar. Resulta que mis padres me mintieron acerca de lo que eran, nunca me contaron que estas cosas existían y ahora me encuentro como una estúpida aquí, convenciendome de algo que nunca pensé que era verdad.

-¿y que soy?, ¿también soy una mierdas de esas?.- pregunté secándome las lagrimas.

-Eres una cazadora de sangre pura, la última en tu especie.- explicó. Lo miré atónita, aún no podía creer lo que me decía por más que quisiera metermelo en la cabeza. Esto es imposible.

-¿Cómo es eso posible?.

-eres hija de dos cazadores de sangre pura. No hay más explicación.- lo miré a los ojos.

-¿y a ti te mandaron a matarme?.- me miró y asintió. -¿por qué no lo has hecho?.- pregunté con voz desaparecida. Me miró como si me sacar el alma.

-porque no he podido.- susurró casi entre dientes, junté mis cejas sin entender lo que dijo. -¡y no preguntes más!.- vociferó tensandose, encendió su auto y arrancó. Lo miré extrañada. ¿Era bipolar?, pero si estaba hablando conmigo normal.

No pregunté, ni siquiera escuché bien lo que dijo pero no quise indagar más. Pensaba que podía hablar con él decentemente pero ya veo que no.

Entonces mi papá y mi mamá eran caza-vampiros. Si fuera así, ¿por qué no me contaron?, ¿cuál era la necesidad de mentirme?. Me fundí en mis pensamientos, tanto que no me dí cuenta de cuando llegué. Miré la puerta con desdén. Miré a Balthasar, quién ni me miraba.

Lo que habia hecho hoy, nunca se lo terminaré de agradecer. Así que se me ocurrió algo.

-¿quieres subir?.- pregunté inocentemente. Me miró al instante pero su mirada de un momento a otro era fría y me arrepentí de haberle preguntado aquello.- bueno.- miré mis cosas y las colgué de mi hombro.- gracias.- agradecí con sinceridad. Él ni me miró, solo tambaleó su dedo índice en el volante. Yo Tragué y salí, cerré su puerta con cuidado y de prisa subí al quinto piso. Esta noche ha sido muy loca. Como las otras noches, después de que llegó Balthasar. Suspiré al llegar a la puerta de mi departamento, entré las llaves y abrí la puerta. La cerré detrás de mí con seguro y tiré mi bulto encima de la meseta. Escuché la televisión y bebí un poco de agua. La cocina estaba limpia, como la dejé, sonreí al recordar que Nikki era loca pero en lo que debía, era limpia y seria.

Entré a la habitación la ví comiendo encima de mi cama.

-¡Nikki!, ¡no comas encima de mi cama, se suben bichos después!.- le grité, ella comía macarrones con queso.

-cállate, maratón de Glee.- exclamó tranquilamente mientras sus ojos estaban centrados en la pantalla y a locos bailando sin ninguna razón.-¿Cómo te fue hoy?.- preguntó mientras yo me quitaba la ropa en el baño. Suspiré ahí adentro. ¿Cómo le digo que casi me violan y un vampiro me salvó?, ¿y que mis padres, los que supuestamente murieron en un accidente, en realidad murieron en manos de vampiros?, ya que ellos eran cazadores. No podía. Me diría loca trastornada. Hasta yo, en el pasado me hubiera dicho loca hijueputa.

-todo normal Nikki, todo normal.- Entré a la ducha bañandome bien. Salí con una toalla y con ropa interior debajo. Por encima de la toalla me puse un suéter caído y me hice una coleta despeinada. Me senté al lado de Nikki.

-te guardé cena en el micro.- murmuró. La miré.

-¿cuándo te piensas ir?.- pregunté, me miró.

-¿ya quiere que me vaya perra?.- preguntó, yo sonreí.

-no, pero tu madre y tú acaban de llegar, no sé, no puedes instalarte aquí sin siquiera haber bautizado la casa con tu presencia.- bromeé.

-mamá me arrastró hasta Italia sin yo querer, por ahora no voy para allá, a menos que no me quieras en tu casa, claro está.- sonreí y la abracé.

-sabes que eres bienvenida en esta casa cuando quieras, pero ponte a trabajar, no tendré a una vaga aquí.- me miró y rió.

-te prometo que trataré de conseguir trabajo, pero no te aseguro nada.- sonrió.

-eso espero.

No quería que ella estuviera aquí cuando un vampiro me visita desde hace como tres noches, no quiero que le haga nada. No quiero que la toque, si tiene problemas, es conmigo. Pero me gusta también compartir con mi amiga. Solo tendré que tener cuidado con aquél tipo. Balthasar

Opuestos  (Two Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora