Capítulo 25.

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Nunca me había imaginado que a Benjamín le había pasado algo similar, pero una cosa si es diferente, él no cae en las mismas garras cientos de veces como lo hace Balthasar

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Nunca me había imaginado que a Benjamín le había pasado algo similar, pero una cosa si es diferente, él no cae en las mismas garras cientos de veces como lo hace Balthasar. Había un pequeño terreno de varias millas de distancia de la casa. Nos sentamos en un arbol, conversando sobre todo.

-recuerdo que cantabas.- enlazó sus pies. Lo miré. -debes de hacerlo de nuevo.- animó.

-no lo hago hace muchos años.- alcé mis hombros.

-déjame adivinar.- miró hacia arriba alzando la voz.- desde que tus padres murieron.- me miró.

-wao, ¡¿cómo lo supiste?!.- pregunté con emoción falsa, sacándonos una risa, sonreí de buena gana, ya me sentía mejor. Miré mis botas.- desde que ellos murieron mi vida, simplemente no ha sido buena.- lo miré a los ojos.

-no me gusta que estés tan triste.- se acercó más a mi, pasó su mano por mi cabello.- ya debes aprender a vivir con ello, ya murieron, debes aceptar que desde que mates al Príncipe, serás libre de irte a donde quieras.- miró al cielo.

-¿no lo entiendes?.- pregunté afligida.-ya mi vida no puede ser más mierda. Mi destino es morir por que no hay nada importante que me enlace aquí. Mis padres murieron, siempre que trato de empezar de nuevo, hay algo que lo estropea.- dije más triste que nunca.

-¡¿Cómo dices eso?!.- preguntó juntando sus espesas cejas.

-digo la verdad, yo no puedo tener más mala suerte. Todo lo malo me persigue.- dije al borde del llanto, pero no, ya estoy harta de estar llorando. No resuelvo nada con eso.

-Dios le manda las peores batallas a sus mejores soldados.- susurró en mi oido. Lo miré.

-quiero ver cuando algo me corresponda.- dejé caer mi cabeza hacia atrás, destensando mi cuello y luego me incorporé.- mis padres murieron y para poder salir del dolor tan grande que tenía, tuve que escaparme, terminé la secundaria con el dinero que dejaron mis padres. Y cuando se terminó, tuve que empezar a trabajar, sin poder iniciar la universidad.- murmuré.- después de tanto trabajo por conseguir ese pequeño apartamento, no puedo disfrutarlo por que se apareció esto y me busca la policía.- pausé.- mi primer amor me abandonó por alguien más rica que yo y quién me gusta ahora, es un total estúpido que no aprende.- sonreí de mala gana.- me intentaron violar dos veces.- dije con voz amarga. -la mala suerte va a acabar conmigo, Benjamín.

-pero mira donde estas, viva. Sana.- lo mire.

-he perdido más de lo que he ganado en toda mi puta vida.- las lagrimas amargas empezaban a caer por mis mejillas. Tenía un dolor en mi pecho que no se quitaba con nada.

Escuché un suspiro.

-si, pensándolo bien, tu vida es una mierda.- no sé por que me sacó una sonrisa su tono de voz.- pero es tu momento que cambiarlo y ser feliz.- suspiré lentamente.- ahora, ven.- antes de mirarlo, él ya estaba saltando del árbol. Me miro desde abajo.-salta.- sonreí y salté, cayendo de pie. -eso es.- murmuró al verme sonriendo, sacó sus dos puños y comenzó a bailar de un lado a otro. Reí ante la vista. Esto es ridículo. -ven, golpeame.- comenzó a tirar puños hacia mi cuerpo, no me tocaban, en si era como un juego.

-eres estúpido.- murmuré sonriendo. Siguió con su papel saltando de un lado a otro, con sus puños en forma de ataque.

-ven aqui, niña loca.- amagó.

Rodé los ojos y saqué mis dos puños.

-mejora la postura, conviértete en luchadora, pareces una tabla, tienes que encorvar tu cuerpo.- lo miré mal, y lancé un puño a su mejilla, no fue fuerte, pero al parecer si le dolió, su cabeza fue hacia atrás, duró dos segundos en incorporarse, me miró con los ojos abiertos.- ¡casi me rompes un diente!.- vociferó, yo reí fuertemente y casi me doblo de la risa, su cara era total distorsión y su cachete estaba rojo. -haber niñita, vamos otra vez.- se puso a saltar de nuevo, yo solo sonreí rodando los ojos, ya iba más en serio.

Casi me golpea, en el rostro, ¡en mi puto rostro!, su puño pasó  por mi lado porqué agilmente, aparté mi cabeza. Lo miré con mis ojos abiertos, como 'really Nigga?'. Tiró otro puño, lo atrapé con una mano, al parecer intentaba sacar su mano de la mía, pero no lo lograba. Yo no hacía ningún esfuerzo, apreté un poco y chilló. Yo reí como loca al ver su expresión, fue como si le metieran un tubo por el trasero.

Le solté el puño, miró su mano y la abrió, al parecer con dificultad.

-casi la rompes.- lloró como nena.

-¿qué dices?, si no hice fuerza.- dije con naturalidad.

-pues pareció otra cosa.- exclamó. Junté mis cejas, me acerque.

-¿acaso estas hablando en serio?.- pregunté sonriendo mientras cruzaba mis brazos.

-¿esta cara de dolor parece mentira?.- no sé por qué reí. -pagarás.- murmuró, levantó su mano y de repente siento que algo me echa para atrás, salí volando dando vueltas en el aire, caí de pie, lo miré y sonreí.

Comencé a correr hacia él, pero de una manera inhumana, en menos de un segundo ya estaba a su lado, pateó sus piernas y este cae hacia atrás, cuando está en el suelo, doy una voltereta, encima de él, agarro su camisa entre mis manos, levantandolo y lo lanzo en el aire. Todo en menos de 5 segundos.

Cuando va a caer el él suelo de nuevo, aparezco y lo agarro de la camisa, estrellandolo, en la tierra. Hizo una cara de dolor.

-no uses tu magia contra mi.- susurré.
Este dirigió sus ojos verdes hacia mi.

-no te aproveches de tus poderes caza-vampiros.- lo miré riéndome.

-usas tu magia y no quieres que use mis poderes. Que caballero eres.- reí, me levante y le tendí una mano.

-creo que me rompiste una costilla.- murmuró.

-Erika te curará entonces.- me miró mal.

-no quiero que una sucia vampiro me toque.- lo miré mal.

-no hables asi de Erika, ahora para que gozes, la llamaré.- cerró sus ojos, y acomodó la cabeza. No se podía mover.

Corrí hacia la casa, Erika estaba en la sala leyendo un libro, me miró.

-¿puedes ayudarme con algo?.- pregunté al entrar, sonrió y se levantó.

-claro, ¿en qué?.- preguntó.

-Benjamín y yo luchabamos y le rompí una costilla.- me miró con asombro.

-esos poderes ya están floreciendo, debes de tener cuidado con ello. Ahora vuelvo.- se volteó y desapareció. Salí y Benjamín estaba en el mismo lugar tirado. Reí y caminé hacia él. Me miró y rió también.

-mira lo que me haces.

-¿en serio no te puedes mover?.

-en unas horas estaré curado por arte de magia. Pero por ahora debo de estar quieto si no quiero que ese hueso se mueva y perfore algunos de mis organos.- alzó sus cejas.

-¿estarás ahí tirado todo este tiempo entonces?.- me burlé.

-toca mi mano.- miré su mano y luego a él, me agaché y la toqué, aparecimos en donde he estado durmiendo, él en la cama y yo parada a su lado.

-¿por qué no te curas con un hechizo y ya?.- pregunté.

-tienes razon, pero quiero estar acostado por más tiempo.- junté mis cejas.

-no se por que no te creo.- junté mis ceja mirandolo.- no quieres curarte tu mismo, por que quieres que te curen.-deduje. Abrí mis ojos.- te gusta Erika.- me exalté.

-ssshhhhssss.- casi me manda a callar con una cachetada.- alto ahí loca, no es lo que piensas.- lo miré con cara de 'se que te gusta.'

-ay por Dios, Benjamín.- rodé los ojos. Y como si escuchara su nombre, la nombrada entró por la puerta con un botiquín, me sonrió al verme.

-aquí estoy.- miré a Benjamin con cara de complicidad, mientras este sólo rodaba los ojos.

Opuestos  (Two Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora