Lo miré una vez mas, pero quise no hacerle más caso. Como siempre él terminaba destrozandome en cada conversación que teníamos y hoy no estoy para aquello. De verdad que no.
-no, vete por favor.- dije cerrando los ojos y pasando mis manos por mis cabellos.-no paso peligro, aquí no me encontrarán.- expliqué. Él me miró.
-duermete, estaré aquí.- ignoró lo que dije.
-¿Cómo crees que dormiré después de semejante susto?, no lo haré y es mejor, por bien mío, que te alejes de mi.- dije levantándome y abriendo la ventana.
-¿y el bien mio?.- preguntó parándose rápidamente. ¿Qué quiso decir con eso?.-¿Qué pasa con el bien mío?, dime.- se agitó.
-antes de que me lastimes más, vete.- viciferé. La habitación se quedó en silencio, yo miraba mi cama para no mirarlo.
-si supieras que todo lo que hago es para sacarte de mi mente.- habló, lo miré, me miraba intensamente pero algo era distinto, sentía que después de tanto tiempo, por fin hablaba la verdad, entre esa cara dura y seria de vampiro malhumorado.
-Eso me dices y luego terminas destrozandome más y más Balthasar. Ya ni puedo lidiar con tu bipolaridad.- miré el piso.- ya no quiero verte mas, te prometo que mataré al principe...-fui interrumpida.
-¡no!.- gritó. Me sobresalté.- no te voy a dejar.- caminó hacia mi.-¡lo intenté y fue lo más doloroso que hice en todos estos años de vida que tengo!.- me encogí ante su explosión de palabras. Ya no sé que pensar.
-si yo tan solo te gustara, ¡no me hicieras tanto daño!.- grité. Él no me ha hecho daño fisicamente, pero el emocional es más fuerte que cualquier tipo de dolor físico.
-he hecho todo para que no me atrayeras. He buscado mujeres, las he hecho mía en todos los ámbitos pero nunca es suficiente, siempre me falta algo. Siempre siento que no encuentro en ellas lo que encuentro en ti, Jo.- no, no, no.
-mentiroso.- vociferé.- ya no juegues con mi mente, Balthasar, por favor.- me tapé los oidos. Ya no quería escuchar más mentiras, no quiero ilusionarme para que después me demuestren que soy una estúpida ingenua. De nuevo.
Escuché un estruendo. Cayó de rodillas frente a mi.
-escúchame, Jo.- lo miré, abrazó mis piernas, oh Dios mio, apreté mis labios y miré de reojo el techo. ¿Qué hace?.
-yo si te encontré, Jo.- junté mis cejas, confundida, ¿de qué habla?.- te encontré en medio de la fiesta borracha. Te miré, Jo, y...- su voz de quebró.- nunca había visto algo tan hermoso en mi vida. Me sonreiste y te acercaste a mi, me invitaste a bailar.- miré a todos lados, no me acordaba de nada de eso, solo me acuerdo cuando desperte con una gran resaca y al volver a casa me topé con la noticia de que mis padres murieron.- me hiciste reir, cosa que casi nunca pasaba, no de buena manera.- tragó saliva.- no pude llevarte, no pude hacerte eso. -se lamentó.- arrastré hasta fuera de la casa, te miré y bajo la luz de la luna te veías tan hermosa. Me preguntabas felizmente que pasaba, iba a matarte.- se restregó los ojos.- pero no pude, no pude hacerlo. No pude ni siquiera imaginarte muerta, te dejé ahí, confundida, mientras que halé a Nicholai y dijo que solo guardará el secreto de que te habíamos visto. Que él no iba a decir nada.
Lo miré, oh Dios mio.
-te vigilaba, no podía parar de hacerlo. Yo en serio tenía mis emociones apagadas, pero desde esa noche a las 9, me acuerdo como si fuera ayer, cuando te ví y cuando me sonreiste, sentí una opresión en el pecho. Algo que no me dejaba ni siquiera ponerte una mano encima para hacerte daño. Tú hiciste que encendiera mis emociones, Jo, tú, con solo sonreirme.- me quedé tiesa en el mismo lugar. No podía creer que él me estuviera diciendo eso. Él fue cómplice entonces.
-¿eso es verdad?.- pregunté neutra. Los pensamientos volaban, pero estaba tan confusa entre un remolino de sentimientos.
-la mejor verdad que han dicho mis labios.- se levantó y me miró fijamente. Aún no podía asimilar nada de esto. Eran tantas cosas juntas las que llegaban a mi mente sin organización alguna.
-no comprendo mucho.- lo miré.- ¿Cómo puede ser posible?.- pregunté confundida. No podría gustarle, claro que no, los estándares de Balthasar parecen ser muy altos.
-sólo hago algo cuando es necesario. No podía sacarte de mi mente y la única que llegó a conquistar mi corazón en un tiempo fue Natasha. Natasha como quien dice está de nuestro lado, quiere ser la reina, no quiere que su hermano se ocupe del trono y prefiere que exterminen a su hermano, para ella cóger el puesto.- pausó.- pensaba que ella podía encargarse de sacar el sentimiento de mi pecho, pero cada vez que la besaba, te imaginaba a ti, con tus suaves y dulces labios rojos y tu cuerpo curvilíneo complaciendome.- su cuerpo cada vez se acercaba más al mío, quedando los dos muy pegados.
Mi cuerpo se tensó, pero no de mala manera. Sentía su dulce aliento ligarse con el mio. Oh Dios mio Balthasar. La carne es débil, no me hagas caer, muero por besarlo, pero no quiero caer de nuevo. Aunque todo ese testimonio, me convenció un 50%.
Cerró sus ojos y suspiró.
-ya no quiero alejarme más de ti, Jo, ya no quiero sufrir más, ya me dí cuenta de que este sentimiento es imborrable.- acarició mi mejilla, se acercó a mis labios y los rozó. Cerré los ojos y lo esperé. Estampó suavemente sus labios contra los mios.
Era posesivo, apasionado, sensual. Su lengua era una maestra. Los vellos de mi nuca se levantaron, estaba un poco tímida al principio, pero una descarga al sentir como mordía mi labio inferior me encendió. Lo besé con fiereza, fuerza, y pasion. Sentí su erección dura como una piedra, nuestras lenguas eran salvajes, acaricié su cabello y los halé con mis dedos. Nuestros labios eran imanes, no nos podíamos separar.
El aire me faltaba, tuve que separarme de él, cosa que no le gustó. Lo miré, en sus ojos había un brillo destellante.
-¿en serio te gusto?.- sonreí. El sonrió jugueton.
-no me gustas.- susurró, acercandose a mi, poniendo sus manos en mis mejillas.- me he enamorado de ti, Jo.
Maratón 2/3
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Opuestos (Two Souls #1)
वैंपायर- No me mates - murmuré - No le he hecho nada a nadie. - Será rápido, me han mandado y si no lo hago, me matarán a mí. - No es justo, yo no he hecho nada malo, por lo menos explícame porqué. - No te voy a decir nada, yo sólo cumplo órdenes.- rugió...