- No me mates - murmuré - No le he hecho nada a nadie.
- Será rápido, me han mandado y si no lo hago, me matarán a mí.
- No es justo, yo no he hecho nada malo, por lo menos explícame porqué.
- No te voy a decir nada, yo sólo cumplo órdenes.- rugió...
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La nieve de la calle caía, cubriendo todos los barrios de Brooklyn. Era lindo ver a los niños jugar en la nueve y saltar alegres por que ya es navidad. Las cosas han estado muy bien, Benjamín, Nikki y yo hemos estado en total armonía. Benjamín y Nikki son una buena pareja en el sarcasmo y los chistes malos que me hacen explotar de risa.
Vemos peliculas, comemos, hablamos, salimos a algunos lados. El trío de locos incomprendidos.
Me he sentado a pensar también en como terminará todo esto. Solo tengo que apuñalar al príncipe vampiro con la daga, que por cierto se había quedado en la casa de Balthasar. También me siento tranquila porque Tanner y yo habíamos terminado bien todo esto.
Las cosas son difíciles y más para mi, pero es lindo saber que aún quedan personas que te apoyan.
Veía entretenida Londres bajo fuego, estaba metida en la película, no podía dejar de mirarla, era como si mis ojos estuvieran pegados a la pantalla. Los chicos andaban en una fiesta. Descubrí que me hacía falta conocer mucho de Benjamín. Es un fiestero nato.
Pero yo no quise ir, aunque la pasé bien la última vez, no quise ser una carga. Ya que desde que mis lengua prueba una gota de licor me pongo loca al segundo.
Prefiero estar aquí tranquila, ya que las resacas no son lo mío.
El presidente de los Estados Unidos, en la película estaba siendo golpeado por los terroristas y su guardaespaldas Mike, no llegaba para salvarlo de una muerte segura. Tenía las piernas pegada a mi pecho, mientras tenía un pantalón corto y una ombliguera, mi cabello estaba suelto y ondulad y tenía unas medias cortas puestas.
La calentura y la calefacción del apartamento no permitía que se sintiera el frío.
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Se acabó la película, en que salvaron al presidente de los terroristas y todo el mundo quedó feliz. Me levanté, hacia la cocina, bebí un poco de agua y luego volví al cuarto, asegurándome de que tenía todo cerrado, me deslicé entre las sábanas y me acomodé entre las almohadas. Suspiré y después de varios minutos, me dormí.
