- No me mates - murmuré - No le he hecho nada a nadie.
- Será rápido, me han mandado y si no lo hago, me matarán a mí.
- No es justo, yo no he hecho nada malo, por lo menos explícame porqué.
- No te voy a decir nada, yo sólo cumplo órdenes.- rugió...
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La vida no tiene aveces un final feliz, a menos, eso ocurrió para Jo.
Todo salió mal y el vampiro ese que se hace llamar príncipe, se llena la boca diciendo que nada lo puede derrotar.
Espero y mi hechizo haya funcionado. Y claro que fue así, no me llaman uno de los mejores hechiceros por eso.
Las cosas han cambiado mucho desde aquella cosa tan fea pasó. Pero ni modo, tenemos que acostumbrarnos.
Aunque una nueva esperanza se le instaló a Balthasar al saber que nacerá Jo de nuevo, solo que en otro cuerpo. No sabe quien es, pero es la única que puede destruir al ya rey vampiro. O al imbécil, como le digo yo.
Enterramos sus restos en Detroit, al lado de las tumbas de sus padres. Podía sentir su risa, o sus ojos azules mirándome.
Hasta aún lloro al saber que no está aquí, o no de la forma que espero.
Espero y Balthasar no se desespere, y que aprenda a esperar, la clave de todo es la paciencia.
Y quien tiene paciencia, lo tiene todo.
Habían pasado varios meses desde su partida.
Nikki, se había apagado un poco, pero luego, después de tanto tiempo y con nuestro apoyo, ha ido sonriendo mas, y compartiendo más con nosotros. Balthasar no se ríe para nada. Ha vuelto a ser el mismo cascarrabias, solo que peor. Dice que sonreirá de nuevo, cuando la vea.
Espero y sea así. Aunque no lo soporto mucho, tampoco soy tan mala persona para desearle el mal.
Ahora sólo queda esperar, que Jo, aparezca y se encargue de una vez, de matar a ese idiota. Y también se reencuentre con nosotros y con Balthasar.
