Capítulo 2.

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Estiré mi brazo y golpeé el despertador, este cesó. Miré la hora y era las 9:30 am, quería morir. Restregué mi cara en la almohada y busqué dormirme de nuevo, pero tenía cosas que hacer. Lancé un quejido molesto.

Separé la cara de la almohada con gran dolor en mi alma y me deslicé por la cama hasta llegar al piso, el suelo estaba frío, dí un respingo y gruñí, genial, con el pié izquierdo, no entiendo porque estoy de mal humor.

Caminé hacia el baño y apoyé mis manos del lavamanos, abrí mis ojos y me miré, estába espantosa, mis labios hinchados y los ojos achinados, me restregué el rostro sin delicadeza y suspiré. Recogí mi cabello en una coleta despeinada, sin ojear mucho, me cepillé los dientes y lavé mi cara.

Me miré la cara una vez mas, pero al pararme derecha noté algo raro en mi cuello, había una roncha. Me toqué sin pensarlo y me dolía sólo un poquito. ¿Qué es esto?. Me toqueteé varias veces más. Entonces, lo que pasó ayer vino como un áspero disparo a mi memoria. Pensé que era un simple sueño.

Y lo es. De eso estoy segura. Nadie con rostro humano lleva ojos rojos y además, soñar con el tipo de la cafetería, osea, es imposible. Pero esta roncha no me deja otras opciones. Pudo ser un mosquito radioactivo o algo así. Eso debió ser. Una alergia. No estoy segura.

Ya estába más tranquila. Pudo ser eso. Lo bueno es que vaya al doctor a ver que es. El sueño se quedó cómo un sueño. Me calmé, lo que pensé fue una tontería total, que estúpidez.

Encendí la radio y se encendió con la emisora pop, estaba sonando California King Bed de Rihanna. Agarré la escoba y empecé a barrer cantando la musica, aunque algunas veces bailaba con la escoba. Metí mi uniforme y varias ropas sucias que habían en el canasto a lavar.

Quité el polvo con un pequeño trapo limpieza y entre limpiar y limpiar, se hizo las 12:46 pm, me levanté a comer algo. Todo era felicidad hasta cuando ví un vaso roto en medio de la cocina. Paré en seco, mirándolo como si el fuera un asesino serial. En ese vaso estába bebiendo agua ayer, cuando me levanté en el sueño. Se me hizo un nudo en la garganta. Decidí acercarme y recoger todos los trozos de vidrio, que estaban en el piso. Esto es imposible, ¿y que tal si esto es un sueño también y todo es una broma?. Suspiré. No recuerdo nada, si ha de ser como lo planteo, además, ¿Qué hacía él en mi casa, entonces?, no sabe dónde vivo. ¿Y eso ojos rojos?, no existen. Así que descarto esa opción.

Comí algo, tratando de no pensar en lo sucedido o en lo que qué creo que sucedió y comí algo pesado, para estar en el trabajo con buen humor, ya que de aquí allá, esa comida se digiere bien y estoy lista. Guardé mi uniforme y mis patines en mi bulto, salí, tomé el bus y me dirigí a Sweet Coffee, crucé la calle y entré al establecimiento.

Como siempre era una de las primeras en llegar. Guardé mi bulto en mi locker y ya con el uniforme puesto y mis patines, cogí un trapo limpio con agua y aromatizante y empecé a limpiar las mesas. Saludé al jefe y este muy alegre me devolvió el saludo.

-mesa doce, orden.- pasé la hojita donde tenía apuntada la orden, Cassidy, una de las cocineras, cogió la orden y la enganchó en un cordón, amarrado de extremo a extremo.

El timbrecillo que suena cada vez que entra alguien sonó y me puso alerta de otro cliente. Me volteé y me puse fría al ver a él castaño de ayer. Pero esta vez estaba solo. Entró con mucha arrogancia y si que era alto, y si que tenía el cuerpo que muchos quisieran tener. Suspiré e hice como que no lo ví. Tengo la costumbre de ser muy ágil en el trabajo y de atender a casi todos los clientes, pero a él no lo quería atender.

-¡Jo!.- gritó la voz del jefe. Volteé mi rostro, y él estába des-enredando los cables del microfono, rápidamente fui hacía él.

-¿en qué le ayudo?.- pregunté limpiando mis manos en mi delantal.

Opuestos  (Two Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora