-¿seguro que estarás bien?.- pregunté por enésima vez, ella me sonrió.
-tengo veinte años, ¡por Dios Jo!, ¡largate!.- sonreí cerrando la puerta. me sentía muy feliz al tenerla cerca, ya no me iba a sentir tan sola. Bajé las escaleras con mucha energía. Aunque me sentía muy triste por lo que había pasado el día anterior, no podía remediarlo y tenía que aceptarlo, no podía durar mi vida lamentandome de que el que fue mi novio por casi tres años, fuera un completo imbécil. Aún no me detenía a pensar el tema del vampiro acosador en concreto, con la emoción de tener mi mejor amiga cerca y el rompimiento de Tanner y yo, no me ha dado tiempo de pensarlo con claridad. Ya quisiera saber que quiere en realidad. Quiero que salga de mi vida, es frustrante no estar familiarizada con ese tipo de cosas, no puedo entenderlo por más que piense.
Me ha mordido y seguro por eso yo he estado tan débil, por la falta de sangre. ¡Eso es!.
Okey, ¿qué más?, parece no quemarse en la luz del sol y según los datos no profesionales que me han dado las películas de vampiros, el ajo no les hace daño. Lancé un bufido interno al no saber en realidad la verdad de porque no me ha matado, o porque me quiere matar. La idea me eriza la piel. No puedo ni pensarlo.
Me subí al autobús deprisa, llegaré tarde al trabajo, mis ánimos habían subido desmesuradamente. Llegué al trabajo y solo habían varias personas en las mesas, me cambié en unos minutos y salí a trabajar como todos los días lo hacía. Hoy me sentía de más humor que ayer y con más ganas.
-¡mesa dos!, ¡orden lista!.- escuché a Cassidy, me deslicé por el establecimiento y en tiempo récord cogí la orden de la mesa dos. Fui hacia la mesa dos y dejé la orden, sin problema en la mesa y anuncié su pedido. Dije mi habitual discurso, sobre el timbrecillo y me dí la vuelta. Pero este timbrecillo fue tocado. Me volteé a mirar al cliente, no se veía gente amigable, tenían una pinta de malos que se veía desde la esquina.
-¿Qué se les ofrece?.- pregunté a uno de los seis que estaban en la mesa. Quién había tocado el timbre me miró descaradamente, solo ignoré aquello. Se recostó de la mesa y me miró.
-tú numero.- lo miré con duda.
-lo siento, pero no puedo.- murmuré amable.
-¿no me lo quieres dar?.- preguntó con voz fuerte.
-no es eso, sino que estoy en horario de trabajo y no puedo socializar con los clientes.- traté de persuadir.
-Oh.- asintió.- quiero tu numero ahora.- demandó, junté mis cejas, ¿y este?, ¿de donde salió?.
-lo siento pero no puedo darselo, no creo que me pueda obligar y... lo siento, pero me tengo que retirar, disfruten su comida.- Asentí en modo de despedida, pero al voltearme sentí una fuerte nalgada, me quede tiesa por un momento y el enojo me subió hasta la coronilla en ese momento, no se en que me convertí. Me voltee y lo primero que ví se lo eché en la cabeza. Su coca - cola con hielo se escurría por su camisa y cabello crespo. Por un momento tomé conciencia de lo que hice. Oh no. Acabo de cometer un error, pero eso le pasa por tocarme.
Se levantó de un momento a otro furioso. Me eché para atras, echaba chispas por los ojos, juraba que me iba a golpear. Benjamín se puso delante mío y me protegió.
-es mejor que abandone el local antes de que llamen a la policía, señor.- hablo Ben con voz calmada.
-¡esa pequeña puta me las va a pagar!.- me señaló, tenía el corazón a mil, si tenía miedo.
-calmese señor y por favor, abandone el establecimiento antes de que tomemos cartas en el asunto y llámenos a la policí, y lo acuse de acoso.- el tipejo se sacudió claramente enojado y dándome una mirada de odio, salió caminando hacia la puerta, con sus amigos detrás. Suspiré cuando los ví desaparecer por la carretera. Miré a Benjamín, él solo se acercó a mi y puso su mano en mi hombro.
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Opuestos (Two Souls #1)
Vampir- No me mates - murmuré - No le he hecho nada a nadie. - Será rápido, me han mandado y si no lo hago, me matarán a mí. - No es justo, yo no he hecho nada malo, por lo menos explícame porqué. - No te voy a decir nada, yo sólo cumplo órdenes.- rugió...