Menor

CAPÍTULO 7

Las pruebas EMC son las prubas matemáticas a nivel nacional más importantes del país, las mismas pruebas -según lo que me había contado Karma- que habían hecho que Elizabeth hubiera tenido la oportunidad de ir a representar el país en las pruebas en Jamaica.

Ojalá yo pudiera tener de su suerte.

No soy malo en matemáticas, obtengo el porcentaje promedio a los demás, pero tener esa suerte de poder ir fuera del país a presentar pruebas y tener las notas de la escuela en un hermoso 10 aunque lo único que hagas es una prueba de matemáticas.

Por esa razón el ingenio matemático de Elizabeth es envidiable en gran parte de la escuela, según Karma, es la calculadora humana del salón a comparación de los demás que aún cuentan con los dedos.

Todo el mundo haría lo que sea para poder ganar de las pruebas EMC, y con todos me refiero específicamente a Rebecca y con hacer lo que sea me refiero a tomarle fotos a la hoja de respuestas y ahora tener las 140 respuestas plasmadas en su celular.

-Mason, ayúdame- dijo dándome un empujoncito con su hombro: 1A, 2A, 3D, 4A, 5B...- dijo empezando a contar mientras yo jugaba con el papel con las respuestas en mi mano, todas escritas con la corrida letra de Rebecca.

No tenía la intención de recordarlas todas, eso era imposible, pero saber de algunas cuantas tampoco estaría mal.

-¡No estás ayudando!- me gritó Rebecca - ¿y si hacemos una canción con las respuestas? ¿una oración?

-¿De 140 letras?

-¿Ese código de números? ¿Morse? Ya sabes, en el que quedaría 114123142431212324...

-¿Ya te aprendiste todas esas?- pregunté incrédulo.

-No, las últimas diez me las inventé.

-Por cierto ¿Por qué has saltado encima mío ayer en la cafetería?- le pregunté. Ella sólo se encogió de hombros.

-Para demostrarle a la chica esa que se está metiendo en mal camino, siento que esa tiene amargas intenciones contigo.

-Pero si acabas de decir que creías que era la rubia la que estaba detrás de mi.

-Sospechaba que era alguna de esas dos, pero ahora que me lo dijiste ya casi todo tiene sentido. Sólo me falta saber que fue lo que ella vio en ti.

Ella había dicho que era lindo, pensé. Quizás vio algo en mi físico que le llamó la atención, no estaba muy seguro de qué fue, pero en verdad que a mi también me gustaría saber.

Luego, un chico llegó hasta nosotros y al principio creí que estaba borracho por la forma tan brusca en la que había caído en medio de Rebecca y de mi.

-¡Ay mi cabello!- se quejó Rebecca dándole espacio a Nolan para poder sentarse en medio de nosotros.

Él se acomodó de las gafas sobre el puente de su nariz cuando al chocar su cabeza con la mía estas se balancearon encina de su nariz a poco de caer.

-¡Nolan!- gritó Rebecca molesta quejándose de él- ¿Por qué no eres como el resto de las personas civilizadas y pides permiso para sentarte?

-Porque yo no soy un civil normal- dijo levantando un dedo y haciéndose parecer más inteligente de lo que en verdad era. De repente sus ojos se abrieron con un brillo incluido-. ¡Mason! ¿Qué te traes en tus sucias manos con tener una chica de último año?- preguntó dando den un ligero codazo en mis costillas.

-Yo no estoy saliendo con alguna chica de último año- dije pasando mi mano por el cabello.

Ya empezaba a volverse incómodo que empezaran a comprarme con Elizabeth, puede que alguna que otra vez la haya encontrado mirándome o ella me haya encontrado a mi pero eso no significaba que estuviéramos enamorados el uno del otro. Ella es dos años mayor que yo, aunque quisiera algo con una chica mayor sabía que Elizabeth no era la indicada.