CAPÍTULO 19

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Fingí no haber visto nada en cuanto había salido del salón de Octavo. Rebecca había salido corriendo del salón casi como una flecha al ser disparada y para mi pesar, mi camino hacia mi casillero estaba hacia la misma dirección a la que ella iba.

Estaba gritando, oí sus gritos pero no sabía específicamente lo que ella decía, sólo unas cuantas palabras sueltas que no ayudaban en nada.

Seguí mi camino y aparté la mirada del otro octavo cuando me vi forzada a pasar al lado del aula. Supe hacia donde iba Rebecca y sospechaba lo que estaba gritando después de haber a Mason dentro del salón, me había visto obligada a ver dentro del aula aunque los rápidos latidos de mi corazón y mis piernas querian correr lo más lejos de allí.

Él estaba ahí, estaba guardando las cosas en su maleta y organizando su puesto. En cuanto Rebecca había entrado al salón gritando y con su teléfono en la mano él había detenido lo que hacía para ponerle atención a la chica, sin embargo no parecía estar en sus mejores días.

Borré la imagen de Mason y Rebecca de mi mente siguiendo mi camino con la barbilla en alto y el cuaderno con el lápiz a un costado de mi cuerpo. Caminaba por los pasillos entre la poca gente que pasaba, la mayoría sentada en el suelo entre sus grupos formando sus grupos.

Desde que entré a Worsterhire siempre fuimos Karma, Melanie y yo. El mismo grupo de tres amigas que andaba de un lado a otro ocupando de los primeros puestos en las listas académicas. No quería alardear pero siempre hubo de una cierta pelirroja al principio de la lista que nunca se ha dejado caer de su trono por mucho tiempo, aunque Ann siempre estuvo ahí justo debajo de ella esperando un momento para poder destronar a Melanie de su infinito reino.

Ann y Melanie siempre tuvieron de una guerra entre ellas, una guerra que ha sido basada en el silencio y los números. En especial por el número uno, Melanie siempre fue de la primera en casi todo desde que tengo memoria y ser destrozada de su puesto número 1- en especial si fue por Ann- significaría el fin para Ann y Camille.

Evité seguir pensando en ese tema cuando por fin llegué a mi casillero. Había algo raro en el, algo que no tenía desde que había estado ahí por última vez. En cuanto me acerqué ma a el sentí de un olor en el casillero que de alguna manera me hizo recordar de uno de los collares de Karma.

Dejé los libros en el suelo y puse de la combinación del casillero esperando encontrarme con alguna bomba de pintura o alguna mofeta asquerosa dentro de mi casillero.

Pero en vez de eso me encontré con algo completamente diferente que lo único que hizo fue que mi rostro se pusiera rojo de la rabia y también de la vergüenza que me daba que los demás me vieran en esta situación.

Rosas.

Mi casillero estaba repleto de rosas. No había otra persona que hubiera sido el causante de este desorden de rosas en mi casillero que Luke, nadie más en este mundo haría semejante cosa que alguien como Luke.

En medio de todas la rosas se encontraban de una caja blanca con un cierre dorado brillante con la letra A en medio. Frunci el ceño, quizás no era Luke y simplemente el hombre del servicio se había equivocado de casillero.

Cogí de la caja dejando caer unas cuantas rosas y los pétalos al suelo. La caja era de cuero y tenía pequeños detalles dorados en las esquinas, justo encima de la caja se hablaba de una X, una V y una I mayúsculas juntas formando un número romano en un color dorado y rodeado de corazones del mismo color.

Abrí de la caja sin esperarme de la fuerte fragancia de rosas salir de la caja y una melodía de Ariana Grande saliendo de la caja. Tuve que alejar un poco la caja de mis fosas nasales y quitarla en el aire intentando no destruir mi nariz con su fuerte olor.

La caja por dentro traía de una carta, una carta que estaba en el mismo color dorado.

ELIZABETH MILLER:

Has sido cordialmente invitada a una de las mejores fiestas de la ciudad de una de las mejores chicas de la ciudad, la hermosa Ally te invita a su fiesta número XVI en el que será toda una fiesta a la que no podrás faltar.

Lugar: Amaranza
Hora: 15:00
Día: 5/09

Abrí mis ojos ante la invitación de la pequeña mimada de Ally a su fiesta de cumpleaños, aunque era de esperarse. Al final de la tarjeta había de una pequeña nota.

La fiesta será de lluvia de sobres.
El color dorado está reservado.

Pero cuando creí que eso era todo y lo único que tenía que hacer era ir a la tienda más cercana y comprar de un vestido para la fiesta encontré una nota en un color rosa que se nota fue escrita por la mismísima Ally para mi.

Elizabeth, espero estés leyendo esto y si lo haces espero que no te pongáis molesta conmigo y mucho menos con mi hermano.

Y aquí fue donde mi entusiasmo de la fiesta de Ally se esfumó queriendo lanzar la caja al suelo y deshacerme de todas esas rosas de una buena vez.

Luke te ama, no sabes lo mucho que te extraña y lo mucho que está sufriendo por TU culpa.

Y además de eso Ally había hecho de varios círculos alrededor del TU y varias flechas en un color amarillo.

No quiero pelear contigo, sólo quiero que sepas lo mucho que el te ama y que TIENEN que volver. Y si quieres una prueba busca debajo del almohadon rosado las pruebas de cuanto te ama.
Pd: las rosas son de mi hermano, no creas que yo te las regalé.

No había caído en cuenta de ello, la carta había permanecido descanzando sobre un almohado rosado dentro de la caja y al tomar de una de las puntas del almohadon este cedió dejándome al descubierto de un collar junto a una carta doblada varias veces.

El collar tenía un Rubí formando una letra L- que ya tenía más sentido- del tamaño de una moneda y alrededor de la B habían de pequeñas esmeraldas en forma de hojas decorando el collar.

Omití el collar tomando la carta en mis manos y desdoblandola, suspiré lentamente mientras que la abría completamente temiendo de lo que me podría encontrar.

MenorWhere stories live. Discover now