Menor

CAPITULO 23

-Vaya, ha sido bueno que me hayan contado todo esto- dijo el señor de cara regordeta. Al lado de mi escuché como Rebecca resoplaba molesta.

Ya habíamos estado en la oficina del coordinador por casi una hora hablando sobre lo que creemos que había hecho Elizabeth durante la copia, o mejor dicho, ya había hablado con el director del tema.

Rebecca había permanecido recostada en mi silla con los brazos cruzados sobre su pecho y sus piernas cruzadas, se notaba molesta.

-Si señor, teníamos pensado hablar sobre el tema con la directora, pero como sabe, creemos que ella tendría preferencias.

-Yo también, lo creo jovencito... ¡Oh! Mildreth, muchas gracias. ¿Chicos les apetece un poco?- el coordinador había tomado del vaso de jugo que había traído la mujer de limpieza. Rebecca y yo negamos con la cabeza.

-Gracias, pero no, gracias.

El director cogió de la pequeña cucharita de plata y sacó de un pequeño cofre de cristal un poco de azúcar para ponerle al jugo. Se me hizo agua la boca al verlo que me arrepentí de haberle dicho que no.

-¿Sabe que más me parece sospechoso señor Farnworth?

-¿Señor?

-Que Sarah no haya puesto como sospechosa a la señorita Elizabeth, sabiendo que durante toda la semana ella estuvo con las respuestas de la prueba. Pero, uno hace lo que sea por la familia ¿No? -el coordinador se tomó su jugo de un tono amarillento de un solo sorbo.

-Si señor -se me secó la garganta al escucharlo. Ahí estaba otra vez, Elizabeth y la directora eran familia, ya estaba más que confirmado.

-Mejor le digo de todo esto al jefe de área, y tampoco está de más hablar con el coordinador de convivencia- dijo dejando del vaso ya vacío en la mesa y levantándose de la silla haciendo un sonido con el suelo. Al levantarse de su mesa sentí que iba a saltar hasta la puerta cuando su gran barriga apareció frente a nosotros empujando de la mesa.

Voltee a ver a Rebecca, ella estaba igual de asombrada que yo.

El hombre dio una vuelta alrededor de su mesa hasta llegar hacia nosotros, se acercó a nosotros -tanto que creí que me iba a aplastar con su barrigota- expandiendo su mano hacia mi. Sus dedos eran gordos como salchichas de carne de cerdo y al tomar de su mano recordé aquella vez que llené un guante de doctor con harina, sólo que está vez los dedos que eran asfixiados eran los míos.

-Bueno, señor Farnsworth, señorita....

-McKenzie- dije yo al ver que Rebecca no respondía, ella había vuelto a poner su cara de amargada y a cruzar sus brazos poniendo su peso en una sola pierna- Rebecca McKenzie.

-Señorita Kenzie, será... - el hombre mostró de su perfecta sonrisa mientras que le extendía la mano hacia Rebecca, ella no se movió dejando al hombre con la mano extendida.

El coordinador, apenado, llevó su mano hasta su pantalón hasta detrás de su espalda, su cara estaba roja no sabía si del calor que hacía -y no faltaba decir de la presencia de aire acondicionado- o por la vergüenza.

-Entonces... nos vemos luego, y gracias por haber venido hasta mi.

Dijo cerrandonos la puerta detrás sacandonos del aire acondicionado que había dentro. Rebecca finalmente abrió la boca, no obstante, ella seguía con su cara de amargada.

-Si serás idiota, ese cerdo no va a hacer nada por nosotros -Dijo molesta bajando la voz para que nadie escuchara como llamó cerdo al coordinador académico.

-Claro que si, ¿Acaso no viste como se puso de alegre cuando supo que fue el primero con el que fuimos en vez de ir con la directora? Sé que no no va a defraudar.

-Por dios, ¡Tu y tu falsas esperanzas, Mason! ¿Cuando entenderás?- dijo ella, no respondí así que ella siguió hablando:-. Sólo quiero que sepas que si esto no funciona yo misma me haré cargo de esto.

Y así ella caminó rápidamente dando una vuelta alrededor mío hasta salir de la sala. Dejándome completamente solo.

Feliz añoooo!!! Este capítulo será el primero de este año ¡Feliz 2017!

En multimedia está Karma, me tomó bastante poder escogerla.

-RBG