Era una tarde de esas comunes, de estudio en grupo y charlas espontáneas al azar. Kuroo estaba enfrascado en sus problemas de química analítica, Daichi leía unos textos sobre programación y redes, y Oikawa practicaba tomándole la presión a Ushijima con un tensiómetro.
—Kuro —dijo Bokuto en un momento dado; tenía todo el pelo revuelto de pasarse las manos por la cabeza, ansioso.— Necesito tu ayuda.
—¿Mmmh? —murmuró Kuroo, ajustándose los lentes sin apartar la vista de su cuaderno.— ¿Con matemática?
Bokuto sacudió la cabeza.
—No —denegó poniéndose muy recto.— Necesito que me enseñes a ser sexy.
Daichi casi escupió el té al que acababa de darle un sorbo, y Tooru largó una sonora carcajada.
—Hasta que a Bokuto le llegó la pubertad —comentó ladinamente, mientras apretaba la perilla que bombeaba aire hacia el brazalete en torno al brazo de Ushijima.
—Ser sexy no se hace, se nace —dijo Kuroo entonces; se pasó una mano por el pelo, alborotándoselo, y se sacó los lentes con parsimonia, sonriendo de lado mientras mordía una de las patillas.
—¡Exacto, así mismo, Bro! —asintió Bokuto, observándolo con atención. Sacó su celular y apuntó hacia su amigo.— Hazlo de nuevo, lo grabaré como referencia.
—¿Por qué de pronto quieres ser sexy? —preguntó Tooru, sin dejar de presionar y presionar la perilla; Ushijima fruncía un poco los labios mientras su brazo se ponía azul lentamente, pero no se quejaba.
—Porque quiero gustarle a Akaashi.
—Ya tuvimos esta charla, Bro —le recordó Kuroo, poniéndose las gafas de nuevo.— Le gustas a Akaashi, punto.
—Ya sé eso, pero quiero gustarle más... más como... —movió las manos, buscando la frase correcta.— Que me vea sexy.
—Nuestro pequeño búho crece y quiere sentirse deseado —lloriqueó Tooru, sin parar de apretar la perilla del tensiómetro.
—Tontooru... —musitó Ushijima; recibió una mirada torva y más presión.— N-nada.
—No te preocupes tanto, cada uno es sexy a su manera —opinó Tooru entonces.— Tú también lo eres.
—¿Ah, sí? —los ojos de Bokuto se iluminaron.— ¿Cuál es mi punto sexy?
—... Pues, uh... Kuroo te lo dirá, es tu Bro.
—¿Bro?
Kuroo carraspeó y compuso un gesto serio.
—A ver, Bro, presta mucha atención —Bokuto asintió, observándolo sin parpadear.— Una buena parte de ser sensual es verse bien, claro, como en el caso del aquí presente Tontooru...
—Recuerda que tengo acceso al cloroformo de la universidad y sé los principios básicos de la castración.
—... como iba diciendo, una parte es el aspecto físico —continuó Kuroo.— Pero lo más importante para verte sexy, es la actitud. Por ejemplo, lo tenemos a Daichi —señaló al chico en cuestión—, con su musculosa espalda que más de una muchachita sueña con marcar en un loco arranque de pasión —Daichi hizo una mueca y siguió concentrado en sus textos.— Pero su toque sexy está en su carácter: cálido, confiable, firme, protector —le guiño un ojo; Daichi lo ignoró, aunque sus orejas se veían levemente sonrosadas.— Ahora lo tenemos a Oikawa, el tipo atractivo y con estilo por el que las chicas suspiran desde que se enteraron que tenían hormonas —Tooru esbozó una sonrisita de suficiencia.— Pero no solo les resulta bien parecido, si no que también les atrae su confianza en sí mismo, su personalidad juguetona, algo maliciosa y sociable al mismo tiempo —Oikawa hizo el gesto de la victoria con los dedos.— Por otro lado lo tenemos a Ushijima y él es... es... bueno, es Ushijima. Lo es todo.
ESTÁS LEYENDO
El Club de los 5 - Haikyuu!!
FanfictionLos chicos de tercero dejan atrás la preparatoria y entran a la vida universitaria. Oikawa se muda a Tokio sin Iwaizumi, tras haberse declarado torpemente y sin saber la respuesta. Allí descubre que sus nuevos y ruidosos vecinos son Kuroo y Bokuto...