Capítulo 3

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Casi otra semana más tarde, las actividades deportivas de la universidad ya habían dado comienzo, y el trío de ridículos (léase: Oikawa, Kuroo y Bokuto), estaban más emocionados que críos en el día de su cumpleaños. Solían encontrarse cada día al término de clases para ir juntos al club, pues Oikawa asistía a la facultad de Salud, y los otros dos a la de Ciencia y Tecnología.

—... y le dije que la próxima vez iríamos —iba diciendo Kuroo mientras caminaban por el patio del edificio una tarde de aquellas.

Bokuto asintió distraídamente.

—Claro. Sí, yo quiero dos de carne —replicó con aire ausente.

—Me gustaría complacerte, bro, pero sólo tengo "uno de carne" —lo miró moviendo las cejas sugestivamente, pero Bokuto no reaccionó ni comentó nada estúpido.— Hey, la Tierra llamando al As más idiota de Tokio —no hubo respuesta. Chasqueó los dedos frente a la cara de su amigo.— ¿Hola? ¡Mira, yakinikus gratis! —se inventó señalando a cualquier parte.

Nada. Cabreado, le puso el pie por delante para hacerle una zancadilla. En sus momentos lúcidos, los reflejos de Bokuto eran suficiente para esquivar una tontería infantil como una zancadilla, pero ahora simplemente tropezó y hubiese caído si Kuroo no lo sujetaba por el brazo.

—¿Se puede saber qué demonios te pasa? —lo increpó, frustrado ante el humor raro de su amigo durante los últimos días.— ¿Ya se te terminó de esponjar el cerebro o qué?

Bokuto se encogió de hombros.

—Nah, yo... solo pensaba.

Kuroo lo observó en silencio unos segundos.

—Tú. Pensando. Ajá —asintió.— Pues si tu "yo pensante" es este ser autómata... por favor, vuelve a ser el cabeza hueca sin pensamientos de siempre —lo tomó por los hombros y empezó a sacudirlo.— ¡Vuelve en ti, bro! ¡VUELVE EN TIII!

—¿Qué sucede? —preguntó Oikawa, llegando junto a ellos mientras la gente en el patio los observaba con recelo; algunos reían.

—Bokuto está "pensando".

—Oh, así que es posible, no se trata solo de un mito —replicó Oikawa con tono de genuina sorpresa.

—Ya basta, ustedes dos, seres malignos y perversos —masculló Bokuto guardando las manos en los bolsillos con gesto enfurruñado; luego se quedó callado, contemplando un punto lejano.

Los otros dos muchachos compartieron una mirada cómplice. La verdad es que Bokuto había quedado con el cerebro marcando ocupado desde aquella noche del fin de semana anterior; esa en la que Kuroo le sonsacó a Oikawa la verdad sobre su estado de "estupidez hormonal", entiéndase, que andaba enamorado y de quién. Tooru aún se sorprendía de lo fácil que le había resultado contarles sobre ello a esos dos desquiciados que tenía por vecinos, y estaba agradecido porque lo siguieron tratando como siempre.

No obstante, ambos habían notado algo extraño en Bokuto, pero no pudieron precisar qué. Esa sensación de extrañeza incrementó cuando comenzaron las prácticas de volley. Físicamente, Bokuto estaba tan a pleno como siempre, y a Oikawa no le costó adaptarse a su ritmo para darle pases. Sin embargo, el ex capitán de Fukurodani se veía bastante fuera de foco en lo que a ánimo y concentración mental refería, sobre todo fuera de las prácticas.

Al principio Kuroo lo molestaba y se metía con él como de costumbre, pero ante la apatía creciente de Bokuto, no sabía cómo reaccionar.

—Para apático inexpresivo ya lo tengo a Kenma, te recuerdo, y su puesto es irreemplazable, así que cambia el gesto de un maldita vez —dijo Kuroo dándole un manotazo en la espalda.

El Club de los 5 - Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora