Noviembre estaba cada vez más cerca, y junto con el nuevo mes llegarían los encuentros universitarios de volley en los cuales se enfrentarían a las universidades de Akaashi e Iwaizumi. Por esa razón, Bokuto y Oikawa estaban en un estado de vaivén emocional que el resto no sabía cómo manejar. Precavidamente optaron por ignorarlos a ambos... siempre que pudieran. Cosa que no sucedía a menudo, por supuesto.
Bokuto comenzó a tener pesadillas en las que Akaashi, disfrazado de cucaracha, proclamaba que el As de su nuevo equipo era mucho mejor, tras lo cual ambos se iban juntos, volando encima de una burbuja y rodeados de coloridos fuegos artificiales.
—¡NOOOO! —se despertaba Bokuto, gritando.— ¡LAS BURBUJAS Y LOS FUEGOS SON NUESTROS, AGAAASHEEEEE! ¡BROOO, LA CUCARACHAAAA! ¡SE VA, SE VUELAAA! ¡BROOO!
La primera vez Kuroo pensó que de verdad había una cucaracha volando en la habitación de su amigo, y llegó corriendo a socorrerlo. La segunda noche que ocurrió lo mismo, simplemente entró para tirarle un pantuflazo por la cabeza para que se callara. La tercera vez ya ni lo escuchó, porque se había puesto tapones en los oídos. Por la mañana encontró a Bokuto en el comedor, ojeroso y acurrucado entre la cortina de la ventana, balbuceando sobre insectos y abandono.
En el caso de Oikawa no se despertaba a mitad de la noche, víctima de pesadillas absurdas, por el simple hecho de que casi no dormía. Por eso mismo, cada madrugada después de las dos de la mañana, su celular sonaba puntualmente y sin falta.
—Vete a dormir —le ordenaba la voz de Iwaizumi desde el otro lado de la línea.
—Estaba durmiendo, Iwa-chan —respondía Tooru con pretendida inocencia.
—Y una mierda —replicaba Hajime.— Sé que estabas viendo por nonagésima los videos de los campeonatos de volley de mi uni —resoplido.— Vete a descansar de una maldita vez.
—Sí, Iwa-mamá... —recién entonces Tooru apagaba el TV y se metía en la cama.
Cada noche Iwaizumi se ponía una alarma a esa hora de la madrugada para llamar a Oikawa y cerciorarse de que se fuera a dormir. Conocía muy bien su manía de obsesionarse con los partidos que más le interesaban, por la razón que fuere, y sabía que terminaba durmiendo poco y muy tarde.
"Maldito idiota obsesivo-compulsivo del volley, debería dejar que se las arreglara solo de una jodida vez", pensaba Hajime cada vez que lo despertaba la alarma para hacer la correspondiente llamada. Pero nunca cumplía sus propias quejas, y seguía ocupándose de Tooru aún en la distancia.
Otro efecto de la inestabilidad emocional de los chicos, era que Bokuto había vuelto a sus episodios depresivos con más frecuencia (se negaba a recibir los pases de Tooru en los entrenamientos y por lo mismo terminaba practicando solamente con Shirabu como setter, pues al parecer el chico le causaba menos sentimiento de culpa); y Oikawa, por su parte, lidiaba con su nerviosismo haciéndole todo el bullying posible a Ushijima.
—El horóscopo de la semana para Leo dice que, si quieren obtener fortuna en el deporte, la gente de ese signo debería meter la cabeza en una licuadora y apretar el encendido —leyó Oikawa en una revista, mientras subía y bajaba una pequeña pesa para mano.
—Pobre gente —opinó Ushijima.
—Tú eres de Leo.
—Oh.
—No le creas, Ushijima —comentó Daichi al ver que la vista de Wakatoshi se posaba en la licuadora que había en la cocina.
—¿Y qué dice para Cáncer? —dijo Kuroo entonces, arrebatándole la revista a Tooru.— Oh, mira, aquí en consejos de los astros pone algo interesante.
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El Club de los 5 - Haikyuu!!
FanfictionLos chicos de tercero dejan atrás la preparatoria y entran a la vida universitaria. Oikawa se muda a Tokio sin Iwaizumi, tras haberse declarado torpemente y sin saber la respuesta. Allí descubre que sus nuevos y ruidosos vecinos son Kuroo y Bokuto...