Capítulo 29

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Era un mal sueño. Solo eso.


Una pesadilla.


No era real. No podía serlo.


Pronto terminaría...


Tooru abrió los ojos de repente, sintiéndose sumamente desorientado y con malestar físico. Le llevó un rato entender qué hacía durmiendo en el recibidor de su departamento, abrazado a una pantufla de Godzilla, hasta que recordó la fiesta de la noche anterior y todo cobró sentido.


Se incorporó y se arrastró miserablemente hasta el baño, donde se duchó antes de ir a la cocina para comer algo y tomarse unas pastillas que le quitaran aquel horrible zumbido de los sesos. Casi ni probó los huevos revueltos que se hizo, los dejó a un lado y tomó bastante agua junto con la medicina. Luego se quedó allí sentado, con el rostro hundido entre los brazos, prometiéndose a sí mismo no volver a probar alcohol en lo que le quedara de vida. Lo juraba por los fuertes brazos deIwa-chan.


Entonces recordó que había estado soñando algo antes de despertar, y a la acidez estomacal se le añadió una opresiva pesadumbre de ansiedad; pero no podía recordarde qué se trataba el mal sueño. Supuso que así era mejor, pues ya se sentía lo suficientemente indispuesto sin necesidad de recordar pesadillas angustiosas. Y hablando de angustia...


Tomó su celular y se quedó viendo la pantalla. Se acordaba de haber llamado a Iwaizumi antes de dormirse en el recibidor, y estaba seguro que le había cantado, pero no recordaba si Hajime le había contestado algo o no; lo más probable es que lo hubiese insultado y mandado a dormir. Sonrió con nostalgia. Cada vez se veían menos con Iwaizumi, y aunque se mantenían en contacto por llamadas y mensajes, había un montón decosas cotidianas que estaban perdiéndose de compartir. Cosas pequeñas, cosas tontas y casi insignificantes en el día a día, pero eran cosas que ya no compartían entre ellos, si no con otraspersonas. No se veían desde el verano, ninguno había podido viajara ver al otro, y las llamadas y mensajes se espaciaban más cuandolos dos estaban muy atareados entre estudios y entrenamientos, lo que últimamente sucedía casi todo el tiempo.


Tooru entendía todo eso. Su parte racional comprendía que así era su relación ahora, que no había mucho más que pudieran hacer, pues ambos habían tomado sus propioscaminos en la vida; y aunque trataban de que sus rumbos no se alejaran demasiado, había momentos en que resultaba inevitable el distanciamiento, como líneas tangentes que se encuentran en un solo punto, por única vez, y después se alejan para no volverse a encontrar jamás.


A pesar de que intentaba no deprimirse innecesariamente al respecto, habían muchas veces en las que Tooru sentía que era el único interesado en sostener la cercanía de su  relación, el único que se esforzaba en no perder el estrecho vínculo que siempre los había unido...


El sonido de una llamada entrante lo salvó de seguir hundiéndose en pensamientos innecesariamentedeprimentes. No le sorprendió que se tratara de Ushiwaka, solo esperaba que el maldito se sintiera tan mal como él; aunque conociéndolo era muy probable que contara con un gen específico anti-resacas.


—Oikawa...


La voz pastosa e insegura de Ushijima fue música para sus oídos, confirmándole a Tooru que en esos momentos no era el únicosintiéndose cualquier cosa menos un ser humano. Sin embargo, las siguientes palabras de su compañero lo dejaron perplejo.

El Club de los 5 - Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora