Capítulo 26. Vulnerables.
CONNOR
Llego a casa a eso de las diez de la noche, mi cabeza punza de dolor y mi espalda se siente como si hubiese estado cargando un enorme saco de piedras todo el día, el cansancio está acabando conmigo; he trabajado sin descanso todos los días de la semana pero no me quejo porque al menos puedo encargarme de las necesidades de mi pequeña hija sin preocuparme por el dinero, es difícil, pero lo único que me importa es que a Kiara no le falte nada.
Cuando entro a casa no me sorprende la soledad, mis padres suelen dormirse temprano y el personal de la casa descansa a partir de las nueve y media. La luz prendida del comedor llama mi atención al instante y no dudo en dirigirme hacia allí pensando que solo se les olvidó apagarla, sorpresa grande me llevo al ver a Becca sentada en la cabecera del comedor tecleando con efusividad el teclado de su laptop la cual se encuentra frente a ella mientras mira con suma concentración la pequeña pantalla, el ruido de mis zapatos chocando contra el suelo la hace voltear a ver en mi dirección. Sus ojos azules me mira aún resentidos unos segundos antes de volver a su asunto.
Suelto un suspiro agotado y me acerco a ella.
— Sigues enojada...
— ¿Enojada porque me dejaste? No.—me interrumpe irónica— ¿Decepcionada de lo ingenuo y débil que eres? Si.
— Becca entiende que dejarlo fue lo mejor para ambos, no puedes simplemente obligarme a sentir amor por ti. Sabes lo que siento, me disculpé contigo porque lo nuestro no funcionara y sé que no debí haberte dado alas sabiendo que Kendy aún no había salido de mi mente ni de mi corazón. Lo siento.
— Me usaste para olvidarla, ¿Te das cuenta de lo mierda de persona que eres?—escupe poniéndose de pie.
— No es así, cuando perdí las esperanzas de volverla a ver y tú llegaste a mi vida yo solo... quise darme la oportunidad de volver a querer a alguien y hacer las cosas bien. Nunca me imaginé que ella volvería a mi y que al verla todo lo que sentía por ella iba a crecer aún más. Lamento que no haya funcionado Becca, pero no lamento amarla, es lo que siento y estoy jodidamente harto de callármelo. Lo siento, de corazón te digo que lo siento mucho. Pero cuando sea el momento indicado le diré todo a mis padres; que no estamos juntos y que en realidad la quiero a ella.
Becca suspira tomando su laptop, me mira con indiferencia y una sonrisa de lado se forma en sus labios.
— Bien, dile todo eso a tu padre y mira cómo le da un infarto fulminante, yo también pienso contar mi versión de los hechos y sabes bien que él me aprecia como si fuera su hija.—pronuncia duramente comenzando a caminar hacia mi hasta detenerse a unos pocos centímetros de distancia—. Por cierto, hoy fui a invitar a tu amorcito a la celebración que tus padres piensan hacer el sábado, hubieras visto su cara cuando le dije que celebraríamos que oficializamos nuestra relación.
Mi mandíbula se aprieta con fuerza al escucharla, la miro con la ira queriendo estallar y ella sonríe inocentemente antes de dar suaves palmaditas en mi hombro.
— No me mires como si fuera una maldita porque no lo soy, yo soy justa Connor; ojo por ojo, diente por diente. Me jodes, te jodo tres veces peor. Supongo que estamos a mano.
Dicho esto pasa por mi lado y se marcha a su habitación. Trago fuerte y me llevo las manos a mi cabello para jalarlo con fuerza. Kendy debe estar pensando lo peor de mi, ella debe estar odiándome, le prometí luchar por ella y no volverla a lastimar y es justo lo que acabo de hacer.
Chasqueo mis dientes y regreso al garaje para subirme a mi auto y ponerlo en marcha hacia su casa, me niego a esperar hasta mañana para ir a ver cómo está. Estoy tan malditamente preocupado que manejo a una velocidad alta e incluso me salto un par de altos pero no me importa, lo único que realmente me importa en este momento es llegar a ella y explicarle todo.
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Kendy ©
Teen FictionLa vida de Kendy siempre se ha resumido en ser buena hija, buena amiga y ser un buen ejemplo a seguir para sus hermanos menores. Pero todo cambia cuando ella y sus hermanos son trasladados a un nuevo instituto a mitad del año escolar. Allí Kendy co...