Kendy ©

🌸Capitulo 10🌸

Capitulo 10. Encuentros Inesperados.

KENDY

Miro detenidamente al elegante hombre trajeado frente a mi sin llegar a reconocerlo al instante. Su porte ya no es más aquella porte despreocupada de hace ocho años, ya no viste sus horribles jeans antiguos que tanto le gustaban, ni sus camisas polo sueltas. Mi padre era un hombre sencillo, hogareño y cariñoso antes de que se separara de nosotros, su negocio apenas iba creciendo y él era tan alegre.

Pero ahora... El hombre frente a mi es alguien completamente diferente.

Sus ojos azules me miran sin emoción, como si mi presencia aquí complicara su ocupada vida, puedo ver cuán tenso está y me siento como si fuera un maldito estorbo en su camino. Mi padre se acerca a mi y como una ingenua espero su abrazo pero él se limita a darme una sonrisa tensa y un asentimiento como saludo.

Trago fuerte apretando mis labios con fuerza, es imposible regresarle la sonrisa o contestarle alegre cuando su expresión solo me hace sentir como si fuera un bote de basura lleno de aliens en lugar de su hija.

— Hola papá.—susurro finalmente con un nudo en el pecho, sin moverme de donde estoy.

Bruno se coloca a mi lado con mis dos maletas y asiente en dirección a mi padre.

— Sana y salva señor Kannigan, aunque el tráfico fue un problema.

— Gracias Bruno, por favor sube las maletas de Kendy a la habitación que prepararon para ella.—le indica papá, Bruno se marcha dándome una última mirada—. No te quedes allí Kendy, acompáñame a la sala, en unos minutos debo ir a una reunión con algunos accionistas así que no tengo mucho tiempo.

Lo sigo sin pronunciar ni una sola palabra, pronto llegamos a una preciosa sala de estar con sillones de cuero de color gris y una mesa de centro de vidrio. Todo en esta casa parece ser de color blanco, negro y gris, algo me dice que la encargada de elegir la decoración fue mi queridísima y colorida madrastra; Amanda Evans. Tomo asiento en uno de los sillones mientras que mi padre se dirige hacia la gran chimenea para tomar un puro y ponerse a fumar, hago una mueca de asco ante el olor que comienza a llenar el lugar.

— No sabía que fumabas.—hablo rompiendo el silencio.

— No lo hago siempre, solo cuando me siento hostigado.

Alzo mis cejas.

— ¿Mi presencia te hostiga papá?—pregunto sin poder evitarlo—. Y eso que soy solo yo, no me quiero imaginar cuando tengas a tus cuatro hijos reunidos, porque tienes tres hijos más... ¿Los recuerdas, verdad?

Él se voltea hacia mi para mirarme con seriedad.

— ¿Qué quieres decirme con eso, Kendy? Por supuesto que recuerdo que tengo más hijos, nunca me he olvidado de ellos.

— No quiero decirte nada, tú deberías saberlo.—murmuro poniéndome de pie—. Ellos te extrañan mucho papá, hace más de siete años que no te ven y tú ni siquiera los llamas, solo eran unos niños cuando te fuiste, Tany ya ni siquiera recuerda tu rostro. Sé que eres un hombre ocupado ahora, pero tus hijos también te necesitan y sería genial que pudieras darles solo un poco de tu tiempo a ellos...

Papá suspira desviando la mirada, su quijada se aprieta.

— Yo les envío dinero...