Capitulo 12. Sin esperanza.
KENDY
Un peculiar olor a alcohol y a medicina invade mis fosas nasales enviando una punzada dolorosa a mi cabeza que a su vez me hace entreabrir los ojos, una luz blanca muy brillante me da de lleno en la cara, mis ojos se humedecen y se cierran repetidas veces para poder acostumbrarse a la claridad. Mi garganta se encuentra seca por lo que cuando trago arde como el infierno, me toma unos pocos segundos darme cuenta de que me encuentro en una habitación de hospital, la enfermera que revisa la bolsa de suero a mi lado me da una sonrisa tranquilizadora y me dice que todo está bien y seré dada de alta en dos horas más. No tarda mucho en marcharse.
En un principio me encuentro desorientada, confundida, sin saber por qué y cómo es que llegué aquí. Luego recuerdo que estaba a punto de almorzar con la bruja de Amanda, Noah y Zoe, cuando vi mariscos en mi plato y corrí a vomitar, luego recuerdo a Noah ayudándome a no caer y después solo veo oscuridad.
Me desmayé.
— No puede ser.—susurro removiéndome sobre la cama.
La puerta de la habitación es abierta de pronto y Zoe junto con Bruno entran por ella, el alivio recorre mi cuerpo al ver por fin dos caras familiares, pero nuevamente me tenso al ver que ambos me miran serios, preocupados e incluso tristes, por un momento llego a pensar que tengo algo grave pero la enfermera me dijo que todo estaba bien.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?
Zoe me da una mirada confusa antes de acercarse a mi, con un poco de dificultad debido al mareo me reincorporo sobre la cama hasta estar sentada, la mano de mi amiga busca la mía de inmediato.
— ¿Realmente no sabes lo que está pasando dentro de tu cuerpo, Kendy?—pregunta por lo bajo.
— No tengo ni idea, ¿tú lo sabes? ¿por qué me miras así Zoe? ¿qué pasa?
La desesperación comienza a envolverme entera, no saber a qué diablos se refiere Zoe me tiene con los nervios de punta, más cuando ella me mira como si yo estuviera en serios problemas, grandes problemas.
— Estás embarazada, Kendy.
No es Zoe quien me confiesa aquello, el que me da la noticia que cambia mi vida por completo es Bruno.
Al escucharlo todo a mi alrededor parece detenerse, los latidos de mi corazón se disparan a la misma vez que mi estómago se revuelve, al principio no siento nada más que la sorpresa de la noticia pero conforme pasan los minutos un montón de sensaciones comienzan a atacarme una tras de otra; miedo, ansiedad, temor, confusión, tristeza y al final se siente una sensación amarga en mi boca.
Estoy embarazada.
¿Cómo fue eso posible?
Los recuerdos de aquella noche en casa se Connor vienen a mi mente, yo estuve con él, lo recuerdo perfectamente. Mi corazón da un salto cuando intento recordar si usamos protección y caigo en cuenta de que no nos cuidamos, él y yo estábamos tan perdidos el uno por el otro, tan sumidos en el placer y la intensidad del momento que ninguno pudo recordar que no estabamos usando un maldito condón. Mis ojos se cierran con fuerza deseando que todo esto sea solo un sueño, pero es real.
Fuimos irresponsables y ahora las consecuencias de nuestro desenfreno y descuido está creciendo dentro de mi.
No me doy cuenta de que he comenzado a llorar hasta que Zoe se sienta a mi lado y me abraza con fuerza reconfortándome. Bruno se acerca a nosotras para acariciar mi cabeza mientras lloro en el hombro de su hija.
ESTÁS LEYENDO
Kendy ©
Ficção AdolescenteLa vida de Kendy siempre se ha resumido en ser buena hija, buena amiga y ser un buen ejemplo a seguir para sus hermanos menores. Pero todo cambia cuando ella y sus hermanos son trasladados a un nuevo instituto a mitad del año escolar. Allí Kendy co...
