Kendy ©

🌸 Capitulo 6 🌸

🚫 Atención: este capitulo contiene una escena larga con contenido adulto, si eres menor de edad o no te gustan este tipo de escenas te pido que no lo leas, muchas gracias 🚫

Capitulo 6. La verdad.

CONNOR

Bailaba con Kendy al son de una melodía lenta, besaba sus regordetes labios con hambre y pasión, y luego simplemente miraba esos ojos cafés mientras que en mi interior me maldecía con furia por ser tan débil y patético. No se suponía que el que terminara enamorado sería yo, pero me llevaba el diablo porque fui tan imbécil de caer por ella, solo le bastaron unas pocas semanas para cautivarme por completo, solo le bastó ese corto tiempo para darle un gran golpe a mi ego y conquistar mi estúpido e inútil corazón.

Esa noche mientras bailábamos me di cuenta de que la quería, así que tomé la decisión de mandar todo al carajo, me daba igual tener que ser el sirviente de mis amigos, me daba igual no ganar la cita con Tara... ya ni siquiera sentía atracción por ella, sin duda alguna la pelirroja era hermosa y despampanante. Pero la única chica que invadía mis pensamientos por la noche e incluso por el día era Kendy. Le pedí que fuera mi novia y ella aceptó emocionada para luego besarme con alegría provocando así que todo mi interior se estremeciera con fuerza.

Ella pasó de ser solo la chica de la apuesta a ser la chica que me trae estúpido.

Después de bailar pegados un buen rato cenamos y hablamos de nuestros gustos, de nuestros pasatiempos y muchas cosas más. Supe que anteriormente había tenido un novio a escondidas de su madre, ese chico la hizo volar por las nubes e incluso tuvo su primera vez con él, pero al día siguiente ese bastardo la botó por otra chica. Mi sangre hierve cuando ella termina de contármelo, no solo enfurezco con el idiota ese, también enfurezco conmigo mismo porque estuve a punto de cometer la estupidez de lastimarla. El solo hecho de pensar en lastimar a esta chica tan dulce e inocente ahora me da escalofríos, no podía ser tan hijo de puta.

Pero era un cobarde, en el fondo quería demostrar que yo podía lograr todo lo que me propusiera.

Los siguientes dos meses fueron los peores porque mi mente se dividía entre seguir con la apuesta o no. Había pedido un mes más a los chicos con la excusa de que necesitaba más tiempo para enamorar a Kendy, pero en realidad lo necesitaba para pensar bien lo que haría. Faltaba poco más de un mes para terminar la escuela, los examenes finales estaban a la vuelta de la esquina y yo ya había tomado una decisión. Acabaría con la puta apuesta de una vez por todas, pero no lastimaría a Kendy, no cuando sabía que estaba más que enamorado de ella, ella era mi otra mitad y no estaba dispuesto a perderla por un juego tonto.

Así que el día viernes treinta de abril invité a los chicos a mi casa con el fin de hablar sobre la apuesta. Pero mis planes se fueron al caño cuando ellos trajeron a Kendy y armaron una jodida fiesta. Me encontraba tan frustrado que empecé a tomar como loco, a las diez de la noche ya estaba más de allá que de acá, no me separaba de Kend, la abrazaba y la besaba cada vez que podía. Le decía cuánto me gustaba y lo mucho que la deseaba, en un punto ambos estábamos tan borrachos que terminamos bailando sensualmente en medio de la sala de estar de mi casa.

Ella se encontraba de espaldas a mi y yo abrazaba su cintura con firmeza, no había nada de espacio entre los dos, así que podía sentir su hermoso trasero restregarse contra mi entrepierna poniéndome cada vez más duro con cada maldito roce, ella me estaba llevando hacia las nubes.

Decidido la obligué a girar y ataqué su boca con pasión escuchando los gritos y las burlas de mis amigos de fondo. No me importaba nada más que ella, estaba envuelto en el profundo deseo de poseer todo su ser. Ella se aferraba a mi cuello como si la vida dependiera de eso, no supe ni en qué momento ambos subimos las escaleras a tropezones, mucho menos tengo idea de cómo logramos llegar a mi habitación. Lo único que sé es que ella ya se encontraba sobre las sábanas blancas de mi cama con tan solo su ropa interior puesta, estaba borracho, ella igual, pero ambos etabamos deseosos de perdernos uno en el otro.