Capitulo 2. El chico de ojos grises.
KENDY.
Izquierda, derecha, izquierda, derecha.
Estoy. Perdida. Otra. Vez.
— Joder, ¿Qué es esto? ¿Hogwarts? Si es así quiero encontrarme con el maldito Ron Weasley.—murmuré frustrada.
Las clases habían empezado hace más de treinta minutos y yo seguía sin encontrar el maldito salón de cálculo, Brody y Fany habían desaparecido por diferentes pasillos y me habían dejado sola hace mucho. ¡Qué hermanos más traicioneros!
Odio mi vida.
— Woa, woa, woa, woa, woa, woa.
Una chica con largo cabello rosa camina por el pasillo cantando una canción de Rihanna o al menos eso parece que intenta, pero en realidad suena como una gato afónico dando a luz.
— Emm, ¿disculpa?—llamo su atención, ella sonríe como si estuviera drogada y se acerca a mi.
— ¿Si?—pregunta sacándose los auriculares.
— ¿Sabes dónde está el salón de cálculo?
— Amiga, el salón de cálculo está justo en frente de ti.—dice riéndose entredientes, miro hacia un lado y tiene razón, ahí está—. Y eso que tienes pinta de ser una cerebrito.
Ella me escanea de arriba a bajo y sonríe burlona.
— No lo soy, pero tampoco soy una burra en la escuela. Realmente no había leído el letrero.—respondo ofendida por su comentario.
— Claro, debo ir a clase, adiós ñoña miope.
La chica sigue su camino ignorando mi mirada ofendida y cantando ahora mucho más fuerte que antes. Por Dios, la gente en esta escuela debe estar loca.
No pierdo más tiempo y toco tres veces la puerta del salón, luego de unos segundos esta se abre dejándome ver a un viejo calvito y enano. Sus ojos saltones me miran estrictamente.
— Tarde.—pronuncia con aburrimiento.
— Lo siento, lo que pasa es que soy nueva y me perdí.—me excuso rápidamente, él bufa y se hace a un lado dejándome entrar, suspirando me adentro al salón y la incomodidad me invade casi de inmediato, tengo aproximadamente cuarenta pares de ojos mirándome como si fuera la cosa más rara y anormal del planeta y la jodida galaxia.
— Al parecer tenemos una alumna nueva. Preséntese señorita.—anuncia el profesor cruzándose de brazos.
Suelto un "joder" por lo bajo y luego carraspeo.
— Me llamo Kendy Hale, tengo diecisiete años y me han transferido desde el instituto Fordbent...
— ¿Eso es todo?—asiento y él resopla, no se por qué tengo esta corazonada de que el profesor me odia—. Tome asiento al lado de Smith.
Miro a todos los alumnos y alzo una ceja. ¿Cómo voy a saber yo quién es Smith?
— Soy yo.
Mi mirada cae a una de las esquinas del salón, un chico de unos tremendos ojos grises oscuros levanta la mano llamando mi atención.
Santo Dios.
Un poco tímida me dirijo hacía él y me siento a su lado, el chico me sonríe amable; su cabello castaño oscuro es un poco largo y parece que se ha pasado las manos muchas veces porque luce rebelde y salvaje dándole un toque bastante sexy, mis mejillas se calientan pero aún así me atrevo a sonreírle de vuelta. Nunca en mi vida un chico como él había siquiera puesto sus ojos sobre mi, se siente raro no ser invisible para alguien tan... Extremadamente apuesto.
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Kendy ©
Genç KurguLa vida de Kendy siempre se ha resumido en ser buena hija, buena amiga y ser un buen ejemplo a seguir para sus hermanos menores. Pero todo cambia cuando ella y sus hermanos son trasladados a un nuevo instituto a mitad del año escolar. Allí Kendy co...