_______________ Vega
Mis dedos delicadamente comenzaron a abrir la ventana mientras que metía mi pierna derecha y después la izquierda para encontrarme ahora completamente adentró.
Cuando finalmente lo logré, mire la toda la habitación. Aww, Mario seguía dormido.
Okay eso fue muy acosador.
Me tomó un momento entender las cosas. Me encontraba en la habitación de Mario Bautista.
Mi corazón latía tan fuerte que recé a Dios para que Mario no los escuchara.
"Dios por favor, si despierta no dejes que piense que soy una niña rara y acosadora que le gusta observarlo mientras duerme"
Sentía que se me iba a salir hasta la alma, diablos. ¿Qué era lo que pensaba?
¿Qué rayos iba a hacer si despertaba?
Tenía que marcharme ahora mismo.
¡NO! Ya estás aquí, solo busca su celular, borra la foto y te marchas.
Bien, tú ganas cerebro.
Miré toda su habitación, pero era difícil mirar bien ya que la única luz que llenaba la habitación era la de la luna. ¡Una señal! Había una pequeña lucecita que salía de su celular, creó yo era de notificaciones.
¡Gracias Facebook!
Pero, aquella lucecita sobresalía de una repisa que se encontraba del otro lado de la cama de Mario. ¡Rayos!
Tenía que inclinarme para obtenerlo.
Pronto me encontré tomando pequeños pasos hacia él, pero en el camino tropecé con algo causando que se cayera. Ruido inundó la habitación. Y gracias a Dios, no despertó a Mario.
Al parecer tenía el sueño pesado.
Me encogí de hombros y seguí dando pasos sigilosamente como si fuera a asaltar un banco. Esto parecía como una película de Hollywood.
Pronto me encontré con la cama de Mario. Solo me tenía que inclinar un poco para poder obtener mi libertad.
Mi libertad: tan cerca pero tan lejos.
Todo lo que tenía que hacer era inclinarme hacía donde Mario, sólo un poco...un poquito...esta tan cerca...
De repente, me incautaron por la cintura haciéndome voltear alrededor, reprimí un pequeño grito.
¿Qué rayos...?
Cuando recordé me encontraba situada bajó el cálido y musculoso cuerpo de Mario.
Mierda.
***
¡Maldita vida!
La luz de la luna iluminaba su cara y vi como sus ojos relucían.
¿El-el estaba feliz?
Mi respiración se encontró pesada, su agarré era lo suficientemente fuerte como para asegurase de que no me iría a ningún lado.
Sus labios formaron su famosa sonrisa.
—Apestas para esto...—negó decepcionado pero a la vez divertido. —Pero me alegra que lo hayas intentado por lo menos.
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El testigo de Andrés «mb»
Fanfiction―Te manchaste la falda, hay una mancha roja detrás. ―dijo el testigo de Andrés.