22.

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______________Vega♡


El lunes era el día que más odiaba de la semana, y sinceramente no creó ser la única. Y no me cabía en la cabeza como hay algunas personas a las que les agrada. Una vez conocí a una señora, y el pequeño discurso que me aventó acerca del lunes, hasta ahora, no se me ha podido borrar de la cabeza.

Si tan solo se tomarán el tiempo para asimilar las cosas. El lunes para mí significa un nuevo inició. No le temas a los lunes, que te teman ellos a ti.

Di un largo suspiró y me gire hacía el espejo antes de salir de casa.

Me mire al espejo y trate de buscar algo lindo en mí, después mi mente se burló y dijo que no pidiera imposibles. Esas pequeñas voces de nuevo.

Eres patética, mírate. Eres un asco, tu cabello es completamente horrible, tus ojos son tan feos, mira ese espantoso cuerpo, ¡das asco! Y no llores porque llorar no sirve de nada, mejor deja de ser tan patética. Me das lastima, es obvio ¡ninguna persona se fijaría en alguien como tú!...

Nada nos destruye tanto como nuestra propia mente. A veces quisiera saber la razón por la que sigo en este mundo.

* * *


Mario me había seguido por toda la escuela toda la jodida mañana. No tenía idea de la clase de maldad que planeaba. Y prefería no saberla, mucho menos entrar en ella. Vigilarme se me era realmente estúpido e innecesario de su parte.

El solo me confundía más. Era suficiente con permitirme que el comenzara a despertar emociones dentro de mí. Me sentía una idiota. Me había prometido a mí misma no volver a expresar mis sentimientos sin estar completamente seguro de ello. Pero, ¿Cómo haces para desactivar lo que sientes por alguien?


* * *


Era hora del almuerzo. Me encontraba con Max, Sam y Elliot almorzando a mi lado. Pensé que Elliot no me volvería a hablar nunca por mi pequeña escena después del beso.

Los labios de Elliot sobre los míos no me causaban nada.

Empuje a Elliot lejos de mí, no había medido mi fuerza. Elliot cayó al agua fría. Me levante del suelo culpable.


—Yo-yo lo siento tanto Elliot.

—No te preocupes, lo entiendo... Bueno, para que te miento. No lo entiendo, ¿no te gusto el beso?

—No es eso. Solo que... No puedo besarte. Yo... nosotros no podemos Elliot.

— ¿Por qué no? —el lucía confundido.

Porque no eres Mario Bautista

Pero en vez de eso, me quede callada.

— ¿Entonces porque aceptaste venir conmigo?

—Yo-yo...

— ¿Fue por él? —lo mire confundida—. Me refiero a que fue por Mario que aceptaste venir conmigo ¿verdad? ¿Querías darle celos?

El testigo de Andrés «mb»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora