__________ Vega♡
Era como si antes de Mario yo fuera gris, y el llegara a colorearme bien bonito sin salirse de la rayita.
Me abrazo tan fuerte ayer, que todos los demonios que una vez me hicieron llorar hoy me piden perdón.
Me sentía como una persona nueva, y todo es gracias a él.
— ¡_________! —me gritó Max cuando llegue al instituto.
Volteé a verlo.
—Hola. —sonreí.
— ¿Por qué no asististe ayer? —preguntó—. Y no me mientras porque no creas que no me di cuenta de que Mario tampoco asistió.
—Él estuvo conmigo—vi una sonrisa aparecer en su rostro—. Pero no lo que tú piensas. Mi madre murió.
Su sonrisa desapareció.
—Yo-yo lo siento, no quise...
—No lo sientas—le regalé una sonrisa de despreocupación.
—Pero tú, ¿estás bien?
—No te preocupes, todo después de un tiempo te deja de doler.
—Esa es mi chica. —rió.
Me di la vuelta para caminar hacía el instituto pero choque con un cuerpo.
Una chica cayó al suelo, y con ella varios libros. Me agache para ayudarla a levantarlos. —Lo siento.
Me disculpé.
—No te preocupes...—me regaló una sonrisa.
— ¿Cómo no me voy a preocupar si te tire todos los libro? Todo fue mi culpa, lo siento.
—Ya te dije que no te preocupes. Pero, ¿me podrás hacer un favor?
—El que quieras. ¿De qué se trata?
— ¿Sabes dónde queda el salón A-3?
— ¿Eres nueva? —ella asintió—. Genial, esa es mi primera clase. ¿Vamos?
—Por favor.
Me gire a ver a Max. — ¿Nos vemos en el almuerzo?
—Claro, ve—me dijo. Ahora miro a la chica—. ¿Bienvenida...?
—Sofía.
—Bienvenida Sofía. —le dedicó una sonrisa antes de irse.
—Él es guapo...
—Lose, pero es gay.
— ¿Qué? —su cara era muy graciosa.
—Yo también me puse así Sofí. ¿Te puedo decir Sofí?—asistió—. Es un desperdició. Pero amiga, nunca desees un amigo gay, porque ellos están más buenos que las empanadas.
—Él es la clara evidencia.
—Exacto.
[...]
Caminamos por los pasillos del instituto. Sofía era una chica muy divertida y también muy razonable. Posiblemente más intelectual que yo. No, eso no lo creó.
— ¿Entonces? ¿Naranja es por el color o por la fruta? —me preguntó.
—Yo creo que es por el color. —dije.
— ¿Por qué?
—El color naranja se descubrió hace años, y...
Cuando recordé, Sofí estaba tumbada en el suelo siendo aplastada por un chico. Sus libros revueltos por todos lados. Al parecer el chico había chocado bruscamente con ella causando que los dos cayeran al suelo.
Mire mejor al responsable. Mis ojos se abrieron al notar que era Peter.
La escena se comenzaba a poner más extraña. Pues ellos dos se miraban de una manera única.
— ¿Chicos estanbdmmnhnms...?
No pude concluir mi llamado porque una gran mano ahogó mis palabras. Tapó mi boca y me tomo de la cintura llevándome hacía afuera del instituto.
Yo sabía de quien se trataba.
Esa colonia tan masculina solo era de una persona.
El me soltó y yo toque el suelo.
Me acomode la falta y lo mire.
— ¿Por qué hiciste eso? —le pregunté a Mario.
— ¿No notaste que ellos se gustaron?
¿Gustarse? Pero si apenas y se vieron.
Se suponía que era la inteligente aquí y no entendía absolutamente nada.
—No.
—Te hacen falta anteojos entonces, —comentó—. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que esos dos se gustaron. Peter lleva toda su vida sufriendo por una tipa que es una perra total, así que le vendría bien un cambio. Por todos los libros que llevaba pude deducir que era una nerd.
— ¿De verdad crees que pueda funcionar? ¿Peter no le hará daño?
—Claro que funcionara. Y no, Peter es el chico más caballeroso que puede existir.
—Sofí tuvo suerte entonces.
— ¿Qué estas tratando de decir?
Arqué una ceja confundida. No sabía de qué hablaba.
—Tal vez Peter sea más caballeroso que yo, pero yo soy más guapo. Y eso está bien. ¿O no?
—No. Prefiero a un chico caballeroso que a uno guapo. —confesé.
—Mierda—exclamó—. ¿Y qué tienen que hacer los caballeros?
—Supongo qué...abrirle la puerta a las chicas, ayudarlas, regalarles chocolates yo que se...
El buscó algo entre los bolsillos de sus pantalones. —Pues...tengo medía barra de chocolate—me extendió la barra a medió comer—. ¿Eso cuenta cómo caballero?
—Diré que sí, pero tú y yo sabemos que no. Solo para que eso te haga sentir mejor.
—Gracias, eso está bien para mí. Me hace sentir mejor la verdad.
—De nada. —sonreí.
—También gracias por eso.
— ¿Por eso qué?
—Por sonreír.
Sentí otra estúpida sonrisa aparecer en mi rostro. Estos e estaba poniendo demasiado cursi para mí.
— ¿Y sabes que me haría más feliz? —me preguntó como si yo supiese la respuesta. Pero no la sabía.
— ¿Qué te haría más feliz? Wachito.
—Que aceptaras ir conmigo a una fiesta este viernes.
— ¿De quién será la fiesta?
—Mía.
— ¿Tuya? ¿Qué vas a celebrar?
—Mi cumpleaños número 19.
—En ese caso, estaría encantada señor Bautista.
—Entonces pasó por usted en mi carruaje por eso de las 8:00 señorita Vega, —informó—. ¿Sabe que me haría aún más feliz en estos momentos señorita?
—No lo sé señor Bautista, si fuera maga lo sabría. Pero lamentablemente no lo soy. Me haría un gran favor si me lo dijera.
—Un beso.
— ¿Por qué no lo dijo antes señor Bautista? Yo encantada de hacerlo feliz.
Una gran sonrisa se apareció en su rostro. Él se acercó cautelosamente y lentamente a mí, puso su mano en mi cintura acercándome a él. Y bueno. Ustedes ya sabrán que paso después.
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El testigo de Andrés «mb»
Fiksi Penggemar―Te manchaste la falda, hay una mancha roja detrás. ―dijo el testigo de Andrés.