Stop Bullying - (Gay) //FINALIZADA//

Capítulo 5: "Alcohol"

Narra Hinata

Vi como alguien que se agachaba junto a mi.

—Wow., ¿estás bien? oye, ¿estás...?—Escuché antes de que todo se volviera obscuro.

[...]

Abrí los ojos  encontrándome con un techo blanco con algunas manchas de humedad, ¿en dónde..?  intenté incorporarme de el lugar suave y mullido de dónde me encontraba, claramente era una cama, pero no era mía, de eso seguro, mi colchón era tan viejo que hasta se podían sentir las maderas. 

Una vez que me senté pude sentir como si miles de agujas se clavaran con ferocidad y rudeza en mi sien, y no solo eso, sentía el rostro algo hinchado y el estómago vacío, me costaba un poco respirar y sentía algo seco cerca del labio, ni mencionar que horrible sabor a ¿vómito? que se encontraba dentro de mi boca.  

—Al fin despiertas.—Habló un chico al que no había notado, ni conocía. Estaba sentado en el suelo jugando un video juego en su consola.   

—¿Dónde estoy?—Le pregunté con algo de desconfianza.  

—En el cielo—Dijo irónico.—¿Dónde crees que estamos? solo mira a tu alrededor.—Señaló con la cabeza sin apartar la mirada de la televisión.  Estábamos en un dormitorio, el suyo seguro.—Estabas tirado en un callejón cuando te encontré. Te dieron una paliza ¿verdad?—Se rió.

—Eso a ti no te incumbe.—Dije levantándome enojado, consiguiendo que me mareara. Vi como pausaba el videojuego para mirarme. Era delgado, no demasiado, su cabello era rubio, obviamente teñido ya que podían verse sus raíces negras, sus ojos eran cafés al igual que los míos, tal vez yo era un poco más moreno que él, pero no demasiado.  

—Me incumbe desde que te levanté del suelo, en vez de dejarte cinco horas en el suelo.—¿Cinco...horas? me fije en mi teléfono y era cierto, habían pasado más de cinco horas desde que había salido de la escuela. Había estado buscando a Hayate en la entrada y en los recesos, pero había faltado. Al salir de la escuela Rick me persiguió unas cuantas cuadras hasta que di con un callejón sin salida. Me empezaron a golpear como siempre, pero por alguna razón resistí menos que de costumbre, además que un buen puñetazo en el medio de mi estómago consiguió que devolviera hasta el desayuno y terminara desmayado—De nada.—Volvió hablar levantándose y apagando la consola.

—Gracias.—Susurré  mirando hacia otro lado. 

—Estoy por ir a un bar, creo que de ahí con mis amigos iremos a bailar. ¿Quieres venir?—Preguntó de la nada. 

—Jamás he tomado...—Contesté alzando una ceja.—Además ni siquiera te conozco....   

—Entonces hazlo hoy, además, si quisiera haberte echo algo malo lo hubiera hecho hace rato, ¿no crees? empezando que te encontré en el suelo y que estuviste cinco horas inconsciente en mi cama.—Touché.—Vamos, no queda tan lejos.—Insistió una vez más, y luego de pensarlo un rato, en realidad ni tanto, acepté asintiendo con la cabeza.—Oh... pero tienes como doce, no sé si podrás entrar.

—¿Tú también? tengo quince.—Vamos, que soy bajito pero esto es el colmo.

—Tranquilo pulga. Como estás conmigo no habrá problemas. Ve a darte una ducha mientras busco algo que te pueda servir.—Señaló una puerta que se encontraba dentro de la misma habitación, asintiendo obedecí.