Capítulo 4: "Estrellas"

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Narra Hinata

—¿Hinata?—Me asusté al escuchar mi nombre. Voltee la cabeza en dirección a la voz, encontrándome con Hayate.

—¿Qué haces aquí?—Pregunté sorprendido.

—¿Puedo sentarme?—Contestó con otra pregunta, serio, sin expresión, ¿qué estará pasando por su cabeza? asentí haciéndome a un lado, dejando espacio para que se siente.—¿No es tarde para que estés solo?—Cuestionó de repente.

—Lo mismo digo.—Respondí un poco molesto.

—Yo ya estoy grande, puedo defenderme solo.—Contestó sentándose a mi lado.

—Yo también puedo defenderme solo.—Me defendí recibiendo una mirada suya junto a una risa. 

—Tu no puedes defenderte ni de ti mismo.—Aparté mi mirada hacia el suelo. No tenía derecho a decir eso, aunque sea verdad...—Lo siento. No quise decir eso.—Se disculpó.

—Tienes razón de todas formas.—Dije intentando hablar como si eso no me hubiese afectado. Se generó un silencio algo tenso, de esos que pareciera que pudieras tocarlos con las manos.—No tienes muy buena cara, ¿ha pasado algo?—Pregunté sin ninguna intención más que de cortar aquel silencio. Él me miró suspirando.

—Mi madre y mi hermana volvieron de su viaje.

—¿No es bueno eso?

—Lo es. Estoy molesto por otra cosa, no lo entenderías.—Su voz sonó algo agresiva y si bien me generó algo de molestia, esta se esfumo en cuestión de segundos, al haber apartando la mirada hacia los pocos autos que circulaban en la calle, pensativo.

—De acuerdo.—Me rendí a interrogar más, aunque me preguntó que será.—Por cierto, no has mencionado a tu padre, dijiste que vivías con tu madre, pero ¿yque haytu padre?

—No lo sé. Se marchó cuando yo era pequeño.

—Lamento eso.—Respondí bajando la mirada.

—No deberías, no es algo que te incumba.—Contestó serio.

—¿Tan malo eres cuando estás de mal humor?

—¿Y tú eres muy preguntón cuando estás aburrido?—Contraatacó con ironía, con los ojos en blanco, bastante fastidiado. 

—Primero que no estoy aburrido, segundo que solo trataba de ser amable.—Hice un puchero colocando mis manos bajo los muslos debido al frío y comencé a balancear las piernas sin ritmo alguno.

—Igual eres preguntón.—Tomó la última palabra, aunque me causó algo de gracia. Y de nuevo en silencio. Un silencio bastante raro, como si quisiéramos decir algo pero al mismo tiempo no.

—¿Te llevas bien con tu padrastro? —El me miró un poco sorprendido.—Supongo que tienes uno. Si tu padre se fue cuando eras pequeño y tienes una hermana, deberías tenerlo.

—Nunca dije si era menor o mayor.—Alzó una ceja con una pequeña, casi se podía percibir una sonrisa. 

—Supuse que era menor y acerté, de otra forma no hubieses reaccionado así. —Expliqué sonriendo, aunque no contestó me quedé conforme, podía ser agradable cuando se lo proponía. Además de que tras eso nos quedamos hablando de otras cosas, como la música que nos gustaba, que materias odiábamos y las que no; nuestra edad y al año en el que íbamos, cosas así. Me sorprendí un poco cuando me dijo que tenía diecisiete, me parecía un año menor.

Los silencios que hubo dejaron de ser raros y pasaron a ser agradables. Estábamos tranquilos y relajados, se sentía bastante bien.

—¿Te escapaste de tu casa? ¿no deberías volver? son las once.—Preguntó derrepente.

Stop Bullying - (Gay) //FINALIZADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora