Capítulo 43: "25 de Octubre"

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—Hola... Koichi.—Dije antes de tapar mi boca para reprimir mis sollozos. Me arrodillé en el aquel césped tan pulcro y  cuidado, mientras trataba de no romperme más de lo que estaba en ese momento. Encendí un incienso, antes de irme limpiaría la lápida.—Yo... lo siento tanto, siento no haber venido en estos cinco años, como lo siento... creí que me odiabas por no haberte salvado, por alejarte de mamá y papá, no me sentía seguro de dar la cara. Te extraño tanto hermano, todo se volvió una pesadilla desde que te fuiste, tuve una vida tan miserable, todo hubiese sido mejor si estuvieras aquí... podríamos seguir jugando juntos, tal vez hasta en el mismo equipo... seríamos los mejores...—Me limpié las lagrimas y me acomodé mejor en el suelo.—Debo admitir que me encuentro mejor... al principio no estaba seguro, creí que no merecía aquella felicidad, pero ahora me doy cuenta que no es así, tu siempre me animabas en mis peores días y me decías que sonriera a pesar de todo lo malo, siempre quisiste lo mejor para mi, a pesar de ser tan pequeño... conocí a un chico... no llevamos ni un mes, pero nos conocemos hace más tiempo, él me hace muy feliz, ¿sabes?—Dejé la rosa y volví a limpiarme las lágrimas.—Te extraño muchísimo, espero no haberte preocupado mucho. Te amo hermano.—Me levanté y comencé a limpiar su lápida, hice una reverencia al finalizar.—Vendré todos los meses, lo prometo. Nos vemos pronto.

Cuando volteé para irme, había un chico con unas margaritas y una pequeña sonrisa.

—Lo siento, no hes que te haya estado espiando ni nada de eso... me dio pena interrumpirte.—Dijo apenado, era mucho más alto que yo, tal vez como lo era Hayate y un poco más, su cabello era algo más oscuro que el de Aki y sus ojos eran azules como el zafiro. Llevaba una vestimenta informal, pero negra. 

—Está bien.—Sonreí avergonzado. 

—Soy Haru Sato.—Extendió su mano.

—Hinata Inoue.—Extendí la mía contagiándome de su sonrisa.

—Entonces ¿tu hermano eh?—Comentó observando la lápida de Koichi, asentí acercándome a él.—Es bueno saber que mi madre tendrá compañía.—Rió señalándome la lápida que se encontraba a lado izquierdo de Koichi.—Cáncer.

—Baleado.—Respondí yo.—Fue un gusto Sato, mi pésame.—Sonreí para marcharme.

—Igualmente Inoue.—Me sonrió y me marché, pero antes de salir volví a voltear, él estaba sentado hablándole a la lápida como si entablara una conversación con cualquier otra persona. No pude evitar sonreír y finalmente salí. 

Luego de tres, cuatro horas de viaje volví a Nagoya. Aún quería llorar, pero no debía, ya tenía que superarlo, después de todo habían pasado cinco años, y creo que es mejor mantener los buenos recuerdos de él.

Al entrar me encontré con Kao y Kasumi que no sé bien de que estaban hablando, las saludé y me senté junto a ellas.

—¿Todo en orden?—Preguntó Kasumi sonriéndome al notar mis ojos inchados y mi nariz roja, le contesté afirmativamente.—Bien, hoy cocinará Kao, así que si se quedan con hambre podemos ir al konbini.

—Ey, puedo hacer la cena, solo por esta vez.—Aclaró Kao cruzándose de brazos.—¿Tú cómo estás con la cocina?—Preguntó dirigiéndose a mi.

—Créeme que sin los konbini no sobreviviría.—Respondí entre risas. Kasumi estaba por decirme algo pero fue interrumpida al escuchar la puerta abrirse.

—Ya llegué.—Anunció Hayate. Lo saludamos y él se fue a su habitación seguido por mi.

Él, luego de sacarse el abrigo se recostó en su cama y yo me acerqué, me dejó un espacio y lo imité. Se lo notaba algo cansado, quería preguntarle sobre su padre pero no quería ir directo al grano, así que le preguntaría de a poco.

Stop Bullying - (Gay) //FINALIZADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora