Encantador

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-¿Qué es esto? –dijo Dipper mirando alternativamente el sobre blanco que sostenía frente a él mi rostro serio. –yo no le hice ninguna carta a usted, señor Cipher...

-es tu sueldo, mocoso. –una de las cosas que más me gustaba de Dipper era la forma en que sus ojos se iluminaban cuando entendía algo nuevo, era casi mágico ver esos ojazos chocolate abriéndose mientras sonreía y una margarita se le formaba en la mejilla izquierda. Justo ahora estaba haciéndolo, y no cabía en su felicidad. –no puedo creer como te aguanté todo un mes.

-muchas gracias.

-tómalo antes de que me arrepienta. –y lo tomó con cuidado, al parecer nunca había tenido tanto dinero junto en las manos y desde luego que no lo supo disimular, porque al momento de abrir el sobre sus labios se abrieron de la impresión.

-n-no puedo aceptar esto... es demasiado.

-no es ningún regalo, trabajaste por eso.

-sí pero... -ya podía imaginar lo que diría, si bien se había estado esforzando mucho este último tiempo para llegar a la hora luego de las clases y ayudarme con las fechas de entrega, también parecía que nunca en su vida se lo había pasado tan bien. Siempre estaba sonriendo y admiraba los comics que salían como pan caliente como si fueran una especie de biblia.

-nada de peros, cómprate algo que te guste o gástalo en dulces, qué se yo. –pareció pensarlo un instante cuando recordé de súbito el regalo que tenia para darle. Salí de la oficina un segundo para buscar en la sala de ventas el sobre de papel que se me había quedado hoy en la mañana, cuando volví lo encontré sentado en su lugar igual que siempre. –toma, la segunda parte de tu paga.

Dipper recibió el sobre con cautela, como s estuviese asustado de recibir más dinero, pero esta vez al abrirlo su reacción fue diferente, tan diferente que hasta soltó un ruidito extraño y adorable cuando sacó de la funda el ultimo número de Gravity Héroes. Impecable y aun con olor a tinta, por un momento pensé que lloraría de la emoción. –hizo un muy buen trabajo este mes, señor Cipher...

-Ambos lo hicimos mocoso. –Dipper se puso de puntillas para besarme la mejilla, y aunque aun no me acostumbraba a ese tipo de relación con alguien tan menor, tampoco podía obviar el hecho de que el castaño me volvía loco y cada vez se me hacía más difícil quedarme tranquilo cuando lo tenía tan cerca. –eres un jodido provocador, ¿lo sabes?

Dipper no respondió nada, solo se sonrió de una manera que cualquiera podría llamar inocente, pero yo sabía que detrás de esa cara de bebé y esos ojos de largas pestañas había un pequeño pervertido que se divertía viendo como tenía que controlarme. –ya son las siete. –dijo de pronto. En efecto, el sol se había escondido hace ya mucho y yo sin darme cuenta.

-voy a buscar las llaves. –pero me detuvo tomándome del brazo, el menor negó con la cabeza para luego señalar fuera de la ventana.

-las calles están congeladas.

-¿y eso qué?

-que es mucho más seguro volver en metro, no quiero que tenga un accidente de camino.

-¿insinúas que no sé manejar?

-no quiero arriesgarme a que le pase nada, ¿Por qué nunca deja que lo cuide? –dijo llevándose las manos a la cintura como una mamá enojada, y seguramente se dio cuenta de lo gracioso que se veía porque tan rápido como se hacía el molesto, volvió a sonreír con dulzura. –prometo llamarlo cuando llegue.

-está bien. –me rendí finalmente. –pero si mi teléfono no suena en quince minutos haré que el ejercito vaya a buscarte.

-siempre hace un escándalo por todo, señor Cipher. –dijo poniéndose el abrigo y saliendo de la oficina hacia el ascensor, ese chiquillo definitivamente terminaría por volverme loco.

~

Tal vez el metro no había sido de mis ideas más inteligentes, no al menos a esas horas de la tarde, cuando todo el mundo salía del trabajo para volver a su casa y el transporte público se llenaba hasta el tope. Fui consciente de la sobrepoblación en la ciudad de nueva york cuando tuve que arrastrarme por las paredes para poder entrar en uno de los vagones. Una vez dentro ya no podías hacer nada más que quedarte quieto y luchar por respirar, así que me decidí a buscar un buen lugar para pasarme en camino a casa.

No fue tan difícil, estaba a un par de metros junto a los asientos ocupados, me había recargado en la pared para descansar un segundo cuando siento que alguien me jalaba del abrigo insistentemente. –disculpa amigo, me estas pisando.

-lo siento mucho. –dije levantando el pie que efectivamente estaba sobre un zapato semiformal, cuando levante la mirada de nuevo descubrí que el pobre chico al que estaba pisando estaba tan impactado con mi presencia como yo con la suya. Tantas personas en el vagón y yo había tenido la mala suerte de pisar a Marco. –vaya...

-Dipper... ¿qué tal?

-Marco, ¿Qué haces aquí? –no se me ocurrió una pregunta mejor para romper el hielo, aunque no creo que nada pudiera romper los inmensos glaciares que se levantaban entre los dos.

-intento volver a casa, no creas que tomo el metro por gusto. –y en sus labios se formó una leve sonrisa, hasta ese momento no entendía porque Bill había estado "saliendo" o lo que sea con alguien como Marco, no me gustaba pensar en la posibilidad de que el mayor hubiera estado enamorado de alguien en el pasado, pero con el tiempo había comenzado a verlo ya no tanto como a una misteriosa figura a la que idolatrar sino como la persona que había detrás de los comics, alguien con problemas, gustos, familia y sentimientos, una nueva perspectiva que me gustaba tanto como me inquietaba.

Sabía que Bill sentía algo por mí, no necesitaba escucharlo salir de su boca para sentirlo, pero por otro lado estaba Marco...

Aun no tenia clara la relación que ellos dos habían llegado a tener y no le había preguntado a Bill por temor a incomodarlo y arruinarlo todo entre nosotros. Marco era muy guapo y había trabajado con el mucho más tiempo que yo, y aunque me costara admitirlo puede que no sea el idiota que pensaba, pero por sobre todas las cosas anteriores había una que era mucho más notoria y molesta: Marco y Bill tenían la misma edad, y no importa cuánto me esforzara, no había nada que yo pudiera hacer para cambiar eso.

-Dipper. –me llamó de pronto sacándome de la nebulosa de pensamientos pesimistas. –te debo una disculpa, no me he portado bien contigo. –se metió las manos en los bolsillos para moverse con más facilidad entre la gente hasta llegar a mi lado. –lamento si te ofendí con algo que dije el otro día, no tengo nada en contra tuyo.

-lamento haberte golpeado. –dije recordando esa tarde en la oficina de Bill. –aunque te lo merecías...

Marco se limitó a rodar los ojos y sonreír, se suponía que el ex de Bill tenia que caerme mal pero de alguna forma se las había arreglado para tenerme comiendo de la palma de su mano, seguro ha de ser por ese lunarcito encantador en su mejilla.

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Dos capítulos en un día!! Pero ya hice mi trabajo aquí -w- ahora voy a comer, acostarme y ver "Como entrenar a tu dragón" por milésima vez C: es que amo esa película UwU

no se vayan sin dejarme un comentario y sus lindas estrellas doradas, muchas gracias por seguir el fic <3

Save me (BillDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora