~Narra Dipper~
La atronadora melodía que salía de los auriculares trataba de competir sin éxito contra el imparable ruido que hacían mis pensamientos retumbando en un cabeza. Como si no tuviera nada de qué preocuparme, Penny había llegado a la oficina a cerrar con broche de oro un romance que no funcionó.
Solo escuchaba extraños murmullos indescifrables ahogados en la música, estaba demasiado concentrado en revolver papeles y separa mis cosas como para enterarme de lo que pasaba a mi alrededor. Solo cuando Rita abrió la puerta con un golpe me quité los audífonos y los murmullos se convirtieron en gritos de terror. –Dipper, ¡tenemos que salir ahora! –la sirena del camión de bomberos se escuchaba a lo lejos y venía en dirección a la editorial. Me puse de pie de un salto tirando las carpetas y papeles que tenía en las piernas para correr hacia la ventana y verlo con mis propios ojos...
El edificio estaba en llamas.
-los pisos inferiores están un poco mejor... por ahora. –explicó Rita. –el fuego empezó en el tercer piso y sube muy rápido, tenemos que salir antes de que el edificio se venga abajo.
-¿queda alguien más dentro? –la miré serio como nunca antes, Rita trataba de ser clara y eficiente a pesar de sus tartamudeos.
-varias personas en la oficina de dibujo, están tratando de poner a salvo algunos de sus trabajos más importantes. –me saqué el suéter para quedar más liviano, no lo necesitaría con todo el calor que ya se sentía en el ambiente. Cuando pasé por el lado de Rita ella se giró pero no trató de detenerme. -¡¿a dónde vas?!
-a ayudar a los que quedan. –si por un momento pensé que trataría de detenerme estaba muy equivocado, porque no tardó ni dos segundos en seguirme el paso veloz por las escaleras hasta la sala de dibujo. No importaba el humo que escocía en nuestros ojos o las llamas que devoraban todo a su paso, nada podía detenernos en nuestra misión por el simple hecho de que ninguno de los dos tenía idea de lo que estaba haciendo.
A medida que pasábamos los pisos el escenario empeoraba. El sofocante olor a humo en la séptima planta no era nada comparado con los nubarrones negros que subían hasta el cielo raso en el cuarto o quinto nivel. Todo se volvía borroso y teníamos que agacharnos para distinguir algo con los ojos entrecerrados.
-¡AYUDA! ¡POR FAVOR! –fue la voz de un hombre a nuestras espaldas. Rita y yo intercambiamos una mirada y fuimos hacia el lugar de donde provenía el sonido. Bajo los escombros de uno de los escritorios y sepultados en papeles chamuscados yacía un hombre terriblemente asustado. –por favor... no puedo moverme... m-mi tobillo. –no tuvo que decir más. Rita levantó su pantalón hasta dejar a la vista el tobillo inflamado que parecía palpitar aun más fuerte con el calor del lugar. Con toda la fuerza de la que fuimos capaces lo tomamos por los brazos para ayudarlo a caminar, el esfuerzo me hacia respirar más agitadamente y ya apenas podia distinguir las salidas y las entradas a través del humo y del fuego, si seguíamos así no podríamos salvar el trabajo de nadie ni mucho menos a los trabajadores de la editorial.
Logramos respirar medianamente bien al llegar al segundo piso, estábamos apunto de caer rendidos de cansancio cuando los bomberos llegaron al lugar y sacaron ellos mismos al hombre del tobillo lastimado. Varios de ellos subieron también por las escaleras para sacar a los demás rezagados o para calmar el fuego desde adentro. Me sentí aliviado al verlos ahí, sobre todo cuando uno de ellos tomó a Rita por el brazo para sacarla del edificio, el bombero me tendió la mano incitándome a que los siguiera escaleras abajo, pero entonces algo acudió mi mente tan repentino como una estrella fugaz.
Dentro del edificio había algo mucho más valioso que cualquier comic o carpeta de bocetos, incluso más importante que todos los equipos de edición. Me giré bruscamente y salí corriendo hecho una bala escaleras arriba ignorando los gritos de Rita o las ordenes de los bomberos a mis espaldas. Nada podía importarme en ese momento mas que el álbum de fotos del señor Cipher
~
~Narra Marco~
Llegar con un retraso de cinco minutos era aceptable y hasta elegante. Pero no había excusa sobre la faz de la tierra que me salvara de encontrarme con Dipper media hora más tarde de lo acordado, ¿Qué iba a decirle cuando me viera? De seguro ya había recogido todas sus cosas y se había ido a algún lugar a llorar.
¡Todo por el condenado tráfico de Nueva York!
Iba sumido en mis pensamientos cuando doblé la esquina y me encontré con la impactante imagen de la editorial prendiéndose en fuego ante mis ojos atónitos. Corrí lo más rápido que pude el trecho que me separaba del edificio y del perímetro que los bomberos habían cercado a su alrededor. El incendio estaba en su apogeo y no tenía posibilidades de preguntarle a alguien por el pequeño castaño o cualquier afectado. Fue en medio de mi desesperación cuando vi salir por la puerta principal un bombero cargando en brazos a una muchacha pelirroja asustada. –cuide de ella, por favor. –dijo el hombre dejándola en mis brazos antes de volver a entrar al corazón del fuego..
Miré con atención a la chica que temblaba sin parar, nunca en la vida la había visto, pero nadie merecía sentir tanto miedo como ella en esos momentos. –Tienes que ayudarme... -dijo ella aferrándose a mi ropa con desesperación.
-ya estas a salvo.
-no... no lo entiendes... -ella negaba con la cabeza desesperada y con toda la confusión a nuestro alrededor era imposible entender algo que no fuera el temor instintivo que todos sentíamos ante el fuego. –Dipper está ahí dentro.
Mis ojos se abrieron desmesuradamente y quise dejarla tirada y correr a sacar al castaño de las llamas, pero no podía salir sin más e interferir en el trabajo de los bomberos. Pensaba que ellos podrían solucionarlo todo, o eso pensé al menos hasta que escuché a uno de ellos hablando por su transmisor. "no podemos salvar todo el edificio. El viento hace crecer el fuego demasiado rápido como para que podamos controlarlo... es imposible llegar a los últimos pisos".
Incluso antes de que pudiera entrar en pánico, escuché las ruedas de un auto frenando bruscamente en el pavimento, me volteé para quedar frente a Bill que salía del vehículo tan precipitado y nervioso como nunca antes lo había visto. – ¿qué demonios pasó aquí? Iba a decírselo todo, pero la pelirroja en mis brazos se desprendió de un solo movimiento como si hubiera recobrado todas sus energías de golpe. Tomó a Bill por el brazo con las manos aun temblorosas y le dijo.
-Dipper no ha salido aun. –no vi temor ni el más mínimo respeto a la inminente muerte en los ojos del rubio, tan pronto escuchó a la muchacha se deshizo de su agarre para salir corriendo la las puertas de la editorial abiertas de par en par.
-¡BILL! ¡BIIIIIIIIILL! ¿Qué ESTÁS HACIENDO?
-¡¿QUÉ TE PARECE QUE ESTOY HACIENDO?! –gritó sin parar de correr. -¡VOY A SACAR AL MOCOSO DE AHÍ! –ni mis gritos ni las ordenes de los bomberos pudieron disuadirlo ni evitar que entrara al edificio para buscar al castaño.
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ok ok, sé que dije que actualizaría hoy en la noche, pero preferí hacerlo temprano porque no sé si tendré tiempo más tarde y no quería faltar a mi promesa, además de que tenía muchas ganas de escribir *u* ahora voy a bañarme y a salir a la expo, ya tengo preparado mi disfraz de chimuelo. espero que les haya gustado el cap y les recuerdo que leo todos todos sus comentarios aunque a veces me demoro un poco en responderlos... a veces es por falta de tiempo y otras veces es porque me dejan sin palabras u////u
besos C:
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Save me (BillDip)
Fanfiction"Te estas metiendo en un lío mocoso, no te va a ir bien estando conmigo" "Voy a correr el riesgo" Bill Cipher es un famoso y misterioso dibujante de comics y el sueño de Dipper, las vueltas de la vida los llevarán a conocerse y con un poco de suert...