Siempre llegaré

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~Narra Bill~

Por muy terrible que parecieran las cosas desde afuera, no podía compararse con la catástrofe que estaba teniendo lugar dentro del edificio. El fuego avanzaba desde los pisos superiores sin piedad ni tardanza sumiendo la editorial en un calor abrazador que apenas se podía soportar. Las cenizas aun prendidas volaban haciéndote lagrimear y el humo que subía hasta el cielo raso de metía hasta el fondo de tus pulmones si no tenías la suficiente precaución de cubrirte la boca.

-¡¡oye tú!! –gritó uno de los bomberos a la entrada. –sal de aquí, el edificio se va a derrumbar. –no exageraba. A pesar de las remodelaciones que habíamos hecho, la estructura había permanecido en su mayoría tal y como se había construido en los años veinte, con la excusa de mantener viva la esencia de la nueva york artística y clásica. Menuda estupidez.

-no deberías estar abriendo el conducto de agua, o alguna de esas cosas que hacen los bomberos. –dije más molesto e irónico de lo que pretendía, pero no podía entender cómo aquel hombre se quedaba tan tranquilo mientras mi bebé estaba en medio que las llamas.

-El camión está preparado, pero tenemos que evacuar antes de apagar el fuego... el edificio podría caerse. –me quedé detenido unos segundos mirando a mi alrededor, tratando por un momento de pensar con la cabeza fría. El bombero me sacudió por el hombro para llamar mi atención, sacarme de ahí y continuar con su trabajo, pero le mandé una mirada fulminante y de seguro más aterradora que todo el fuego del lugar.

-dame tres minutos. –tuve suerte de usar corbata ese día, me la anude alrededor del rostro para no respirar aquel desagradable humo. –aun hay alguien, y creo saber donde está.

-pero señor... no podemos esperar más.

-¡solo tres minutos maldición! Si no vuelvo... hagan lo que tengan que hacer.

-ya intentamos subir... no logrará salvarlo a tiempo.

-tal vez no, pero no voy a quedarme sin intentarlo. –eso dio por finalizada toda conversación, aunque él trató de retenerme ya no había nada que pudiera hacerme retroceder.

~

~Narra Dipper~

No debí haber dejado tantos papeles regados por el suelo. Era todo en lo que podía pensar en esos momentos al avanzar torpemente y casi con los ojos cerrados por la oficina del señor Cipher. Los papeles habían ardido rápidamente, creando una especie de alfombra de fuego que se propagaba sin parar. Tenía que avanzar a tientas y limitándome a recordar los espacios de la oficina. Solo tenía un brazo libre, el otro no se movía de mis boca y mi nariz evitando que el humo entrara.

Parecían kilómetros y kilómetros los que me separaban de mi destino, pero luego de unos momentos conseguí llegar hasta la estantería de archivadores en la esquina. Una horrible nostalgia me invadió al ver todas las notas y los bocetos ardiendo en llamas. Obras futuras que quizá nunca nacerían, ideas pasadas que permanecían ahí como única evidencia de su existencia, todo se perdería en el incendio.

Quería tomar cuantas pudiera, llevarlas conmigo antes de salir de aquel infierno, pero tenía claro que las posibilidades de que yo mismo saliera de esto eran casi nulas... si cargaba con mucho peso sería imposible. Por eso haciendo tripas corazón me alejé de los dibujos ennegrecidos que pronto desaparecerían para arrodillarme hasta la estantería inferior y sacar el álbum amarillo que seguía intacto. Sacudí la cubierta con la manga para no hacerme deño con las cenizas, y desde luego que a esas alturas no me importaba en lo más mínimo el estado lamentable de mi ropa. Luego de haber subido hasta ahí estaba lleno de manchas negras en el cuerpo y el rostro sin mencionar el hecho de que el cabello se me pegaba en la frente por el sudor.

Guardé el libro rápidamente dentro del suéter, listo para bajar, o al menos para hacer el intento. Fue entonces cuando escuché una voz familiar llamándome desde la puerta amortiguada por el sonido del fuego devorándolo todo a su paso. Me giré sobre saltado pensando que era un espejismo o alguna de esas cosas que ocurren cuando estas a punto de morir, pero no.

Jadeante y sucio estaba el señor Cipher mirándome sin creer lo que veía. Se desató la tela con la que se cubría la boca para decir algo a pesar de estar aun más desconcertado que yo. –Dipper... estás bien. –corrió a mi encuentro sorteando los montoncitos de papel prendido a su paso para abrazarme con fuerza. –no me vuelvas a hacer esto. –quise responderle, pero me tenía demasiado sujeto y no me atrevía a alejarme de su pecho para hablar, por suerte el se dio cuenta antes de ahogarme entre sus brazos.

-señor Cipher... creí que estaba muy lejos... pensé que...

-¿Qué no vendría por ti? –tuve que reprimir un jadeo lastimero y las inmensas ganas que tenía de besarlo. El me sonreía, y no importaba el incendio a nuestros pies, recordaría esa su sonrisa como la más perfecta de todas. –siempre llegaré a salvarte, Dipper.

Quise decirle tantas cosas, pero una viga que se desprendía del techo nos interrumpió causando un estrepito de ruido, humo y llamas. Bill y yo compartimos una mirada antes de tomarnos de la mano y salir lo más rápido que pudimos de la oficina.

El mayor lucía desconcertado, al parecer era mucho más fácil entrar al corazón de un incendio que salir de él, pero a fuerza de instinto y de confianza fuimos avanzando a paso lento pero seguro. Llevaba la cuenta, estábamos en las escaleras para llegar al quinto piso cuando alcancé a divisar por la ventana al camión de bomberos y a los mismos desplegándose alrededor de la gran manguera blanca y el grifo de agua en la calle. Un chorro de agua salpicó contra la ventana llenándome de esperanza como un oasis en el desierto. –estamos a salvo. –dije fuertemente para que el rubio me escuchara. Pero vi el terror en sus ojos cuando se giró y vio el agua chorreando por las ventanas. No entendí qué ocurría hasta que escuchamos un ruido sobre nuestras cabezas. En cosa de segundos el techo se desprendió.

-Dipper, ¡cuidado! –me jaló del brazo con brusquedad, pero logró moverme antes de que la viga me cayera encima, caímos al suelo y rodamos unos metros más alla para alejarnos de las nuevas llamas, pero no pudimos escapar de los escombros y el humo que se colaba por todos los rincones. el señor Cipher me abrazó al momento de chocar contra el suelo para parar el impacto, pero había sido instintivo el rodearme la cabeza con las manos unos segundos, tiempo suficiente para inhalar el negro humo y largarme a toser. –aguanta mocoso... ya no queda mucho. –dijo él aguantándose las ganas de toser.

Bajamos por las escaleras justo a tiempo, antes de que el sexto piso colapsara sobre el quinto y así sucesivamente. Pero yo apenas podía mantenerme en pie con el poco aire limpio que lograba respirar. Bill me jalaba por la mano, pero llegó el momento en que no pude sostenerme y caí de rodillas. –señor... Cipher... t-tiene que salir de aquí.

-¡NO! ¡No Dipper! No me irá sin ti.

-no puedo... respirar. –con las últimas fuerzas que me quedaban saqué debajo de mi ropa el álbum de fotos, al verlo sus ojos se abrieron impactados. –no olvide... a las personas... q-que lo aman. –no alcancé a decirle nada más, que yo también lo amaba y que le agradecía cuanto había hecho, pero no pude resistirlo más. Mis ojos se cerraron y no pudieron abrirse otra vez.

~

~Narra Bill~

Me mordí el labio con brutalidad, de no haber estado en medio del fuego hubiera sentido la sangre tibia corriéndome por el mentón. Tomé el libro entre mis manos un segundo, tan firmemente que mis nudillos se pusieron blancos. Dipper pines, el mocoso irritante y chillón que yacía en el piso rodeado de cenizas había arriesgado su vida para salvar la mía. Para recuperar los pocos recuerdos de una infancia feliz... ¿todo para nada?

No... claro que no, no íbamos a quedarnos aquí.

Guardé el álbum bajo el suéter del castaño otra vez, tomé aire antes de tomarlo entre mis brazos, no es que pesara mucho, pero estaba tan cansado y había inhalado tanto humo que con esfuerzo podía fijar la vista. Pero debía llevar a Dipper a cuestas conmigo, aunque fuera lo último que hiciera.

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No quiero asustarlos... pero solo queda un capítulo y el epílogo. Haré todo lo posible por  publicarlo hoy también en la noche. C,: después no se qué haré con mi vida. 

los amo <3

Save me (BillDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora