Demasiado tarde

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-¿estás seguro de que quieres ir? –dijo la voz de Marco del otro lado de la línea con la sutileza y preocupación de un hermano mayor. –puedo sacar tus cosas yo mismo si no quieres verlo.

-estoy bien. –dije poniéndome un suéter frente al espejo de la habitación sin dejar de sostener el celular. –además no solo voy a buscar mis cosas, también tengo que despedirme de todos en la editorial.

-lo siento, Dipper. –fue todo lo que respondió, entendía su silencio como respeto y de verdad que me reconfortó saber que podía contar con él. De no haber contado con Marco no sé como hubiera podido sobre llevar todo el asunto de Bill. Con mi padre molesto, mi hermana castigada por encubrirme, mi mejor amiga sin hablar conmigo y mi madre tratando de sobrellevar la incómoda situación familiar, los últimos tres días que había pasado en casa sin querer levantarme de la cama habían sido un martirio. No tengo idea de cómo se enteró el castaño, pero apenas lo supo me llamó y llegó corriendo a mi casa con varias cajas de pañuelos, chocolates y películas cómicas. Justo ahora estábamos hablando para coordinarnos y llegar juntos a la editorial, me acompañaría a buscar mis cosas.

-ya te dije que estoy bien.

-no es cierto.

-bueno, no. Pero lo estaré. –en eso mamá entró en la habitación, sin tocar la puerta como todos los padres y haciéndome sobresaltar y casi soltar el teléfono. –nos vemos luego, dije sin más para cortar la llamada y prestarle atención a ella.

-¿saldrás pronto? Puedo acercarte en el auto si quieres. –le sonreí agradecido, en todo ese tiempo no había tenido ganas de comer, de bañarme, ni siquiera de dibujar. Tampoco estaba ansioso por caminar hasta la parada de autobuses o al metro, así que no desaprovecharía su conveniente propuesta. Asentí con la cabeza y tomé las últimas cosas que faltaban antes de salir. –estaré esperando abajo.

~

-no puedo creerlo Dipper, pensé que todo iba bien. –dijo Rita estrechándome en sus brazos como si fuese un oso de felpa. De todas las personas dentro de la editorial además del señor Cipher, ella sería a quien más extrañaría. No le conté todo lo que había pasado, no tenía sentido que se molestara con Bill ya que no podía cambiar nada. –prométeme que volverás a saludar... que no te olvidarás de nosotros Dipdop.

-no podría olvidarlos, Rita.

-puede que te alegre saberlo, el señor Cipher no está en la oficina. –me sostuvo por los hombros mientras sonreía, con la mirada señalo el ascensor. –no creo que llegue en un rato, puedes subir a buscar tus cosas tranquilo. –asentí y le devolví la sonrisa agradecido, sinceramente no me sentía listo para verlo otra vez. Mi amor platónico que pasó a ser mi novio, luego mi ex novio para convertirse nuevamente en mi amor platónico.

Subí hasta el séptimo piso con los nervios comiéndome por dentro, aunque sabía que él no estaría ahí para recibirme nunca más, el solo llegar y que su perfume me golpease en el rostro, ver sus dibujos y su desorden invadiéndolo todo me destrozaba. Tal y como lo esperaba, en su oficina reinaba el silencio más frio que había sentido alguna vez, junto con olor a humo de cigarrillo. –Creí que había dejado de fumar... -fui hasta la ventana para abrirla, pero me detuve con la mano en el cristal. –no... ya basta de estarlo cuidando así...

El no me quería más a su lado.

Con un suspiro fui a mi lugar de trabajo para guardar una a una mis cosas y guardarlas en la mochila. Iba a viajar pesado y marco no aparecía por ningún lado para ayudarme. Miré el celular para revisar si tenía alguna llamada perdida o mensaje del castaño, justo entonces la puerta se abrió a mis espaldas, supuse que era Marco y me sentí un poco mejor, al menos si estaba con él se hacia un poco menos doloroso todo aquel proceso.

Save me (BillDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora