UNO

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- Arriba Jessica, no podemos faltar, es importante -Mi madre jodiéndome la vida como siempre, tocando la puerta de mi habitación como una loca- Te he dicho que no te encierres -Se molestó al notar que la puerta estaba trabada

La noche anterior los escuché pelear de nuevo y decidí que estaba bien colocar una silla en la puerta ya que habían botado mi perilla por encerrarme cuando se me daba la gana.

- No voy a hablarte bien de nuevo -La típica amenaza que ya no me movía ni los pelos

- Ya voy -Solté amablemente, burlándome de ella

- No es un juego niña -Estaba enfadándose en serio, pero poca importancia tenía, después de todo lo único que hacía era poner cara de cachorro apaleado lloriqueando por sus peleas y su futuro divorcio y a mis padres se les ablandaba el corazón

- Lo siento mami pero me era difícil dormir con la puerta abierta -Dejé salir una lágrima

- Jess, por favor, todo ira mejor -Su voz ahora era de pena, no más enojo, quizá obtendría un par de cosas nuevas de vuelta a casa, acababan de abrir un centro comercial con tiendas que parecían llamarme

- ¿Qué se supone que haremos hoy? -Dije como ignorando sus palabras pero sin dejar de actuar dolorida

- Iremos a terapia, ya lo habíamos hablado ¿Recuerdas? -Maldición, mi primera semana de vacaciones y mi madre jodiendo

- No mami, por favor, yo sé que todo entre tú y papi va a arreglarse -Claro que no se arreglaría, sólo deseaba recordarle que eso era lo que me hacía mal

- Por favor Jess, hagamos lo de terapia y veras que lo sobrellevaremos mejor, tú padre también vendrá -Terapia familiar, de familia ya no teníamos nada

- Bien ¿Podemos ir al nuevo mall después? -Pregunté con un pie dentro del baño

- Claro, después de terapia lo que quieras -Por lo menos serviría de algo la dichosa terapia

Me tardé lo suficiente en la ducha, como para estar segura de que llegaríamos tarde a terapia, quería saber que tan duro era el temple de mi madre, era tan perfeccionista y controladora, lo peor que podías hacer era llegar tarde a una cita con ella, por lo tanto ella jamás llegaba tarde.

- Apresúrate por favor -Pidió desesperada en la puerta sonando su caro tacón contra la duela

Lentamente me subí los jeans negros razgados por la rodilla, aún más lento terminé de colocarme crema en la parte superior de cuerpo un bralette negro de encaje con finas tiras envolviendo la parte baja de mi busto se asomaba bajo una floja camiseta gris que dejaba ver un poco mi abdomen y bajo los brazos bastante piel, unas converse blancas y mi madre presionándome en la puerta.

- No puede ser Jessica, tu actitud me molesta. Vamos 10 minutos después de la hora -Cerró la puerta de la camioneta con furia

- ¿Sabes que estuve pensando? -Me miró aún con enfado

- ¿Qué? -Aceleró a fondo para no detenerse en un semáforo

- Tal vez sea buena idea que me mude con mi abuela, hasta que ustedes arreglen sus diferencias o mi padre se vaya con su secretaria -No me fulminó con la mirada porque pensaba que me dolía tanto como a ella

- No te mudarás a ningún lado, tu padre acepto el acuerdo de divorcio y ya no habrá más problemas -Mi madre no tenía idea

- ¿Y no te molesta que la gata esa se quede con la mitad de lo que nos pertenece? -Era lo que menos le importaba pero era divertido jugar con su mente

Querido PsicólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora