VEINTIDOS

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Pronto llegó el último viernes que estaríamos ahí, el día que tocaba empacar todo y mentalizarnos que pronto estaríamos de vuelta en la ciudad y a pocos días de entrar a la escuela.

Por cierto, Richter jamás contestó a mi correo y claro que me sentía humillada, después de todo debí dejar que él diera el primer paso de hablarme, pero no iba a dejarlo así.

- ¿En qué piensas? –Se acercó Juli

- Oh, en nada. Mente en blanco –Reí

- Jess, Lucre me dijo que ya lo sabes, perdón por no ser sincera desde un principio con ustedes –Acaricié su brazo

- No tienes nada de que disculparte Juls, yo también lo habría ocultado de no haberse vuelto público gracias a la directora de la escuela –Reímos

- ¿Sabes qué es lo peor? –Negué para que continuara hablando– Creo que todavía siento cosas por el tipo con quien pasó –Lo sospechaba

- ¿Y Ricardo? –No quería lastimarla pero no pude guardarme la pregunta

- Lo quiero –Dijo mirando a otro lado– ¿Se pueden sentir cosas por dos personas al mismo tiempo?

- No tengo idea, yo creo que siempre debe haber una de las 2 a la que elegirías por sobre cualquier cosa –Miró a donde estaban los demás

- igual me voy la siguiente semana, ya no tiene mucho sentido plantearme ese tipo de cosas –Noté que su mirada se clavaba en Roger, quien sentado en el cofre de su auto, tocaba la guitarra

- Ay Juls, tenemos muy pocos años amiga, tal vez conozcas a algún asiático y él te haga olvidarte de ambos –Reímos

- ¿Listas? –Se acercó Gabriel

- Listas –Dije sonriendo

- ¡Vámonos! –Gritó Lucre saliendo de la casa con su maleta

- ¿Cómo vinimos? –Pregunté a Gabriel caminando a su lado

- Si a menos que quieras venir conmigo baby –Dijo abrazándome por la cintura y logrando que Juli nos viera mal

- Hazte a un lado –Lo empujé y se rio

Llegamos hasta los autos y Lucre se veía un poco seria, esperaba que no fuera por mi causa y el estúpido de Gabriel llamándome "baby".

- ¿Puedo ir con ustedes? –Le preguntó a Roger

- Claro hermana ¿Todo bien? –Me acerqué

- Si, lo que pasa es que... Olvídenlo, prefiero ir con ustedes –Recargó su cabeza en mi hombro

- ¿Qué sucede le susurre? –Negó, dándome a entender que no hablaría

Al final quedamos en el auto de Roger, él, Clara, Lucre y yo, Lucre tomó el asiento delantero junto a su hermano y yo pegando la cabeza en la ventanilla me quedé dormida casi iniciando el viaje.

- ¿Entonces cómo vamos a hacer llegando a la ciudad? –Preguntaba Clara a alguna conversación de la que me perdí todo por dormir

- Supongo que las paso a dejar a su casa –Dijo Roger sin quitar la mirada del camino

- Creí que vendrían a mi casa para la despedida –Dijo acercándose al espacio entre ambos asientos delanteros

- Pues si Lucre quiere –Dijo Roger mirando un poco a su hermana aún seria

- Por mí no hay problema –Le sonrió ella– ¿Y tú Jess? –Dirigió la mirada a mí

- Me siento ultra cansada y mi mamá me pidió llegar para la cena, dice extrañarme demasiado –Dije haciendo gestos graciosos

Querido PsicólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora