Querido Psicólogo

EPÍLOGO

- ¿Jessica Valladares? –Un hombre completamente vestido de negro, con acento ruso, se acercó a mí, mientras yo rondaba mi propia exposición.

- Sí. –Sonreí, amable, tranquila como de costumbre.

- Estuve en su última exposición en San Petersburgo, es un gusto conocer en persona a la mujer que firma tan maravillosas fotografías. –Sonreía emocionado.

- El gusto es mío señor...

- Nicolas –Tomó mi mano– Nicolas de Staël. –No podía creerlo– Una disculpa, –Dijo, sacando del interior de su abrigo un frasquito que parecía ser desinfectante– tengo un estresante problema con los gérmenes. –Sonreí como tonta, recordando a Frank.

- Soy ferviente admiradora de su obra, no se imagina el honor de saber que aprecia mi fotografía.

- La seguí hasta Londres, con la exposición "Muerte prematura". Había tanto sentimeinto en cada fotografía, que me inspiro. Estaba ansioso por conocerla...

- Mami. –Unas pequeñas manitas tiraron de mi abrigo.

- Hola cielo ¿Qué tal todo? –Miré a Nicolas como disculpándome por la interrupción.

- Fui con Jess por el helado ¿Debemos ir a casa?

- Sí, nos vemos en unas horas.

- Llamaré a tío Phillip, dijo que podríamos ir al parque esta tarde.

- Claro. –Revolví su negro cabello y corrió en dirección a Jessica, quien lo esperaba sonriente– Lo siento, tiene vacaciones. -Me disculpé con él.

- Tal vez la estoy interrumpiendo. –Dijo de pronto.

- ¡Oh no! Es un honor poder charlar con usted.

- Podría hablarme de tu y no sé, tal vez me porte atrevido, pero me encantaría invitarla a cenar algún día.

- Podría ser reciproco el hablarnos de tu. En cuanto a cenar, me encantaría.

- Te dejo mi tarjeta.

Luego de despedirnos lo vi alejarse, abrigo negro, sombrero del mismo color y canas blanqueando lo negro que debió ser su cabello no muchos años atrás.

Luego de la exposición tomé un taxi a casa, donde me esperaban Jessica y el pequeño Frank. Se adoraban como hermanos, ella solía pasar las vacaciones con nosotros y el resto del año en Islandia, con la hermana de Delilah, quien, luego de la muerte de Frank, dejó todo y se dedicó a trabajar con ONGs por el mundo.

El pequeño Frank era de origen iraquí, fue rescatado y puesto en adopción cuando tenía unos meses de edad, cuando tomó mi dedo índice entre sus pequeñas manitas, supe que sería el amor de mi vida.

A seis años de la muerte de Frank, vivo bien, respiro tranquilamente y las noches son tranquilas. Expongo mis fotografías y pinturas por el mundo, tengo un hermoso hijo de cejas pobladas, una media hija que se llama igual a mí y es encantadora. En cuanto a tener pareja, Phillip y yo nos dimos un tiempo, descubrió que la monogamia no es para él y para mí es necesaria.

- Oye mami ¿Quién es él? –Frank me mostró una foto que parecía tener mucho tiempo guardada.

- ¿De dónde la tomaste?

- Jessica dice que es su papá...

- ¿Dónde la encontraron? –Sonreí, cuando Jessica entró a la habitación con la vieja caja, regalo de mi madre.

- ¿Dónde es? –Preguntó la chica, ambos se sentaron a mi lado.

- Él es el papá de Jessica, esta es la foto perfecta del amor de mi vida. Cuba, cuando yo tenía 19 años, es en la azotea de un hotel en el que él dio una conferencia. La noche anterior nos fugamos a una de las playas más hermosas del país, nos sentamos sobre la arena y vimos al sol nacer de las entrañas del mar.

- ¿Lo amabas mucho no? –Preguntó la chica, colocando su cabeza sobre mi hombro.

- Con el alma. –Sonreí con melancolía.

- ¿Y esta?

- Nadar con tiburones fuera de la jaula, era una de las cosas que tu padre deseaba hacer antes de morir...

- ¿Y esta? –Se interesó mi pequeño.

- Tirarme con paracaídas, era una cosa de mi lista...

- ¿Hicieron todas estas cosas juntos? –Jessica observó que había un montón de fotografías más.

- Sí, todas y cada una, fue un largo viaje...

- Dime más. –Pidió– ¿Qué más pasó en ese viaje?

- En ese viaje descubrí que su padre era fanático de las almendras, y que tenía el peculiar talento de mover las orejas, se volvió alérgico a una semilla que consumen en el sur de África, yo perdí 2 zapatos de par diferente en los hoteles que visitamos, comimos las cosas más extrañas que encontramos y nos amamos más luego de eso...

- ¿Lo extrañas? –El pequeño Frank se había quedado dormido.

- Me pidió que no lo hiciera demasiado.

- Tenía manías y siempre se medicaba, nunca uso nada para el insomnio, siempre me decía "Algún día vas a conocerla ¿No es preciosa?" mientras veíamos la única foto que guardaba de ti. Cuando descubrió que tenía cáncer era demasiado tarde, no lo supe en ese momento porque él intentaba protegerme del efecto que saberlo podría causar en mí, pero en estos años no he podido dejar de hacer el recuento de las noches en que tenía pesadillas y lo descubría hecho un ovillo por el dolor, de los momentos en que el medicamento era demasiado y su estado era inhumano. Luego me mandó a Islandia y lo acepte, pero fue un gran padre, siempre amoroso y dedicado, nunca supo cómo trenzarme el cabello, así que tomaba una vieja secadora y luego de la ducha lo secaba por mí, dejándome el afro más esponjoso que hubiera visto jamás. Recuerdo tanto cuando le pedí que me comprara un bebé llorón por mi cumpleaños y él me dio un enorme libro de ciencias, me dijo "Las niñas no deben cuidar bebés.", para mi siguiente cumpleaños le rogué un microscopio. –Le sequé las lágrimas y las mías después– Lo extraño tanto, extraño su manera arrebatada de decir las cosas, extraño que mis profesores lo odien por ser directo. Extraño sus cantos en alemán por las mañanas y sé que eres la única que puede sentir lo que yo. Te quiero.

- Y yo a ti cariño. Él tenía tantas cosas buenas y lograba que amaras incluso sus defectos. Te aseguro que se fue soñando contigo y sabiendo que serías la gran chica que eres.

- Gracias Jess. –Me abrazó– ¿Quién era el hombre que estaba contigo en la exposición?

- Nicolas, un pintor ruso ¿Por qué?

- Es que usa los mismos zapatos que papá...

Hola, estaré publicando en instagram (my.lucy) las fotos de los posibles Jess y Frank, espero que se pasen por allá para que voten por sus favoritos <3 ¡Abrazos enormes!