SEIS

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- ¿Frank? –Pregunté cuando los timbres pasaron a un profundo silencio.

- Disculpe, Frank no puede responder ahora, pero puedo tomar su mensaje –Me quedé muda ante la voz de una mujer.

- Yo... Eh...

- ¿Sí? ¿Es usted alguna paciente?

- Sí –Respondí de inmediato– Soy una paciente –La escuché suspirar.

- Entonces seguro me conoce, soy Delilah, Frank la llamará en cuanto pueda ¿Quiere dejar algún recado?

- Quisiera...

- Perdone, me llaman, si puede llámeme más tarde –Colgó sin más, pude notar que no estaba feliz, parecía muy preocupada, el tono de su voz me había transmitido cierto dolor, pero no podía asegurar nada, ya que no la había escuchado más que por teléfono.

Dos toques a la puerta me sacaron de la ensoñación, mi padre enseguida me hizo notar que era él.

- ¿Estás muy cansada?

- Bastante –Dije sin ánimos de hablar.

- Voy a salir a buscar la clínica, para no tener retrasos mañana y quería saber si deseabas tomar un poco de aire –Caminé unos pasos rumbo al sonido de su voz.

- No, estoy bien... Oye pa –Mi papá espero en silencio lo siguiente– ¿La habitación tiene balcón?

- Sí, puedo llevarte si quieres –Asentí, esperando que estuviera mirándome– Por aquí –Dijo tomándome por el brazo y guiándome desde los pies de la cama.

Me senté ahí, sintiendo el fresco sobre mi cara, escuché a mi padre cerrar la puerta tras él y busqué el teléfono en mi bolsillo, tenía varios mensajes de mis amigas, Roger e incluso personas que había conocido en el centro.

Luego de responder entré a la habitación y me quedé completamente dormida, pensando en Frank.

Al día siguiente muy temprano, fuimos a la clínica donde habíamos pactado la reunión con el médico.

- Buenos días –Saludo animado luego de que nos presentáramos– En verdad lamento todos los retrasos, pero tuvimos un inconveniente con uno de los miembros más importantes de mi equipo y tuvimos que retrasar varias intervenciones –Sonaba en realidad apenado.

- Lo importante es que ya comenzará todo –Atinó a decir mi padre.

- Es cierto ¿Nerviosa Jessica? –Preguntó.

- Como si de ello dependiera que volviera a ver –Dije sarcástica.

- Buena broma –Rieron ambos.

- Bueno ya sabes, nos llevará un par de semanas todos los estudios que comenzaremos y después haremos la intervención quirúrgica. Tienes buenas posibilidades –Parecía un tipo muy amigable.

- Entonces ¿Llevará aproximadamente dos semanas? –Pregunté.

- Sí, sé que puede ser tedioso, pero aquí ofrecen un sin número de actividades que puedes realizar en tu tiempo libre –Escuché como que revolvía bolígrafos– Le anotaré aquí a quien debe referirse para que pueda entrar a las actividades –Se dirigió a mi padre– y mañana comenzamos con las resonancias, lamentablemente yo debo salir del país, pero la médico que estará al pendiente es excelente, ella me enviará toda la información y yo estaré aquí a más tardar en cuatro días.

Hablamos bastante más sobre todo lo que conllevaba la cirugía y todo eso, estaba un poco más atormentada que al principio pero parecía ser un hombre con mucha experiencia y aquello intentaba hacerlo mi tranquilizante.

Querido PsicólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora