DIECINUEVE

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- Aún faltan dos semanas, no puedes hacer esto. –Confronté a Delilah cuando supe que intentaba desconectar a Frank al día siguiente.

- Te he dado la oportunidad de despedirte, no puedo hacer nada más, el tratamiento no funciona del todo, no vamos a sacarlo del coma para que muera de dolor ¿Entiendes? –Me respondió exasperada.

- Por favor. –Sollocé y Phillip me tomó por los hombros para que me sentara.

- No es por mí, Jessica, yo daría mi vida a cambio de que él no sufriera al volver, pero ¿Sabes qué sucederá? El dolor sería tanto que él mismo pediría morir. –A ella también le dolía.

- ¿Puedo entrar a leerle?

- No escucha.

- ¿No hay esperanza?

- Sus signos están cada día más débiles, aunque el tratamiento vaya bien, ya no hay manera. –Se sinceró de la nada.

- Déjame hablarle por última vez. –Cada palabra me dolió como nada antes.

- Bien, pero por fuera. –Asentí y Phillip insistió en seguirme.

- Hola otra vez. –Susurré desde la bocina, observándolo– Deberías intentarlo Frank, me encantaría verte sonreír una vez más. No te vayas ¿Tú crees que yo voy a superar un amor así, crees que voy a superar a un hombre como tú así de sencillo? No Frank, mi vida cambió desde que te vi por primera vez en aquel elevador, eres el mejor hombre que pudo volverse el amor de mi vida. No me dejes, no te rindas ahora, lucha Frank, por ti, te amo. Siempre voy a amarte y debes intentar ser fuerte, por favor no me dejes ahora mi amor. No podría soportarlo de nuevo, me duele tanto Frank, me dueles, por favor quédate conmigo, me debes una oportunidad Frank, debes conocer la persona que soy ahora, moriría contigo... –Con cada palabra aumentaba mi desesperación y terminé con la mano empuñada golpeando no muy fuerte el cristal.

- Basta Jessica, no puede escucharte, además no es decisión suya volver así como así.

- Frank, no lo escuches, tú puedes...

- Basta –Phillip me tomó por los hombros, con la brusquedad que lo caracterizaba e intentó alejarme de la imagen de mi Frank en coma, el Frank que vería por última vez.

- Necesito tiempo Phillip, sé que volverá, ella no puede desconectarlo así. –Estaba llorando desesperadamente mientras Phillip intentaba alejarme del cristal.

- Por favor, sólo estás haciéndote daño –Me tomó fuerte por los hombros y me miró a los ojos, por primera vez parecía tener sentimientos– únicamente lo mantienen vivo porque Delilah tampoco podía dejarlo ir, he preguntado y los médicos aseguran que no hay más esperanzas ¿Comprendes? El cáncer invadió su cuerpo casi por completo, ellos le indujeron el coma y no va a regresar. –Era tan directo como frío.

- ¿Quieres dejarme sola? –Sus palabras me habían dolido demasiado– Ve a casa, yo te prometo que mañana te busco. –Negó.

- No estás en condiciones de ir sola a casa –Caminé un par de pasos lejos de él.

- Yo puedo decidir eso –Comencé a caminar rápidamente, me siguió, pero me perdió en el elevador cuando entré y él no pudo hacerlo.

Estaba en estado de shock, no imaginaba un mundo sin Frank, aquel hombre que había cambiado mi vida y que sin él no habría vivido tanto.

Querido PsicólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora