¡Simone Rumsfeld Wells!

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Duré cinco minutos vistiéndome y unos tres más mientras la enfermera vendaba mi frente, matando todo el estilo de mi ropa.

Quería quedarme ahí, pero no podía, no estaba grave y ya me dieron de alta. Pensé en saltar por la ventana o salir por detrás del hospital, pero no dejaría a Noa, Barby y por lo que me dijo la enfermera, también llegó Vic y Randy.

Todo el circo llegó...

Tenía en claro que iríamos Noa, Barby, Dylan y yo, con... Bueno... Mark. Y Randy con Vic en el Jeep. Lo bueno de todo era que Noa estará conmigo, por si se torna áspero o denso el ambiente.

Salí con cautela de mi cuarto y me dirigí a la entrada del hospital, donde me dijo la enfermera que todos estaban.

Aún me encontraba un poco lenta mentalmente, así que cuando miraba hacia los lados, era como si mi cerebro reaccionara luego de mover la cabeza, como si se quedara atrás. Algo realmente extraño debo admitir.

Llegué al fin a la entrada, identificando desde mi lugar a Randy, Noa y Vic, hablando aparte, y dejando pequeñas miradas atrás, donde se encontraba Dylan hablando con Barby y Mark, quien estaba viendo todo el numerito que hacían el trio de imbéciles.

Negué lentamente y abrí la puerta, llamando la atención de todos.

-¡Sim! -Chillaron los tres al unísono, dirigiéndose sin detenerse hacia mi, y abrazando mi torso como si fuera un oso de peluche.

-¡Mi amor, pensé que te había pasado algo grave! -Dijo Randy con tono sobre protector.

-¡Si estúpida, me asusté! -Agregó la pulga pegada a mi.

-Perdón, lamento no ser psíquica y saber que me golpearían la cara -Dije sarcástica con algo de burla para provocar risa, pero solo recibí un golpe en mi hombro. Ya que Barby se acercó solo para agredir a su hermana.

-No hagas bromas con eso retrasada. Ahora, el Sr. Anderson se ofreció a llevarnos a casa junto con Dylan, me imagino que ya lo sabes. No quiero ser una molestia, así que nos vamos ya.

-Tranquila, no lo veo como una molestia en lo más mínimo -Contestó Mark con ese tono que hace estremecer cada punto de mi cuerpo.

Maldije en mis adentros y fingí agredecer con mi actitud, pero el lo sabía, sabía que era como una tortura ir juntos, pero este hombre y sus ganas no se pueden detener.

-Bueno, Noa, vienes con nosotros -Dije mientras jalaba a mi amiga de un brazo conmigo.

-¡Ok! -Dijo fingiendo tranquilidad, pero apenas tuvo oportunidad en nuestro transcurso hacía el auto, susurro a mi oído.

-Claro, usa a tu amiga como protección ante incómodo encuentro.

-Sabes que Barby capta todo, como una maldita hormiga. Así que necesitamos estar juntas, si esto llega a ponerse feo, no quiero morir sola.

-Ya lo se. Tranquila, saldremos vivas de esto -Dijo Noa en susurro, luego de apretar mi mano en signo de apoyo.

Al subir al auto, cerramos la puerta. Barby subió por el otro lado y Dylan iba al frente con Mark. Bajé el vidrio polarizado del auto, y miré los rostros de mis otros dos amigos. Expresión de padre preocupado y bastante estresado estaba reflejada en el rostro de Randy, mientras Vic con su método de solo hacerte sentir peor, hizo una cruz con su dedo índice en el aire. Dando a entender con su indirecta "Les doy mi bendición".

Eso me hace sentir mejor... ¡Gracias pulga!

Mark encendió el auto y de inmediato el sonido del motor, llamó la atención de muchas personas en la calle, principalmente mujeres.

Romances color vino (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora