En segundos

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   El silencio en la habitación, provocó una espantosa sensación en mi estómago, era como si alguien me hubiera arrancado las entrañas y ahora estuviera muriendo. Al escuchar la voz de Dylan, viéndonos con tanta indignación desde la puerta, fue el inicio de mi peor pesadilla.

   Mark sólo estaba serio, sin separar la mirada de Dylan, quien ahora no dejaba de mirarlo solo a él. Sentí el deseo de decir algo, explicar la situación, por lo que fui la primera en romper el silencio.

   —¿Dylan? —dije con tono suave —Necesitamos hablar respecto a esto, por que no es lo que...

   —¿Imagino? —terminó mis palabras —Definitivamente quiero escucharte Simone, por que esto me parece una pesadilla que no quiero vivir.

   Su voz era normal, podía notar que estaba luchando por no dejarse llevar por el enojo. Yo no tenía miedo de él, tenía miedo de lo que fuera a pensar o creer de mí, eso me daba pavor, ya que no quería perderlo.

   —Creo que todos los presentes tenemos que irnos ahora. —mencionó Patrick con cautela — Tenemos que dejarlos sólos.

   —Yo también necesito aclarar este asunto con ellos. —Por fin habló Pauline. Sus labios estaban fruncidos y se notaba por la forma en que apretaba sus brazos, que estaba furiosa.

   Esto esta peor cada vez...

   —¡Yo también necesito estar presente! —reclamó Isabelle.

   —Largo, Applewhite. —dijo Mark con tono bajo, pero sin perder autoridad.

   —¡Tú no vas a decirme que hacer, Mark!

   —¡Dije largo!

   —¡No! Ella no va a ir a ningún lado, tiene mucha información al parecer. —dijo Dylan mientras entraba a la habitación — Pero tu si vas, Dallana. No quiero ver la cara de la prostituta que durmió con mi padre.

   Mark mantuvo silencio, se notaba el inrrespeto con el que Dylan le respondía, pero al parecer, no planeaba decir nada. Apesar de estar molesto, no se inmutó ante la actitud.

  Dallana miró a Dylan de reojo, tomó el resto de la ropa que estaba en el suelo, y salió por la puerta como si su misión estuviera terminada. Pauline en ningún momento observó a la chica, parecía como si a un final, no fuera relevante saber que su esposo se había acostado con alguien más en su nariz. Así que eso me hizo pensar en lo que hablé con Mark en nuestro viaje. Al parecer Pauline si lo había engañado desde un principio.

   —¡Espera! —dijo Chelsea, mientras colocaba su mano en la puerta y la empujaba con fuerza, ya que Pat estaba cerrándola —¡Yo también necesito estar presente!

   —Espera afuera tu también, Chely. —dijo Mark con ternura y pena , era obvio que le afectaba que supiera.

   —¡Papá! ¡Necesito estar aquí! ¡Soy parte de la familia, maldita sea!

   —Entra Chelsea. —dijo Pauline con tono amargo. Ella tampoco quería que estuviera presente.

  Miré a lo lejos, todos nos venían atentamente mientras la puerta se cerraba. Nathan estaba allí, viendo a Chelsea algo preocupado. Una parte de mi pensó que él merecía también saber la verdad, (entre su suegra y su padre) pero no era quien para invitarlo a entrar. No estaba en la posición de elegir.

   Al cerrarse la puerta, solo nos miramos entre todos, nadie dijo nada casi por 1 minuto. Chelsea no podía evitar mirarme confundida y Pauline me fulminaba con la mirada. Era un momento totalmente incómodo, penoso y abrumador, sentía como el frío recorría mi cuerpo; Si Barby hubiera estado conmigo, tal vez me hubiera sentido más valiente y apoyada.

Romances color vino (Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora