2 años después...
—¡¿Donde están mis zapatos?! —está gritando Barby mientras corre de un lado a otro, dificultando todo para Vic.
—¡Diablos, Bárbara! ¡Déjame peinarte! ¡Noa los está buscando!
—¡Lo siento! ¡Yo, solo quiero que salga perfecto! —contesta mi hermana con ese tono apenado, pero igual su angustia era evidente aún.
Yo estoy comiendo palomitas con sal, viendo como Vic lucha con mi hermana y Noa intenta buscar los famosos zapatos debajo de la cama. Cuando sale de ella, su respiración es agitada pero logra hallar un par, solo faltaba el otro.
—El otro esta debajo de ese mueble —Señalo la pequeña mesa de noche al lado de la cama.
Las tres chicas me miran con odio puro, mientras yo por presión, como palomitas más lento.
—¿Por que no levantaste tu trasero y lo trajiste? —pregunta con tono ronco Barby desde su silla. Esta intentando controlar su enojo.
—¿Por qué estoy comiendo? —dije apenas audible mientras seguía comiendo palomitas.
—Sim... ¡Quiero que dejes esa estúpida bolsa y ayudes en algo! ¡Mueve tu trasero, ahora! —Barby esta prácticamente gritando con voz autoritaria. Y como bien se sabe, no debes hacer enojar a una mujer embarazada.
—¡Ya, me muevo! —dije mientras dejo las palomitas en la cama y alcanzo el otro zapato.
—¡Gracias! —dice en un tono un poco calmado ahora.
Sonrío burlona al verla tan estresada, por que todos esos relatos acerca de mujeres en esta clase de eventos, nunca los creí. Hasta hoy.
Después de un par de horas más luchando con Vic, ya esta lista, mirándose al espejo y tocando su vientre. Noa y Vic nos habían dejado a solas para ellas buscar a sus acompañantes. Al pasar los minutos, siento como mi chica cursi interior, va saliendo poco a poco para provocar que llore, pero respiro profundo y evito que el sentimiento arruine mi maquillaje.
—Te ves como una mamá sexy.
Barby me ve por medio del espejo, sonriendo de oreja a oreja. El vestido le queda hermoso y su maquillaje es natural y fresco. El pequeño velo que lleva, tapa ligeramente su espalda descubierta y su estilo de peinado es perfecto.
Ella gira lentamente, dejando ver cada detalle de su vestido. Río por su modelaje y mis ojos no pueden seguir soportando, así que seden un poco dejando caer una lágrima por mi mejilla, la cual en un acto rápido, limpio sin dejar rastro.
—Estoy nerviosa. Nunca pensé ser tan ridícula como para decir eso —dice Barby mientras camina hacia mí.
—Bueno, el hombre que te esta esperando abajo es el mejor que pudiste elegir. Y estoy segura que nuestros padres estarían enormemente orgullosos de su hija y su futuro yerno. —contesto mientras limpio la pequeña lágrima que sale de su ojo izquierdo.
—Te quiero, estúpida.
Sonrío por su manera tan única de decirme que me quiere, y lentamente juntamos nuestras manos, entrelazándolas. Así que en medio de tanto momento sentimental, decido decir algo que la haga reír un poco.
—Solo espero que si tenga ropa esta vez.
Barby gira sus ojos en forma de hastío, pero no pudo evitar soltar una risita luego. Ella sabe que Guillermo es algo nudista.
En medio de risas, la puerta se abrió repentinamente, dejándonos algo sorprendidas a ambas.
—¡Ya vamos a empezar, cariño! ¿Lista? —dijo Julia, la wedding planner de Barby.
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Romances color vino (Sin Corregir)
ChickLit*Ganadora en los premios Carrot Awards 2017, en la categoría chick-lit. *Ganadora del mini concurso "Hablando sin máscara" 2017. "El quitó sus ojos de mi, y los puso sobre la copa que estaba frente a él. La tomó entre sus dedos con elegancia y la ag...