-¡Quitate del frente, idiota! -Gritó furiosa Chelsea.
Luego de eso, solo pude ver dos manos rodeando a cada una, mientras nos llevaban junto al sujeto llamado Owan.
-¡Tengo un trato para ustedes, que estoy seguro, ahora... -Nos señalo a ambas con una sonrisa -No pueden negar!
Miré a todos del otro lado, estaba intentando guardar la compostura, pero todos los demás, no podían dejar de fruncir el ceño y mostrarse frustrados. Principalmente Dylan, el cual con la mirada, asesinaba a Owan.
-¡No pienso hacer un puto trato contigo! -Contestó Dylan con rabia.
-¡Por favor, chico! ¡No te conviene decir no, recuerda que las tengo conmigo! -Dijo Owan de forma triunfal. Como si ya hubiera ganado.
Miré a Chelsea para asegurar que estuviera bien, y la chica se mantenía en una pelea constante con el sujeto que la sujetaba. No le estaba dando un trabajo fácil.
-Lo diré así de fácil, el trato consiste en darme a la bailarina golfa que sedujo a tu amigo y yo les devuelvo sus chicas ¿Trato? No creo que sea difícil.
Observaba como Dylan apretaba su mandíbula con fuerza, mientras dejaba miradas en Sly y Sarah. Lo hizo titubear, podía verlo.
-¡Andante a la mierda! -Gritó Sly.
Un suspiro de cansancio salió de los labios de Owan, mientras miraba directamente a los chicos.
-No la van a entregar -Dije seria.
Owan me miró serio y se acercó lentamente. El sujeto era alto y musculoso, tanto que daba un poco de miedo. Podía sentir que no tenía oportunidad de vivir contra él.
-¿Como te llamas? -Preguntó al estar lo bastante cerca.
-No quiero que mi nombre salga de tus labios. No pienso decírtelo -Contesté con rudeza.
-Bien. Entonces te diré Nadie. Es un perfecto apodo para una chica como tú. Que no vale nada.
Solté una risa por su comentario absurdo y contesté.
-El único que no vale nada, eres tú.
Al terminar, el sujeto sonrió altanero, y en pocos segundos, sentí un impacto en mi cara tan fuerte, que todo se volvió lento y aturdida caí al piso. Sentía mi mente en cámara lenta, además de un "pip" en mis oídos, que no desaparecía.
Todo se escuchaba lejos, pero podía identificar sus voces. Además... De armas cargando.
-¡MALDITO! -Escuché gritar a Dylan luego del golpe.
-¡Quedate ahí, o te juro que le disparo! -Ahora hablaba Owan.
-¡No! ¡Detente! ¡Iré contigo! -Contestó una voz femenina. Era como la voz de Sarah.
-Bien. Entonces ven -Dijo Owan.
Unos cuantos gritos de furia se escucharon, eran parecidos a la voz de Sly. Patrick y Leo también estaban hablando, creo tranquilizando a alguien.
Mis ojos no podían enfocar bien, no estaba viendo nada, solo borroso. Maldije internamente al sentirme presa fácil en ese momento, además de tener miedo. No quería que nadie muriera.
Pero en medio de tanto escándalo, dos disparos se escucharon, junto con una voz que parecía conocida, pero no lograba identificar.
-¡Maldita sea Owan, te dije que te fueras y dejaras a mi hija en paz! -Gritó un hombre furioso. Por lo que dijo, deduje que era la seguridad del club.
Mis ojos se aclararon un poco, podía ver el suelo y en el había sangre "¿Era mía?" me dije a mi misma. Pero al moverme un poco, vi las gotas caer.
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Romances color vino (Sin Corregir)
Literatura Feminina*Ganadora en los premios Carrot Awards 2017, en la categoría chick-lit. *Ganadora del mini concurso "Hablando sin máscara" 2017. "El quitó sus ojos de mi, y los puso sobre la copa que estaba frente a él. La tomó entre sus dedos con elegancia y la ag...