Quité la vista inmediatamente al sentirme incómoda. No veía a Patrick desde la secundaría y debía admitir que seguía igual de atractivo, solo que ahora más alto y con un corte diferente, uno más de acuerdo a su edad.
-¿Qué? ¿Por qué esa cara? -Preguntó Randy mientras lamía su helado lentamente, mirándome de forma interrogativa.
Coloqué disimuladamente mi telefono celular enfrente de mi cara, para que tapara mi boca, mientras fingía revisarlo.
-Quiero que gires muy despacio y natural hacia atrás -Dije casi sin mover mis labios.
-¿Donde? ¿Atrás? -Preguntó en voz alta, arruinando mi estrategia de ser madura. Giró con rapidez, mientras buscaba con la mirada lo que no sabía.
Cerré mis ojos con fuerza al ver que que la actitud de Randy, llamó la atención de Patrick.
Mi amigo al fin cuando vio al chico, se tensó y se acomodó de nuevo en el asiento, ahora sí, de una forma natural. Respiré un poco tranquila al ver que Patrick siguió con sus cosas, aun que si podía jurar que reconoció a Randy.
-¡¿Ese es Patrick!? -Preguntó en un susurro al encontrarse de nuevo su mirada con mis ojos.
-¡Si imbécil! ¡Por eso quería que fingieras naturalidad!
-¡La próxima vez, deja todo claro!
-¡No me dejaste terminar!
Ambos gemelos estaban ajenos a todo lo que pasaba, su concentración estaba en el helado, mientras Randy y yo seguíamos discutiendo.
-¡Ya callate, que lo más seguro estamos quedando como un par de idiotas! -Le susurré a Randy.
Con tranquilidad, busqué con la mirada a Patrick, pero ya no estaba. Lo más probable era que ya se había ido pensando que era una ridícula.
Y lo peor de todo, es que no estremece ni un musculo en mí, solo estaba curiosa, pero creo que gracias a Randy, di la impresión equivocada.
-¡Perfecto! -Exclamé con frustración y tiré mi cuerpo hacia atrás, hasta que mi espalda tocara la silla.
-Tia Simone, ¿Podemos ir a jugar? -Preguntó con emoción Sam.
Mi enojo fue disminuido de momento para contestarle al pequeño príncipe que me veía ansioso.
-Vayan.
-¡Si! -Gritaron al unisono y corrieron a la zona infantil.
-Randy -Dije llamando la atención de mi amigo -La próxima vez, dejame terminar todo ¿Ok?
-Si, Señor.
Giré mis ojos por fastidio y le indiqué a Randy que se moviera, ya que quería vigilarlos de cerca.
Una vez dentro del salón, busqué a los pequeños pero no los encontraba, pensé que estaban en el enorme castillo, pero del tobogán salían y salían niños y ninguno era los gemelos.
Randy y yo, comenzamos a preocuparnos, más al escuchar un chillido, que nos hizo correr a más no poder, a la zona de niñas. La voz era parecida a Amanda, así que no dudamos en investigar.
Barbies, maquillaje ficticio, espejos de plástico, cocinita, bebés en sillas y dos pequeñas peleando por una.
Me sorprendí al ver a mi pequeña castaña recibiendo jalones de pelo, por parte de otra niña, un poco mayor que ella.
-¡Tu pelo es de una bruja! -Dijo la niña con tanto odio que me hirvió la sangre.
-¡Hey! ¡¿Que crees que estas haciendo niña?! -Exclamé furiosa mientras caminaba con paso firme en su dirección.
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Romances color vino (Sin Corregir)
ChickLit*Ganadora en los premios Carrot Awards 2017, en la categoría chick-lit. *Ganadora del mini concurso "Hablando sin máscara" 2017. "El quitó sus ojos de mi, y los puso sobre la copa que estaba frente a él. La tomó entre sus dedos con elegancia y la ag...