Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, ya conocía a todas las enfermeras de mi piso y visitaba a muchos pacientes a mi alrededor, aun que la señora Steven siempre se molestaba al verme deambulando por todo el lugar. Ahora era tiempo de volver a casa luego de 15 días internada, y la verdad deseaba volver a dormir en mi suave y sexy cama.
Barby me había traído ropa y un perfume para (como dijo ella) quitar mi olor a "hospital". Traía mi enorme sonrisa al salir por la puerta y sentir el calor tan abrasador del sol en mi cuerpo, era casi como un orgasmo para alguien en el hospital.
—¡Simone, apurate! ¿O prefieres tomar un bronceado a las afueras del hospital? —dijo Barby con tono burlón al verme disfrutar el momento.
—Cierra la boca, esto es muy placentero. —La miré con mis ojos achinados por el brillo del sol y caminé lentamente hasta su lado.
—Te dieron marihuana como relajante, ¿cierto? —preguntó Vic desde la parte de atrás del auto.
La miré de reojo y golpeé su hombro con suavidad, pero como es típico en ella, se quejó dramáticamente. Noa solo podía reír mientras Randy fingía ser un papá regañón.
—¡Ya niños, no quiero juegos de manos en mi auto nuevo! —Nos reprendió Barby al subirse.
—No seas amargada, Barby.
—¡Ya subete Simone, o te dejaré aquí!
Alcé mis brazos fingiendo estar amenazada y subí al auto. Ella solo entrecerró sus ojos y lanzó su mejor mirada de "chica ruda". Durante el camino Barby puso algunas baladas que me hicieron sentir paz, una paz que hace mucho no sentía. Casi morir te hace ver el mundo diferente.
Durante todo mi tiempo en el hospital, recibí visitas de casi todos. Amigos, familia, vecinos, hasta Susan y Sr. Miller llegaron al hospital. Lo asombroso de eso, era que nunca ningún miembro de la familia Anderson, llegó a verme. El único que se había reportado, pero sin dar la cara, había sido Mark. En una conversación por mensajes, preguntó acerca de mi salud, me informó sobre su matrimonio y relación familiar, además de Dallana y la relación con los Applewhite.
Mark y Pauline no encontraron punto de arreglo, lo cual era muy obvio. Ella decidió irse con su nuevo amante a su nueva casa, mientras él decidió quedarse. Chelsea y Nathan seguían juntos, ella le dijo todo al chico y este decidió simplemente mudarse y no vivir más con sus padres. Mark dijo que ella había decidido quedarse a vivir con él, por que no quería vivir con un extraño que se acostaba con su mamá. Los Applewhite estaban destrozados por la muerte de su hija, pero nunca cortaron sus negocios con Mark. Por otro lado, Dylan después de su visita fantasma en el hospital, decidió irse de Miami y vivir en New York con Patrick y Leo. No dijo nada y simplemente se fue. Básicamente la relación familiar sigue igual, pero ya no vivían juntos.
Estuve feliz al saber que su familia no se desmoronó por tanto, pero por otro lado, saber que Dylan se había ido sin ni siquiera despedirse, fue un golpe bajo en mi corazón. Tenía claro que Mark sentía culpa y al mismo tiempo, la atracción que sentía por mí lo hizo estar atento a mi recuperación. Pero a pesar de todo, sabemos que no somos lo que el otro busca.
Por que amas a Dylan. A pesar de habernos dejado solas.
Callé a mi subconsciente acusadora, y seguí mirando por la ventana del auto. Antes de ir a nuestro destino, le pedí a Barby dar una parada en el cementerio, para visitar la tumba de Isabelle. Sea lo que sea, ella tuvo sus problemas personales y no merecía un final así. Por lo que quería dejar todo en claro, aunque sea de esa manera. Al llegar a casa, encontré en la entrada el viejo mercedes de Barby, ahora casi como nuevo. Confundida bajé del auto y noté en su techo un intento horrible por colocarle un lazo color Azul.
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Romances color vino (Sin Corregir)
ChickLit*Ganadora en los premios Carrot Awards 2017, en la categoría chick-lit. *Ganadora del mini concurso "Hablando sin máscara" 2017. "El quitó sus ojos de mi, y los puso sobre la copa que estaba frente a él. La tomó entre sus dedos con elegancia y la ag...