revelaciones II

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-Andando entonces...- mencionó el mercenario comenzando a caminar hacia la dirección en la cual la azabache miraba.

Kagome exhaló pesadamente... temía a lo que vendría cuando tuviese los tres fragmentos juntos, pero aun así los necesitaba... además; este fragmento tenía algo diferente a los anteriores... era puro.

Caminaron todavía un largo tramo y tras cada paso la distancia se acortaba... el fragmento parecía esperarla, pues éste nunca se movió de su sitio.

-Es ahí...- mencionó la azabache al observar un gran lago de cristalina agua, que era rodeado por la reverdeciente naturaleza del bosque por el cual viajaban... era un lugar en apariencia tranquilo.

El moreno detuvo su marcha en el lugar -pues aquí no se ve nada...- dijo y volteó a ver a la confusa chica que lo seguía.

-Es aquí... no puedo equivocarme...- le aseguró mientras dirigía sus pasos al borde del lago.

Los azulinos ojos del guerrero la siguieron en su recorrido. Frunció el ceño ante una extraña advertencia que le lanzaba su cuerpo -aléjate...- ordenó de pronto.

-¿Qué?- cuestionó sin entender el frio tono que usó. Su cuerpo se tensó al sentir como el suelo en el cual permanecían parados temblaba ligeramente...

Bankotsu se acercó a la azabache y de la mano la alejó de la orilla, pues ella parecía muy atenta al cuerpo que se apresuraba a salir del fondo de ese lago y no prestaba atención al peligro que pudiese representar...

Kagome volteó a verlo encontrándose con una mirada seria por parte del guerrero... -es él ¿cierto?- le cuestionó mirando ahora lo que parecía ser una gran ostra emerger completamente del agua.

Ella solo asintió... -nunca había visto algo así... - reconoció -...aunque es extraño porque...

-He estado esperando por ti...- interrumpió una gruesa voz al mismo tiempo que la gran ostra se abría dejando ver a una especie de ser humano en el interior...

Ambos jóvenes guardaron silencio y lo observaron, Kagome extrañada y el mercenario de una forma analítica...

-¿Y tú quién demonios eres?- cuestionó luego de unos segundos, de una forma completamente altanera el orgulloso guerrero.

Una media sonrisa se formó en el añejo rostro del ser frente a ellos... -creo que deberías cuidar tu forma de hablarme jovencito...de lo contrario podrías arrepentirte- amenazó en forma tan sutil que al mercenario le sonó a burla.

-Mph... ¿arrepentirme?... - repitió irónicamente -...nunca he hecho tal cosa, y dudo mucho que un anciano como tú logre lo contrario.

-Pues eso, está por verse...- respondió ahora en claro tono molesto al mismo tiempo que su cuerpo brillaba y parecía mutar a una forma completamente diferente a la humana que tenía...

Tras pocos segundos la luz se desvaneció quedando sobre la enorme ostra un ser que solo podía definirse como un enorme cráneo con diversas puntas saliendo bajo él... Kagome nunca había visto algo semejante, pues su cuerpo brillaba cual diamante puro. A la azabache de verdad le sorprendía la forma tan fácil en la que Bankotsu entraba en conflicto, pues de verdad ella dudaba que el ser que tenían frente a ellos, buscara problemas....

Bankotsu esbozó una sonrisa confiada... el nuevo reto... supuso.

-Espera Bankotsu...- se apresuró a hablar pues entendía ya sus intenciones...

-Deberías escucharla, si valoras tu vida... - advirtió con burla el ser que aún mantenía en misterio su nombre.

-A mí no me pareces la gran cosa... - le aseguró girando su gran arma para sostenerla firmemente con una sola mano. Estaba completamente confiado.

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