-¡Ese maldito de Naraku!- exclamó colérico el híbrido una vez que el escurridizo demonio se desvaneció una vez más frente a sus ojos...
-Lo peor es que no pudimos quedarnos con el fragmento...- dijo preocupada la exterminadora.
Kagome volteó de reojo a ver a un Bankotsu pensativo "por fortuna esta vez no parecía tan interesado en enfrentarse a nosotros..."pensó mientras intentaba calmarse de la sorpresiva intervención de Naraku, cuando se disponían a recuperar uno de los pocos fragmentos que quedaban todavía dispersos...
-Hay algo que no anda bien...- reflexionó Miroku observando la tela morada y el rosario que cubrían la maldición de ese agujero negro en su mano derecha. Todos prestaron atención a su serio comportamiento. -...cada vez nos encontramos más seguido con las marionetas de Naraku.
-No entiendo que quieres decir Miroku...- mencionó la azabache que lo veía con curiosidad.
-Naraku sigue enviando marionetas, cuando lo más fácil y efectivo sería mandar a ese otro personaje que cuenta con mayor poder...
-¿Hakudoshi?- habló el peliplata que no terminaba de entender.
Miroku asintió -desde que ustedes se enfrentaron a ese sujeto, y lograron dañar el campo de protección que portaba, los enfrentamientos que hemos tenido son únicamente con sus marionetas...
-¿Intenta protegerlo?- reflexionó el ojiazul para él mismo, aun así el grupo logró escucharlo.
Inuyasha apretó los puños -Naraku nunca se ha preocupado por ninguna de sus extensiones, él solo se preocupa de él mismo.- mencionó molesto, últimamente soportaba menos a Bankotsu... había algo que surgía en la pareja que formaba con Kagome que no le estaba gustando.
-Eso es precisamente lo extraño...- volvió a mencionar el monje -...por qué razón no habrá buscado los fragmentos que posee la señorita Kagome ni el de...- se detuvo antes de nombrar al mercenario.
-Tal vez solo busca fortalecerse y solo nos está dejando para el final...- intervino Kagome y finalizó su suposición con un deje de preocupación. Volteó a ver a Bankotsu.
-Entonces debemos estar preparados...- habló la taijiya rompiendo un poco la tensión.
-Yo lo estoy... aunque no podría decir lo mismo de todos...- dijo con burla el peliplata, viendo de reojo a un mercenario que le devolvió una mirada desinteresada.
-Vámonos...- dijo el guerrero tomando de la mano a la pelinegra y sacándola del lugar... instantes después fueron seguido por el resto de sus compañeros.
Caminaron sin decir palabras, al paso de unos minutos Inuyasha y el resto caminaban delante de ellos...
-¿Te pasa algo?- preguntó la pelinegra al verlo más callado de lo normal.
-Nada...- contestó secamente y siguieron avanzando. Bakotsu creía entender el origen de Hakudoshi, y si o que vio en el Monte de las Ánimas era cierto, ese niño era más importante que el mismo Naraku...
Kagome veía su rostro en el que se distinguía un toque de severidad, no alcanzaba a comprender qué podía estar pensando, de pronto pareció recordar algo y dejó de lado su preocupación...
-¡Inuyasha!- gritó la colegiala llamando la atención de todos, en especial del mencionado, que detuvo su andar y volteó a verla más molesto todavía, pues suponía que si Kagome le hablaba, era para pedirle algo.
-¿Qué quieres Kagome?- preguntó cortante. Se hizo un silencio que esta vez no cortaban ni los animales que habitaban el bosque por el que caminaban.
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Más que el destino
FanfictionKagome se había enamorado de Inuyasha prácticamente desde su llegada al Sengoku. Durante la batalla en el monte de las ánimas, es que ella descubre que sus sentimientos están muy lejos de ser correspondidos. Escuchar de la voz del peliplata que esta...