-¡Kagome!... ¡pero que gusto que has vuelto!- expresó emocionada su madre al verla llegar.
La pelinegra mostró una sonrisa sincera, tenía tantas ganas de ver a su familia y ahora que Bankotsu estaba con ella, eran pocas las ganas que tenía de regresar. Por ese momento olvidó lo pasado.
-Siento tanto preocuparte...-mencionó al momento de abrazarla. Bankotsu recién entraba por la puerta.
-¡Oh!... ¿y este joven quién es?... ¿es Inuyasha?- cuestionó la mujer y de inmediato deshizo el abrazo con su hija para inspeccionar al recién llegado. Kagome se congeló... ¿y ahora qué pasaría?
Bankotsu alzó una ceja mientras la mujer sujetaba su larga trenza...
-¡Vaya que ha cambiado su look...!
-Ah...- Kagome pareció perder el habla por un momento, observó como Bankotsu endureció sus facciones al ser confundido, él estaba molesto y temía a la reacción de su parte -... n-no, mamá... él... él es Ba-Bankotsu... mi...- titubeó y él lo notó.
-Su novio- completó seguro el mercenario, sorprendiendo a la mujer que ahora veía a uno y otro como si se hubiese perdido de algo.
Kagome abrió los ojos sorprendida, hace apenas unos segundos le decía que no sabía cómo decirle a su mamá que él era ahora, precisamente, su novio... o algo por el estilo.
-¿Novio?- dijo llevándose sorprendida una mano a la boca y sin saber cómo reaccionar de momento. Kagome asintió lentamente y le sonrió nerviosa -¡pues entonces hay que festejarlo!- aplaudió y alzó la voz emocionada... -... no pudimos festejarte tus quince años así que...
Una gota de sudor resbaló por la frente de la pelinegra... ¿su madre sería una madre normal?
-Eso no será necesario...- se apresuró a decir abochornada... volteó ver el todavía indignado rostro de Bankotsu... ¿eso se podría poner peor?
-¿Qué no será necesario?- habló el anciano bajando por las escaleras.
-¡Abuelo!- saludó emocionada la colegiala... al fin alguien que desviaría la atención.
El anciano la ignoró y pasó de largo hasta plantarse frente al guerrero, mismo que lo veía despectivamente y hacia abajo, por la diferencia de estaturas... -tú no eres Inuyasha... ¿qué haces con mi nieta?- cuestionó molesto, algo en el porte altivo de ese sujeto no le gustaba, y menos para su querida nieta.
Bankotsu resopló molesto, en menos de dos minutos ya habían mencionado al estúpido híbrido en más de una ocasión -eso a usted no debería importarle.
Tanto Kagome como su madre abrieron los ojos sorprendidas, para después forzarse a sonreír... para ser una primera impresión, Bankotsu se estaba ganando rápidamente el odio del abuelo.
-¡Por supuesto que me importa!...- habló fuerte el anciano, fulminando con la mirada al ojiazul... no dio tiempo a Kagome de hablar -...no creas que permitiré que mi nieta ande por ahí con un rebelde cualquiera...- añadió, mientras caminaba rodeándolo y examinándolo detenidamente.
-¿Rebelde?- Bankotsu no pareció entender...
-No es ningún rebelde abuelo...- interrumpió Kagome mientras sujetaba a su abuelo por los hombros -... el también viene de la época antigua...
-¿En serio?- el hombre mayor bajó la guardia...-¿y tú qué eres... un héroe como Inuyasha?- volvió a preguntar, Kagome se quedó helada y apareció un tic en su ojo... al parecer todos veían a Inuyasha como alguien maravilloso.
-No, al contrario...- dijo fríamente -...yo soy un mer...- decía orgulloso, pero se detuvo y frunció el ceño, al ver los gestos que le hacía Kagome.
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Más que el destino
FanficKagome se había enamorado de Inuyasha prácticamente desde su llegada al Sengoku. Durante la batalla en el monte de las ánimas, es que ella descubre que sus sentimientos están muy lejos de ser correspondidos. Escuchar de la voz del peliplata que esta...